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Reglamento para niños

Enciclopedia para niños

Un reglamento es un documento que contiene reglas o normas que sirven para organizar las actividades de las personas en un grupo o lugar. Estas reglas ayudan a evitar problemas y a que todos sepan cómo deben comportarse.

Generalmente, los reglamentos son creados por el poder ejecutivo, que es la parte del gobierno encargada de aplicar las leyes. Sin embargo, en muchos países, otras partes del Estado también pueden crear reglamentos.

Los reglamentos son una fuente importante del derecho, lo que significa que son parte de las leyes que rigen un país. La capacidad de crear reglamentos está mencionada en la Constitución de un país.

Los reglamentos son diferentes de las leyes que crea el poder legislativo (como un parlamento o congreso). Los reglamentos se hacen para poner en práctica las leyes o para organizar el funcionamiento de la administración, mientras que las leyes son normas de mayor importancia que regulan aspectos más amplios de la vida en sociedad.

Un reglamento es un conjunto organizado de reglas de comportamiento, formas de actuar y derechos, todos relacionados con los miembros de una comunidad, para organizar situaciones y actividades específicas. Un reglamento suele tener las siguientes partes:

  • Un título corto y claro.
  • Subtítulos que organizan las reglas por grupos de personas, tipos de actividades o pasos de un proceso.
  • Cada regla o derecho debe estar escrito de forma clara y breve, refiriéndose a un solo tema sin confusiones.

Se debe identificar quiénes elaboran los reglamentos y por cuánto tiempo son válidos.

Cómo se escribe un reglamento

Para que un reglamento sea fácil de entender y seguir, es importante considerar su contenido y forma:

  • Cada regla debe ser clara y lo más corta posible. Si se incluye una explicación de por qué existe la regla, esta debe ir en un párrafo aparte para que se entienda como una aclaración.
  • Debe indicar si la regla es una prohibición (algo que no se puede hacer), una permisión (algo que sí se puede hacer) o una prescripción (algo que se puede hacer bajo ciertas condiciones).

Por ejemplo:

  • "Queda estrictamente prohibido consumir alimentos en el auditorio" (Prohibición).
  • "La comunidad escolar dispone de tres tableros para colocar carteles, anuncios y otros documentos escritos" (Permisión).

A veces, se agrupan en una sola regla varias cosas que están prohibidas o permitidas.

Por ejemplo: B. Durante la clase 1 Está prohibido

  • Consumir alimentos
  • Utilizar celular o algún otro aparato de sonido;
  • Expresar burla o descalificación hacia otro compañero;
  • Arrojar basura fuera de los lugares destinados para ellos;

2 Está permitido

  • Solicitar permiso para ir al baño (uno por vez, sin tardar mucho).
  • Tomar agua.
  • Cambiar de lugar, si es por algún motivo relacionado con la clase.

Es importante decidir cómo se van a escribir las reglas antes de redactar un reglamento. Se pueden usar estas formas:

  • Forma impersonal o personal:
    • Se podrá estacionar la bicicleta en los lugares asignados (impersonal).
    • Podrás traer zapatos tenis únicamente los viernes (personal).
  • Frases imperativas:
    • Tira la basura en el bote.
  • Verbos en futuro:
    • Llevarán los balones solo los viernes.

Historia de los reglamentos

Orígenes en la Edad Media

En la Baja Edad Media, que fue un periodo histórico importante, empezó una discusión sobre quién debía tener el poder de crear las normas. Antes, solo el monarca (el rey) o algunas asambleas de personas importantes (como líderes religiosos o nobles) podían hacerlo. Pero las ciudades y sus representantes comenzaron a pedir tener voz y voto en la creación de las reglas.

Así, estas asambleas intentaban que el rey prometiera no crear nuevas normas sin su permiso. Aunque los reyes a menudo aceptaban estos compromisos, muchas veces no los cumplían.

Al mismo tiempo, se recuperó el derecho romano, que decía que el emperador tenía todo el poder de crear leyes. Esto impulsó a los monarcas a querer tener todo el poder para hacer normas, sin la participación de las asambleas.

Dependiendo de lo que pasaba en cada lugar, algunos países se inclinaron por un lado o por el otro. En muchos lugares, esto llevó al absolutismo, donde el rey tenía todo el poder de crear normas, y las asambleas perdieron su capacidad de decisión.

Sin embargo, Inglaterra fue diferente. Allí, el Parlamento logró tener más poder que el rey. En 1689, se estableció la supremacía de las normas creadas por el Parlamento sobre las decisiones del monarca, con un documento llamado Bill of Rights. Esto significó que el rey ya no podía suspender las leyes ni evitar que se cumplieran.

Cambios con la Revolución Liberal

Con la llegada de las ideas liberales, que defendían la libertad y los derechos de las personas, el modelo absolutista de los reyes entró en crisis en Europa. Se empezó a pensar que el poder de crear normas debía pasar al Parlamento, y no solo al monarca.

Aunque hubo dos caminos diferentes en esta evolución (el latino y el germánico), ambos coincidieron en que el poder ejecutivo (el gobierno) también necesitaba tener la capacidad de crear reglamentos. Esto se debía a que el Parlamento no podía crear la enorme cantidad de normas necesarias de manera eficiente.

