Procrastinación para niños
La procrastinación (que viene del latín y significa "dejar para mañana") es el hábito de retrasar tareas importantes que debemos hacer. En su lugar, hacemos otras cosas que nos parecen más fáciles o divertidas, a menudo por miedo a enfrentar la tarea o por pereza.
Este comportamiento es un problema de la voluntad que surge cuando asociamos una tarea con algo difícil, incómodo o que nos causa estrés. Este estrés puede ser mental (como la ansiedad o la frustración), físico (si la tarea requiere mucho esfuerzo) o intelectual. Es común sentir ansiedad cuando tenemos una tarea pendiente y nos cuesta mucho empezarla o terminarla. La tarea que posponemos puede parecer muy grande, difícil, aburrida o incluso peligrosa. Por eso, nos convencemos de que es mejor dejarla para un futuro idealizado, donde lo importante se deja de lado por lo que parece urgente.
Hoy en día, muchas personas intentan hacer varias cosas a la vez, lo que a veces impide terminar bien ninguna. Queremos resolver cosas de la casa, la escuela, el trabajo y la vida social, sin darnos cuenta de que cada una necesita esfuerzo, tiempo y dedicación. Esto hace que las tareas se vuelvan más complicadas y que las pospongamos, sin lograr buenos resultados.
La procrastinación puede ser un síntoma de otros problemas, como la depresión o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Un artículo del The New York Times mencionó que posponer las cosas se debe más a cómo manejamos nuestras emociones que a ser perezosos.
Contenido
¿Qué es la Procrastinación?
La procrastinación a menudo se ve como un problema de comportamiento. A quienes posponen las cosas se les puede considerar perezosos o sin ambición, especialmente en sociedades que valoran mucho el logro de metas.
Cuando una persona evita sus responsabilidades posponiendo tareas, puede refugiarse en actividades que no tienen que ver con lo que debe hacer. Este hábito de posponer, aunque no está totalmente comprobado, puede llevar a depender de cosas externas. Por ejemplo, pasar mucho tiempo en internet, leer libros, ir de compras, comer en exceso o dedicarse demasiado al trabajo, todo esto como excusa para no hacer una tarea o tomar una decisión importante.
Este problema no siempre está relacionado con la depresión o la baja autoestima. El deseo de que todo sea perfecto o el miedo a fallar también pueden hacer que pospongamos las cosas. Por ejemplo, no contestar una llamada o no ir a una cita donde se espera tomar una decisión.
Existen dos tipos de personas que posponen tareas:
- Procrastinadores ocasionales: Son aquellos que posponen cosas de vez en cuando, no es su comportamiento habitual.
- Procrastinadores constantes: Son quienes posponen tareas de forma continua y repetida.
Los procrastinadores constantes son los que suelen mostrar otros comportamientos que necesitan atención. Algunos expertos sugieren que ciertos hábitos muy fuertes pueden contribuir a este problema de evasión, como el uso excesivo de:
- la televisión;
- la computadora o el internet;
- el teléfono móvil;
- especialmente las redes sociales.
Otros expertos no están de acuerdo en que estos sean hábitos muy fuertes. Sin embargo, aunque ya hay formas de ayudar con estos problemas de comportamiento (como la terapia cognitivo-conductual), es un tema nuevo que necesita más investigación.
Además, el llamado síndrome del estudiante (cuando muchos estudiantes dejan sus trabajos o el estudio para el último minuto) también se ve en otros grupos. Por ejemplo, cuando se acerca la fecha límite para pagar impuestos, las oficinas se llenan de personas que van a hacer el trámite justo al final. También es una forma de procrastinación coleccionar muchas opciones como excusa para no elegir ninguna en particular.
La procrastinación es un problema de cómo manejamos nuestras emociones y organizamos nuestro tiempo. Una solución podría ser organizar bien el tiempo, enfocándose en las tareas importantes que tienen una fecha límite cercana. Quien pospone una decisión porque no se siente listo, esperando que todo se resuelva solo, suele decir que lo hará "cuando tenga tiempo". En el fondo, esto es una forma de evitar la tarea.
