Paz de Deza-Terrer para niños
La Paz de Deza o Paz de Terrer fue un acuerdo importante que se firmó en las localidades de Deza y Terrer los días 13 y 14 de mayo de 1361. Este acuerdo se hizo entre dos reyes llamados Pedro: Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón. Su objetivo principal era intentar poner fin a un conflicto conocido como la Guerra de los Dos Pedros, que había durado varios años.
Aunque el reino de Navarra, gobernado por Luis de Navarra (quien era el representante del rey Carlos II de Navarra), ayudó a garantizar el acuerdo, la paz no duró mucho. La situación se volvió más complicada cuando Enrique de Trastámara, un personaje importante en el conflicto, llegó a Francia, lo que dio un nuevo impulso a la guerra.
Contenido
¿Por qué se firmó la Paz de Deza?
El contexto de la guerra entre los Pedros
Antes de la firma de este acuerdo, los reinos de Castilla y Aragón estaban en guerra. Un evento clave fue la primera batalla de Nájera, que ocurrió el 24 de abril de 1360. En esta batalla, las tropas de Aragón, que apoyaban a Enrique de Trastámara, fueron derrotadas por el ejército de Pedro I de Castilla.
El reino de Navarra, que quería mantenerse neutral en la medida de lo posible, actuó como mediador entre los dos reyes. Ambas partes aceptaron la ayuda de Navarra para intentar encontrar una solución pacífica.
Pedro I de Castilla aceptó las peticiones de un representante del Papa llamado Guy de Boulogne. Así comenzaron las negociaciones. Por parte de la Corona de Aragón, el negociador fue Bernardo II de Cabrera. Por el lado de Castilla, participaron Juan Alfonso de Mayorga y Men Rodríguez de Biedma.
¿Qué se acordó en las negociaciones?
En las negociaciones, se llegó a varios acuerdos importantes:
- Se devolverían los castillos y lugares que habían sido conquistados durante la guerra.
- Se liberarían a todos los prisioneros de guerra.
- Las disputas sobre las ciudades de Alicante y Almazán serían resueltas por el representante del Papa.
¿Fue la Paz de Deza una paz duradera?
Lamentablemente, el acuerdo de Deza fue solo una tregua, es decir, una pausa temporal en la guerra. Enrique de Trastámara tuvo que irse al exilio en Francia, pero esto no detuvo el conflicto. Al contrario, le ayudó a conseguir nuevos apoyos. Por esta razón, la Corona de Castilla reinició las hostilidades en septiembre de 1362, y la guerra continuó.