Real Fábrica de Loza Fina y porcelana de Alcora para niños
Datos para niños Real Fábrica de Loza Fina y porcelana de Alcora |
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bien de interés cultural | ||
Localización | ||
País | España | |
Ubicación | Alcora | |
Coordenadas | 40°04′36″N 0°12′39″O / 40.076641111111, -0.21079888888889 | |
Información general | ||
Declaración | 5 de noviembre de 2019 | |
Construcción | 1727 | |
Diseño y construcción | ||
Fundador | Buenaventura Pedro Abarca de Bolea Ximénez de Urrea y Bermúdez de Castro | |

La Real Fábrica de Loza Fina y Porcelana de l'Alcora fue una importante fábrica de cerámica. Se fundó en 1727 en la localidad de Alcora, en la provincia de Castellón, España. Su creación fue una idea de Pedro de Alcántara Buenaventura Abarca de Bolea, el noveno conde de Aranda.
Más tarde, su hijo, Pedro Pablo Abarca de Bolea, también conde de Aranda, impulsó mucho esta fábrica. Él fue una figura importante en los gobiernos de los reyes Carlos III y Carlos IV. La fábrica funcionó durante muchos años, hasta que cerró en 1945.
Fue la primera fábrica grande de cerámica en la provincia de Castellón. Esta zona era ideal para la cerámica porque tenía mucha arcilla y agua. Además, ya existía una larga tradición de talleres de alfarería en la región.
Contenido
Historia de la Real Fábrica de Alcora
La fábrica se estableció en el señorío de Alcalatén, en Alcora. El conde de Aranda aprovechó la antigua tradición alfarera de la zona. Contó con el apoyo de la familia real Borbón de España.
El objetivo era crear productos de cerámica que imitaran el estilo francés. Esto significó cambiar los colores vivos y los dibujos fuertes por tonos más suaves y líneas delicadas. También se buscaban materiales más finos, diferentes de la cerámica más rústica que se hacía en España.
Para la nueva fábrica, el conde contrató a veinticuatro alfareros de Alcora. Al principio, usaron la arcilla roja local, rica en óxido de hierro. Luego, la mezclaron con otra arcilla de un monte cercano para que las piezas fueran más resistentes. El resultado fue una loza rosada con un barniz especial.
El rey Felipe V apoyó a la fábrica. Le dio derechos especiales, como la exención de pagar impuestos. Esto ayudó mucho a la fábrica y a sus trabajadores. Por ejemplo, los trabajadores no tenían que pagar ciertos impuestos ni participar en sorteos militares. También se permitía importar materiales sin pagar aranceles.
Primera época: Influencia francesa y nuevos estilos
Al principio, se contrataron maestros franceses como Joseph Olérys (dibujante), Eduard Roux (pintor) y Sebastián Carbonell (modelador). Ellos ayudaron a imitar las vajillas de Moustiers, un centro cerámico importante en Francia.
Estos artesanos introdujeron nuevas decoraciones y el estilo barroco. Crearon bandejas con bordes ondulados, centros de mesa con flores y maceteros con asas. El español José Ochando fue un dibujante y maestro importante. También enseñó a los aprendices en la fábrica.
En esta época, se usó mucho el color azul del "estilo Bérain", que fue un precursor del Rococó. Luego, se añadieron más colores a las piezas. En 1736, la fábrica tenía 136 empleados y producía más de 25.000 piezas al mes.
También se puso de moda la temática "chinesca". Esta moda venía de las importaciones de porcelana oriental. En la fábrica de Alcora se hicieron vajillas y decoraciones con pequeños personajes chinos y pájaros exóticos. El pintor español Miguel Soliva fue muy importante en este estilo.
Además de vajillas y objetos decorativos, la fábrica también producía azulejos. Estos azulejos se usaban principalmente en la construcción de edificios.
Segunda época: La búsqueda de la porcelana verdadera
Entre 1742 y 1798, la fábrica alcanzó su mejor momento. Este periodo coincidió con la dirección de Pedro Pablo Abarca de Bolea, el décimo conde de Aranda. Él quería producir una "porcelana verdadera".
Para lograrlo, se contrataron técnicos de Francia y Sajonia, como François Haly y Johan Christian Knipfer. Después de muchos intentos, lograron una porcelana similar a la francesa. No era la "porcelana dura" de Meissen, sino la porcelana de pasta blanda.
Se usaban muchas técnicas y materiales, como la tierra de pipa y la mayólica. Los objetos tenían muchos detalles, como candeleros que parecían troncos de árboles con figuras blancas. Los jarrones tenían tapas llenas de frutas. También se hicieron placas con marcos de rocalla que servían como cornucopias.
Las escenas pintadas a menudo representaban ruinas romanas. Entre los artistas locales, destacaron José Ochando, Jacinto Causada y el escultor Julián López. Este último hizo pequeños grupos de esculturas.
Julián Más, un dibujante de Alcora, también trabajó en la fábrica. Después, llegó a ser Director de Dibujo y Grabado en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia.
De este periodo son famosas las series de "fauna de Alcora". Se crearon piezas como salseras o soperas con animales muy bien representados en las tapas. También los "platos de engaño", que tenían frutas y animales en relieve. Finalmente, se adoptó el estilo neoclásico, con decoraciones en oro y color sepia en objetos como juegos de café.
El Museo de Bellas Artes de Boston en Estados Unidos tiene una pieza única de esta época: una consola de porcelana. Es el único mueble de porcelana conocido hecho en Alcora. Probablemente fue un encargo del conde de Aranda.
Tercera época: Decadencia y cierre
La tercera etapa de la fábrica comenzó cuando la propiedad pasó a Pedro Alcántara, duque de Híjar. Esto ocurrió tras la muerte del conde de Aranda en 1798, quien no tuvo hijos directos.
La nueva dirección decidió dejar de producir porcelana. Se enfocaron más en hacer esculturas de loza y tierra de pipa, ya que daban más beneficios. La guerra de la Independencia Española (1808-1814) marcó el inicio de la decadencia de la fábrica.
Durante la guerra, se fabricaron objetos "patrióticos". Por ejemplo, un grupo que mostraba el león de Castilla (España) devorando al águila imperial (Francia). También se hicieron series con medallones de héroes de la guerra, como Fernando VII y el general Wellington.
Cuando la fábrica del Buen Retiro en Madrid fue destruida, algunos artistas italianos se trasladaron a Alcora. Esto a veces ha causado confusión al identificar la cerámica de ambas fábricas. En este tiempo, se empezó a usar la decoración calcográfica, un método de estampado mecánico que reducía el valor artístico.
En 1848, la fábrica fue alquilada. En 1858, se vendió a la familia Girona, unos empresarios de Cataluña. Finalmente, en 1895, la fábrica cerró de forma definitiva.
Véase también
- Museo de la Cerámica de Alcora
- Porcelana del Buen Retiro
- Museo de las Artes decorativas de Burdeos (Francia)
- Real Fábrica de La Moncloa
- Porcelana de pasta blanda