Placa paleolítica de Villalba para niños
La placa paleolítica de Villalba es una pieza de arte mueble muy especial, hecha de pizarra. Es considerada única por su diseño y complejidad dentro del arte paleolítico de la península ibérica. Fue encontrada en Villalba (Soria) en 1986 por Lorenzo Casado Egido. Después, fue entregada al Museo Numantino de Soria, donde se puede ver hoy en día. En 2014, fue declarada Bien de Interés Cultural, lo que significa que es una pieza muy importante para la historia y la cultura.
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¿Cómo se encontró la placa de Villalba?
La placa fue descubierta por casualidad en un lugar llamado Barranco Hondo, cerca del pueblo de Villalba en la provincia de Soria. La encontró Lorenzo Casado Egido en 1986. Él la entregó al Museo Numantino de Soria el 28 de enero de 1988, para que la cuidaran y la mostraran. Actualmente, la placa se exhibe en este museo.
El lugar del descubrimiento
El Barranco Hondo se encuentra en el municipio de Coscurita, al norte de Villalba. Es una zona con colinas y valles, donde el río Duero ha ido formando el paisaje a lo largo de mucho tiempo. La placa fue encontrada a unos 980 metros de altura, en la ladera de un barranco.
La placa, por su forma rectangular, tamaño y color negro, destacaba mucho entre las rocas y la tierra clara de la zona. Esto hizo que su descubridor se fijara en ella incluso antes de ver los dibujos grabados.
¿Quién encontró la placa?
La placa de Villalba fue encontrada por Lorenzo Casado Egido (1921-1998), quien era de Villalba. Era un hombre muy interesado en aprender, le gustaba mucho leer y pasear por su tierra. También era aficionado a la fotografía y a la arqueología, que es el estudio de las cosas antiguas.
No se sabe la fecha exacta en que la encontró, pero fue poco antes del 6 de octubre de 1986, porque ese día le tomó una foto en un estudio. Su familia cree que la encontró ese mismo verano. Alfredo Jimeno Martínez, director de las excavaciones de Numancia, dijo que Lorenzo siempre supo lo importante que era su hallazgo.
Lorenzo Casado quería que la placa se quedara en Soria y no se la llevaran a otro lugar para estudiarla. La placa tiene grabados por ambos lados: en una cara hay ocho cabras y cinco caballos, y en la otra, diez cabras y tres caballos. Estas figuras de animales de clima templado sugieren que la placa es de un periodo antiguo, hace unos 16.000 años.
En un documento firmado el 30 de octubre de 1986, Lorenzo Casado y Alfredo Jimeno acordaron que la placa se estudiaría en Soria. La familia de Lorenzo guarda un recorte de periódico de 1986 sobre un hallazgo arqueológico similar, lo que muestra que Lorenzo entendió la importancia de lo que había encontrado.
¿Cómo es la placa de Villalba?
Es una pieza de pizarra de color negro, con forma rectangular. Mide 36,5 centímetros de largo, 7,6 centímetros de ancho y 1,2 centímetros de grosor. Se cree que originalmente era más larga, ya que uno de sus extremos está roto.
La placa tiene grabados en sus dos caras y en algunos de sus bordes. Se han identificado un total de veintiséis animales, trece en cada lado. La mayoría son cabras y caballos, y están organizados de forma ordenada y simétrica.
Los dibujos son de animales reales, pero están simplificados y no están completos. Por ejemplo, a muchos les faltan las patas. Sin embargo, se pueden ver detalles como orejas, bocas, ojos, colas, cuernos y crines. El estilo de los grabados indica que la placa fue hecha en un periodo específico de la Edad de Piedra, hace unos 14.000 años.
La forma en que están organizados los dibujos en la placa es muy pensada. Algunos animales, como los caballos y las cabras macho, se destacan porque están dibujados con líneas más gruesas y profundas, son más grandes o están en una posición especial.
Además, los animales representados nos dan pistas sobre cómo era el medio ambiente en esa época, entre el 15.000 y el 12.000 antes de Cristo.
La pizarra de la que está hecha la placa proviene del Sistema Central, lo que demuestra que las personas de esa época intercambiaban materiales entre diferentes lugares. El estudio de la pizarra también ha permitido entender cómo se hicieron los grabados, desde los primeros bocetos hasta los trazos finales. Se cree que varios artistas trabajaron en la placa, aunque mantuvieron un estilo similar.
La placa de Villalba es muy importante por ser única y compleja. Es una pieza excepcional de arte mueble del Paleolítico en la península ibérica. De hecho, es la única pieza de arte mueble en Castilla y León que muestra animales paleolíticos.
Debido a su importancia, ha sido incluida en el Itinerario Cultural "Caminos de Arte Rupestre Prehistórico", reconocido por el Consejo de Europa en 2010. Los descubrimientos recientes confirman su valor para entender el arte prehistórico al aire libre, como el de Domingo García (Segovia) o Siega Verde (Salamanca), que es Patrimonio Mundial desde 2010. Esto demuestra que las poblaciones se movían a lo largo del Valle del Duero durante el Paleolítico.