¿Por qué Procrastinamos y Qué Consecuencias Tiene?
La forma en que cada persona vive el ciclo de la procrastinación es clave para entender cómo podemos cambiar. La capacidad de ser conscientes de nuestros pensamientos, acciones y emociones es muy importante en este proceso.
Las emociones son fundamentales para regularnos. Una respuesta emocional nos permite actuar o detenernos para protegernos o adaptarnos, funcionando como un mecanismo de autorregulación en el aprendizaje.
En realidad, posponer cosas es algo común en la mayoría de las personas y no siempre causa problemas. Pero cuando se vuelve una costumbre y una característica de la persona, puede tener un impacto negativo en su calidad de vida y en su bienestar.
Algunos estudios indican que los estudiantes que posponen mucho pueden tener más riesgos para su salud, como cansancio constante, dificultad para relajarse, inquietud, cambios repentinos de humor.
¿Qué Hay Detrás de la Procrastinación?
William Knaus, en su libro Superar el hábito de posponer, describe algunas características comunes en las personas que tienden a posponer:
- Ideas equivocadas: Se basan en una baja autoimagen y autoconcepto, lo que les hace sentirse incapaces o ven el mundo con demasiadas exigencias que creen no poder cumplir.
- Perfeccionismo y miedo a fallar: Posponer y justificar un resultado final por falta de tiempo sirve de excusa para evitar el miedo a fallar, especialmente en tareas donde no hay garantía de éxito. Son personas que buscan la perfección y se exigen mucho, poniéndose metas poco realistas.
- Ansiedad y pensar lo peor: La acumulación de trabajo aumenta la ansiedad. La dificultad para tomar decisiones y la necesidad de tener éxito asegurado antes de empezar una tarea lleva a sentimientos de que todo saldrá mal. Como resultado, se sienten abrumados e indefensos. Pueden sentirse cómodos pensando que no son aptos para las exigencias del mundo.
- Enojo e impaciencia: Las exigencias excesivas y el pensamiento de que todo saldrá mal también causan enojo e impaciencia. Pueden surgir pensamientos como "debería poder hacer esto solo", "¡qué tonto soy!" o "¡no puedo soportar esta ansiedad!". Estas personas perfeccionistas, al no cumplir sus metas, se enojan consigo mismas. Terminan atrapadas en un ciclo de enojo y rebeldía que empeora su rendimiento.
- Necesidad de sentirse aceptado: El deseo de hacer tareas para recibir amor o aceptación de los demás. Creen que "todos deben quererme para que yo pueda quererme a mí mismo". Su valor como persona depende de la aceptación y atención que reciben. Si se les recompensa con lo que desean, se sienten fuertes; si no, se sienten incapaces. Por eso, estas personas aceptan todo tipo de peticiones de los demás para agradar.
- Sentirse abrumado: El trabajo se les acumula y se sienten incapaces de establecer prioridades. Esto causa sentimientos de ansiedad, saturación, estrés, angustia, indecisión, impotencia, inmovilización y fracaso, lo que crea un círculo vicioso del que no pueden salir.
Tipos de Procrastinación
Existen tres formas principales de procrastinar:
- Por evasión: Cuando se evita empezar una tarea por miedo a fallar. Esto suele ser un problema de autoestima.
- Por activación: Cuando se pospone una tarea hasta que no queda más remedio que hacerla, justo antes de la fecha límite.
- Por indecisión: Es común en personas que, al intentar hacer una tarea, se pierden pensando en la mejor manera de hacerla sin llegar a tomar una decisión. A esto se le llama también complejo de Penélope (por la historia de la esposa de Ulises, que tejía y destejía la misma tela para evitar casarse mientras esperaba a su esposo).
Véase también
En inglés: Procrastination Facts for Kids
- Precrastinación
- Ciberadicción
- Ensoñación excesiva
- Juego compulsivo
- Síndrome del estudiante
- Trastorno de personalidad por evitación