El sistema latino

En países como Francia e Italia, se le devolvió al monarca (o al gobierno) la capacidad de crear reglamentos. Sin embargo, estos reglamentos estaban por debajo de las leyes creadas por el Parlamento. Esto significa que las leyes del Parlamento eran más importantes que los reglamentos del gobierno.

En Francia, la Revolución francesa (1789) eliminó por completo la capacidad del gobierno de crear reglamentos. Pero en menos de diez años, el sistema volvió a permitir que el gobierno creara reglamentos, pero solo para aplicar las leyes existentes.

En España ocurrió algo similar, pero en menos tiempo. En solo un año, las Cortes de Cádiz pasaron de eliminar la capacidad del gobierno para crear reglamentos a concedérsela para que pudiera aplicar las leyes.

A lo largo del siglo XIX, la capacidad de crear reglamentos evolucionó. Aparecieron nuevos tipos de reglamentos, algunos incluso con la misma fuerza que una ley. Al principio, había reglamentos para temas específicos como la organización militar. Luego, se permitió crear reglamentos para desarrollar leyes sin necesidad de una autorización especial. Más tarde, surgieron reglamentos autónomos que regulaban temas que no estaban cubiertos por una ley. Finalmente, se le dio al gobierno la capacidad de emitir normas con fuerza de ley, como los decretos leyes.

El sistema germánico

Al mismo tiempo que el sistema latino, se desarrolló el sistema germánico en la Confederación Germánica. Aquí, siguiendo las ideas de la monarquía constitucional (donde el rey tiene un poder limitado), se estableció una relación más equilibrada entre la ley y el reglamento. Las leyes regulaban temas importantes como la libertad y la propiedad, y los reglamentos se encargaban de todo lo demás.

Más tarde, alrededor de 1880, este sistema cambió. Pensadores como Paul Laband y Georg Jellinek propusieron que cualquier norma que afectara los derechos de las personas debía ser considerada una ley. Esto significaba que los reglamentos solo podían crearse si el Parlamento lo autorizaba expresamente mediante una ley. Así, la capacidad de crear reglamentos se limitó a la organización interna de la Administración pública y al desarrollo de las leyes, sin poder contradecirlas. Esto estableció el principio de que la ley es superior al reglamento.

Estos cambios fueron muy importantes en el desarrollo del derecho en Alemania y se aplicaron en sus constituciones posteriores. El sistema germánico, aunque al principio era más autoritario que el latino, evolucionó para acercarse más a un modelo donde el Parlamento tenía un papel central.

Después de la Segunda Guerra Mundial

Desde la segunda mitad del siglo XX, ha habido un aumento muy grande en la cantidad de normas, y la mayoría de ellas son reglamentos. La producción de reglamentos es mucho mayor que la de leyes.

También ha aumentado el número de entidades que pueden crear reglamentos. Ya no solo el gobierno, sino también sus ministros y otros organismos de menor nivel pueden hacerlo.

En España, además, el aumento de las comunidades autónomas ha hecho que más entidades tengan la capacidad de crear reglamentos, lo que ha multiplicado la cantidad de normas existentes.

Además, la forma en que se veían los reglamentos cambió. Antes, se les consideraba menos importantes. Pero con el fortalecimiento de los estados democráticos modernos, la Administración y sus organismos obtuvieron un reconocimiento mayor. Por eso, la creación de normas por parte de la administración se ve de una manera más positiva, aunque siempre se reconoce que puede haber un riesgo para el Estado de derecho si no se controlan bien.

Naturaleza de los reglamentos

Existe un debate sobre si los reglamentos son actos administrativos (decisiones específicas de la administración) o si son una fuente del derecho (parte de las leyes generales).

Algunos expertos creen que los reglamentos son actos administrativos generales, ya que son creados por la Administración Pública y regulados por el derecho administrativo.

Otros piensan que, aunque provienen de la Administración, los reglamentos no son actos administrativos, sino que forman parte de las fuentes del derecho administrativo. La diferencia entre estas dos ideas radica en cómo se elaboran, quién los emite, cuándo empiezan a ser válidos y cómo se pueden impugnar (discutir su validez).

Límites para crear reglamentos

La capacidad de crear reglamentos tiene límites que no deben ser ignorados. Estos límites provienen de dos principios importantes: el de reserva de ley (que dice que ciertos temas solo pueden ser regulados por una ley) y la propia naturaleza de los reglamentos, que siempre deben estar por debajo de las leyes.

Límites formales

  • La entidad que crea el reglamento debe tener la autoridad para hacerlo.
  • Debe respetar la jerarquía de las normas (un reglamento no puede contradecir una ley).
  • Debe seguir un procedimiento específico para su elaboración.

Límites sustanciales

  • Debe respetar los principios generales del derecho, como la prohibición de la arbitrariedad (que las decisiones no sean injustas o sin razón).
  • No puede ser retroactivo (no puede aplicarse a situaciones que ocurrieron antes de su creación, a menos que sea para beneficiar a las personas).
  • Debe tratar sobre temas que pueden ser regulados por un reglamento (no por una ley).

No se pueden anular reglas específicas de un reglamento

Las decisiones administrativas particulares no pueden ir en contra de lo que dice una norma general de un reglamento, incluso si esas decisiones tienen el mismo o mayor rango.

Ver también

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Regulation Facts for Kids

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Reglamento para Niños. Enciclopedia Kiddle.