Monasterio de Santa María de Cántabos para niños
Datos para niños Monasterio de Santa María de Cántabos |
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Monasterio de Cántabos | ||
elemento de la Lista Roja del Patrimonio | ||
Localización | ||
País | ![]() |
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División | ![]() |
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Subdivisión | ![]() |
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Localidad | Fuentelmonge | |
Coordenadas | 41°25′28″N 2°09′41″O / 41.424553, -2.161517 | |
Información religiosa | ||
Culto | Sin culto, edificio desacralizado | |
Diócesis | Osma-Soria | |
Orden | Cisterciense | |
Advocación | Santa María | |
Historia del edificio | ||
Construcción | Siglo X-siglo XII | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Monasterio | |
Estilo | Bereber Románico | |
Año de inscripción | 16 de noviembre de 2014 | |
El Monasterio de Santa María de Cántabos, también conocido como Monasterio de Cántabos, fue un importante monasterio de la orden cisterciense. Se encuentra en el municipio de Fuentelmonge, en la provincia de Soria, España. Este lugar es muy especial porque fue la primera sede del famoso Monasterio de Santa María de Huerta y uno de los primeros monasterios cistercienses en España.
Historia del Monasterio de Cántabos
¿Cómo se fundó el Monasterio de Cántabos?
La fundación de este monasterio se debe al rey Alfonso VII. Él hizo una promesa durante un conflicto en Coria. Para cumplirla, en el año 1142, el rey trajo desde la abadía de Berdoues en Gascuña (Francia) a un grupo de monjes cistercienses. Su líder era el abad Rodulfo. Estos monjes se instalaron en un edificio sencillo en un lugar llamado Cántabos, dentro del municipio de Fuentelmonge.
El papel de Martín de Finojosa en el Monasterio
En 1158, Martín Núñez de Finojosa fue entregado al monasterio por su madre. Él también aportó el señorío de Boñices. Poco después, en 1162, los monjes se mudaron a un nuevo lugar, que se convertiría en el Monasterio de Santa María de Huerta. En 1166, Martín ya era el abad de este nuevo monasterio.
Cántabos fue vendido en 1176 al Concejo de Soria. Más tarde, fue comprado de nuevo por Rodrigo Ximénez de Rada. Él era un importante arzobispo de Toledo y sobrino de Martín. Rodrigo Ximénez de Rada confirmó la propiedad del monasterio en 1228 y de nuevo en 1244. Martín de Finojosa llegó a ser obispo de Sigüenza y es conocido como San Martín de Finojosa.
¿Qué pasó con el Monasterio en el siglo XIX?
En 1833, debido a un proceso llamado Desamortización de Mendizábal, los monjes tuvieron que abandonar el monasterio. Después de esto, solo quedó la torre, que se usó como una pequeña capilla.
Descripción de las Ruinas Actuales
¿Qué podemos ver hoy en Cántabos?
La mayoría de las ruinas que se pueden ver hoy en día no son del monasterio original. Pertenecen a una granja que se construyó después y que estuvo en uso hasta 1835. Estas ruinas se encuentran alrededor de una antigua atalaya (una torre de vigilancia) de origen islámico.
La Atalaya y sus cambios
La atalaya es más antigua que el monasterio. Está hecha de mampostería (piedras unidas con mortero) y aún conserva su puerta y el hueco para la tranca (una barra para cerrar la puerta). En el siglo XVIII, la atalaya fue modificada para tener una capilla en su planta baja. Esta capilla hoy está muy deteriorada y tiene grafitis. Aún se puede ver parte de su cúpula (techo en forma de media esfera) y la entrada a nivel del suelo. Aunque ha perdido su cubierta, es la parte mejor conservada.
Otras construcciones alrededor de la torre
Alrededor de la torre, quedan los restos de otras construcciones. Estas incluyen varias habitaciones y un patio central. También hay una cueva que probablemente fue una bodega. Es difícil saber con exactitud para qué se usaban estas construcciones. Podrían haber sido parte de una casa fortificada o simplemente una granja que continuó la labor del monasterio.
Hacia el río, hay otra bodega semioculta de unos 6 a 8 metros de profundidad. Al fondo, tiene una cámara circular donde todavía se ven los huecos para al menos seis tinajas (recipientes grandes de barro). También hay restos de otras construcciones y lo que parece ser un suelo empedrado en la cuesta cercana a la torre. Estas construcciones están muy arruinadas y apenas se reconocen.