Valentina Ramírez para niños
Datos para niños Valentina Ramírez Avitia |
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Información personal | ||
Apodo | La Valentina, la Mulan mexicana o la Leona de Norotal | |
Otros nombres | Juan Ramírez | |
Nacimiento | 14 de febrero de 1893 Norotal, Tamazula, Durango |
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Fallecimiento | 4 de abril de 1979, Culiacán, Sinaloa, México |
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Causa de muerte | Quemaduras por incendio | |
Sepultura | Culiacán | |
Nacionalidad | Mexicana | |
Familia | ||
Padres | Norberto Ramírez Micaela Avitia |
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Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Cargos ocupados | Teniente | |
Conflictos | Revolución Mexicana | |
Valentina Ramírez Avitia (María Valentina de Jesús Ramírez Avitia), conocida como «La Leona de Norotal», fue una valiente participante en la Revolución mexicana. Nació el 14 de febrero de 1893 en Norotal, Tamazula, Durango. Sus padres fueron Norberto Ramírez y Micaela Avitia.
A principios del siglo XX, Valentina decidió unirse a la lucha contra el gobierno de Porfirio Díaz. Para poder participar en el conflicto, que duró más de diez años, ella se hizo pasar por un hombre. Muchas mujeres en esa época tuvieron que tomar medidas similares para poder luchar junto a los hombres.
Contenido
Valentina Ramírez: Una Heroína de la Revolución Mexicana
¿Quién fue Valentina Ramírez?
Valentina Ramírez creció en una familia numerosa. Su padre, Norberto, era labrador y arriero. Él estaba muy interesado en la situación política del país. Cuando la Revolución mexicana comenzó, Norberto quiso unirse al movimiento. Valentina, inspirada por su padre y compartiendo sus ideales, también deseaba luchar.
Lamentablemente, su padre falleció antes de poder unirse a la causa. Sin embargo, Valentina, con solo 17 años, decidió seguir adelante. Se enlistó en el ejército revolucionario usando el nombre de Juan Ramírez.
Su Participación en la Revolución
Valentina no fue la única mujer que luchó por los derechos de México. Otras, como Rosa Padilla Camacho, también se unieron. Pero Valentina se destacó por su valentía al vestirse como hombre para combatir. Además de tomar las armas, las mujeres también ayudaban a los heridos en el campo de batalla.
Valentina tuvo que aprender a imitar los movimientos y la forma de hablar de los hombres. Esto era para no levantar sospechas antes de empezar su entrenamiento. En noviembre de 1910, aprovechó que las tropas revolucionarias llegaron a su pueblo. Se puso la ropa de su hermano, escondió sus trenzas bajo un sombrero y montó a caballo para unirse a ellos.
En enero de 1911, Valentina, o "Juan Ramírez", ya era parte oficial del Movimiento revolucionario. Ella fue una figura pionera que se atrevió a desafiar las expectativas de su tiempo. Rápidamente demostró ser una soldado hábil y valiente. Participó en varias batallas importantes, como la Batalla de Tierra Blanca.
La Batalla de Culiacán
En menos de un año de lucha, Valentina alcanzó el grado de teniente. Vestida como hombre, con una carabina 30-30, cartucheras en el pecho y un sombrero de palma que ocultaba su cabello, se lanzó al combate.
Su participación en la acción del puente Cañedo en Culiacán le valió el ascenso a teniente, otorgado por Ramón F. Iturbe. Su fuerte personalidad hizo que sus compañeros la respetaran. Especialmente después de ser nombrada teniente, tras una victoria en el puente Pumarejo, que llevó a la salida del gobernador Diego Redo.
La historia de Valentina inspiró la famosa canción popular La Valentina, cantada por las tropas revolucionarias. Incluso la popular salsa Valentina lleva su nombre, en honor a la lucha de esta mujer revolucionaria.
Su carrera como guerrillera terminó cuando un compañero descubrió su cabello largo. Fue llevada ante el general, quien la felicitó por su valentía. Sin embargo, la dio de baja de inmediato, ya que no permitía que las mujeres sirvieran en sus filas. Aunque esta es la versión más conocida, hay otras historias sobre cómo fue descubierta. Por ejemplo, algunas fuentes dicen que un doctor la delató después de atenderla por sus heridas.
Su Vida Después de la Lucha
Después de ser dada de baja, Valentina regresó a su ciudad natal. Allí, sus hermanos y otros familiares la rechazaron. Ellos pensaban que sus acciones no seguían lo que se esperaba de las mujeres en esa época. También estaban molestos porque ella no estuvo presente cuando su madre falleció.
Debido a este rechazo, Valentina dejó su pueblo y se estableció en el estado de Sinaloa. Perdió a su primer esposo por una enfermedad y se separó del segundo. Aunque trabajó como maestra, vivió en la pobreza.
Cuando el gobierno mexicano anunció que los excombatientes tendrían derecho a una pensión, Valentina presentó su solicitud. Sin embargo, fue rechazada. Los funcionarios argumentaron que no podía recibir la pensión porque se había presentado como hombre.
En 1969, Valentina fue atropellada en Navolato y quedó con una discapacidad permanente. El Ayuntamiento de Culiacán decidió ayudarla inscribiéndola en un asilo para ancianos. Pero Valentina, con su espíritu fuerte, logró escapar. No quería vivir ni morir como si estuviera prisionera.
En sus últimos años, vivió pidiendo dinero en la plazuela y el mercado de Navolato. Su casa sufrió varios incendios porque ella dejaba velas encendidas en honor a la Virgen de Guadalupe. En uno de estos incendios, los vecinos llegaron demasiado tarde. Así fue como Valentina Ramírez, la valiente "Leona de Norotal", falleció el 4 de abril de 1979.
A pesar de sus importantes contribuciones a la Revolución Mexicana y de haber inspirado canciones y leyendas, Valentina fue enterrada en una fosa común, sola y olvidada.
Véase también
- Clara de la Rocha
- Mujeres en la Revolución Mexicana (categoría)