Palacio del marqués de Matallana para niños
Datos para niños Palacio del marqués de Matallana |
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Tipo | Palacio y monumento | |
Catalogación | bien de interés cultural | |
Calle | calle de San Mateo (13) | |
Localización | Madrid (España) | |
Coordenadas | 40°25′33″N 3°41′56″O / 40.425869444444, -3.6988388888889 | |
Construcción | siglo XVIII | |
Propietario | España | |
Ocupante | Museo del Romanticismo | |
Arquitecto | Manuel Martín Rodríguez | |
El Palacio del Marqués de Matallana es un hermoso edificio histórico en Madrid, España. Fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII para ser la casa del general Rodrigo de Torres y Morales, el primer marqués de Matallana. Hoy en día, este palacio alberga el Museo del Romanticismo, un lugar donde puedes aprender sobre la vida y el arte de esa época. El diseño del palacio, de estilo neoclásico, fue obra del arquitecto Manuel Martín Rodríguez.
Contenido
Historia del Palacio del Marqués de Matallana
¿Quiénes fueron los dueños del palacio?
En el año 1850, el palacio pasó a ser propiedad de Francisco de Paula Fernández de Córdoba, quien era el conde de la Puebla del Maestre. Más tarde, en 1920, el gobierno español alquiló el edificio. El marqués de la Vega Inclán, Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, fue el encargado de usarlo para la Comisaría Regia de Turismo. Su objetivo era dar a conocer la cultura y la arquitectura de España, especialmente de Madrid, a nivel internacional.
¿Cómo se convirtió en el Museo del Romanticismo?
En 1924, el mismo marqués de la Vega Inclán decidió transformar el edificio en el Museo Romántico. El Estado compró el palacio en 1927. Gracias a su importancia, el 1 de marzo de 1962, tanto el edificio como las colecciones que guardaba fueron declarados Monumento Histórico Artístico. Esto significa que son muy valiosos y deben ser protegidos.
¿Quién diseñó este edificio histórico?
El palacio se encuentra entre las calles San Mateo y Beneficencia, en el barrio de Justicia de Madrid. Aunque al principio se pensó que el arquitecto era Manuel Martín Rodríguez, investigaciones posteriores, a mediados del siglo XX, revelaron que el verdadero autor fue Manuel Rodríguez García. Él era primo del famoso arquitecto Ventura Rodríguez.
La construcción del palacio comenzó en 1776 y se terminó entre 1777 y 1779. Es un gran ejemplo de cómo eran las casas de la gente noble en Madrid en esa época. Tiene características comunes como una gran puerta de entrada hecha con bloques de granito, ventanas con balcones de hierro forjado en el piso principal y un tejado abuhardillado. Aunque el arquitecto incluyó algunos detalles del estilo barroco en la fachada, el diseño general es más neoclásico, con su seriedad y simetría.
¿Cómo era el palacio por dentro y por fuera?
Antes de que se construyera el palacio, el terreno había pertenecido a un monasterio en el siglo XVI y a otras personas en el siglo XVII, hasta que lo compró el marqués de Matallana. El plan original era construir un edificio de dos pisos, con un diseño simétrico en ambas fachadas. Sin embargo, al final solo se construyó una planta baja y un primer piso, que es como lo vemos hoy.
La decoración del palacio es sencilla, limitada a los marcos alrededor de las ventanas y puertas. Por dentro, el edificio se organizó alrededor de tres patios.
Desde principios del siglo XIX, los dueños del palacio fueron los condes de la Puebla del Maestre. Ellos añadieron más adornos a la fachada, dándole un aspecto aún más elegante, que es el que se conserva. Entre otros detalles, agregaron su escudo familiar y decoraciones en los balcones. Uno de los condes más importantes para la historia del museo fue Francisco de Paula Fernández de Córdoba y Fernández, quien en 1923 alquiló la casa a la Comisaría Regia del Turismo y en 1927 la vendió al Estado.
¿Qué cambios ha tenido el palacio a lo largo del tiempo?
Un mapa de Madrid de 1870-72, hecho por el Instituto Geográfico Nacional, nos muestra cómo era la casa a finales del siglo XIX. Su distribución interior era casi la misma que hoy, con algunas pequeñas diferencias.
En 1923, el marqués de la Vega-Inclán alquiló el palacio. Acondicionó la parte principal para la Comisaría Regia de Turismo y, al año siguiente, instaló allí su colección, creando el Museo Romántico. Cuando el Estado lo compró en 1927, se hicieron varias obras para adaptar el edificio a las necesidades de un museo.
Entre 1944 y 1974, José Manuel González-Valcárcel estuvo a cargo de estas obras. Hizo cambios como reformar la fachada trasera para que fuera una entrada principal alternativa, conectar todas las salas del piso principal con un recorrido circular, y reparar techos y suelos. También planeó crear un salón de actos y exposiciones, que fue terminado entre 1978 y 1982 por Fernando Chueca Goitia.
En 1988, con todo el espacio del edificio disponible, se propuso un plan para ampliar el Museo Romántico y reorganizar su interior para tener más espacio de exposición. En 1996, se completó una fase importante de este plan, trasladando las oficinas y almacenes a la planta bajo cubierta.
Una última fase de rehabilitación, dirigida por Ginés Sánchez Hevia, mejoró zonas de la planta baja, como los patios y el vestíbulo. También se llevó a cabo el proyecto de la exposición permanente, recreando las habitaciones de forma más detallada y ampliando los temas y recorridos para los visitantes.
Actualmente, además de las piezas que siempre están expuestas, el palacio se usa para exposiciones temporales. En ellas se muestran objetos de otros palacios o museos estatales que normalmente no están a la vista del público.