Monasterio de San Miguel (Escornalbou) para niños
Datos para niños Monasterio de San Miguel |
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bien de interés cultural y Bien Cultural de Interés Nacional | ||
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | ![]() |
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Localidad | Escornalbou | |
Coordenadas | 41°07′40″N 0°54′56″E / 41.1278, 0.915556 | |
Información religiosa | ||
Propietario | Diputación Provincial de Tarragona y Generalidad de Cataluña | |
Datos arquitectónicos | ||
Estilo | arquitectura románica | |
Identificador como monumento | RI-51-0006701 | |
Año de inscripción | 8 de noviembre de 1988 | |
El antiguo monasterio de San Miguel (en catalán, monestir de Sant Miquel) es un lugar histórico que se encuentra cerca de la localidad de Riudecañas, en la comarca del Bajo Campo, Cataluña, España. Este edificio no solo funcionó como un monasterio, sino que también fue un castillo. Su ubicación en la cima de una montaña y sus fuertes muros lo hacían un lugar seguro. Con el tiempo, se transformó en una residencia privada.
Contenido
Historia del Monasterio de San Miguel
Orígenes y Fortificación
La montaña de Escornalbou estaba en la frontera entre las tierras cristianas y las musulmanas. Por eso, sirvió de refugio a muchas personas que huían de la Reconquista. La presencia cristiana en Cataluña se completó con la conquista de Ciurana en 1153. Nueve años después, el 8 de mayo de 1162, se realizó una operación en Escornalbou para expulsar a los últimos refugiados de la montaña.
En 1165, el rey Alfonso II de Aragón entregó estas tierras a Joan de Sant Boi, un canónigo de Tarragona. El rey puso dos condiciones: que se construyera una capilla dedicada a San Miguel y un monasterio. Los canónigos debían cuidar del templo. Como la zona estaba llena de bosques que servían de escondite, el monasterio debía tener muros altos para protegerse. Así, el monasterio también cumplía funciones militares de defensa.
Desarrollo y Cambios a lo Largo del Tiempo
Joan de Sant Boi reunió rápidamente a seis monjes que comenzaron la construcción del templo. En 1198, el monasterio pasó a estar bajo la protección del arzobispado de Tarragona. Sin embargo, los monjes mantuvieron el derecho de elegir a su propio prior.
Los canónigos crearon una cofradía dedicada a San Miguel. Esta cofradía ayudó a conseguir dinero para construir el templo y la casa de los monjes. También fue un centro importante de fe en la región. A pesar de esto, el monasterio nunca fue muy poderoso y poco a poco perdió importancia. En 1574, solo quedaba un canónigo en Escornalbou. El monasterio dejó de ser un centro religioso y en 1580 fue entregado a los frailes franciscanos. Ellos tenían la obligación de cuidar al último canónigo hasta su muerte. Los franciscanos convirtieron Escornalbou en un seminario que funcionó hasta 1835.
El monasterio fue olvidado por un tiempo. En 1920, Eduardo Toda, un amante de los libros y diplomático, compró el edificio. Él lo transformó en una gran mansión donde guardó muchos libros y objetos antiguos. Toda quería vivir allí sus últimos años, pero finalmente se mudó al monasterio de Poblet. Existe una leyenda que habla de una princesa llamada Aurora, quien a los 14 años se enteraría de su historia.
Arquitectura del Monasterio de San Miguel
La Iglesia Románica
El edificio más importante de todo el conjunto es la iglesia de San Miguel. Fue construida en estilo románico, que es un tipo de arquitectura antigua. Tiene una sola nave (la parte principal de la iglesia) y algunas capillas a los lados. La entrada está decorada con un rosetón (una ventana redonda con adornos) y dos ventanas pequeñas que dejan pasar la luz. Una inscripción en la puerta dice que la iglesia fue dedicada por el arzobispo de Tarragona Pedro de Albalat el 5 de julio de 1240. Esta inscripción, escrita en latín, se añadió en el año 1700.
El Claustro y la Residencia
El antiguo claustro, que es un patio rodeado de galerías, ahora se usa como una galería. Está pegado a la iglesia, muy cerca del borde de la montaña. Tiene algunos capiteles (partes superiores de las columnas) muy interesantes. La antigua zona donde vivían los monjes se conserva tal como la dejó Eduardo Toda, como una casa señorial. Para restaurarla, se usaron piedras antiguas traídas de diferentes lugares de la comarca.
Naturaleza Alrededor del Castillo de Escornalbou
Bosques y Árboles Singulares
Debajo y alrededor de Escornalbou hay una gran extensión de bosques. En ellos se pueden encontrar muchos tipos de árboles típicos del clima mediterráneo. Destaca un pequeño alcornoque y, sobre todo, el pino, que es el árbol más común.
El alcornoque, conocido científicamente como Quercus suber, es muy interesante. Debido a que el suelo es ácido y quizás porque los monjes lo cuidaban para obtener corcho, estos árboles son especiales. Aunque no hay muchos, son únicos porque en esta zona de la costa solo se encuentran en Albiol y Alforja.
Flora y Fauna Típicas
En el resto del bosque, la vida animal y vegetal es la que se espera de los bosques mediterráneos. Los pinares están formados por pinos negros (Pinus nigra), que resisten el fuerte viento del noroeste, conocido en Cataluña como Mistral. Entre los pinos, crecen otras especies como el roble (Quercetum faginae) y muchos arbustos que crean un paisaje muy bonito. También se puede encontrar el madroño, que popularmente se conoce como cereza de pastor.
Datos Curiosos del Monasterio
- En la entrada del conjunto de Escornalbou, hay un relieve con una letra "T". Esta "T" simboliza el Arzobispado de Tarragona y a Santa Tecla, la patrona de la ciudad. Ella fue la primera dueña del monasterio, no Eduardo Toda como a veces se piensa.
- En las construcciones actuales, todavía se pueden ver restos de antiguas fortificaciones romanas, como un trozo de muralla de un kilómetro de largo. También hay una escultura que representa una cabeza de buey.
- Dentro del edificio, se reunieron colecciones interesantes de grabados, cerámica y objetos de todo tipo, además de una gran biblioteca.
- Los elementos más importantes del lugar son la iglesia románica, los restos de la sala capitular (donde se reunían los monjes) y el claustro. También se puede visitar la vivienda de Eduardo Toda, que ha sido restaurada con mucho cuidado. Esto permite ver cómo era una casa señorial a principios del siglo XX.
- Desde los arcos del claustro, y especialmente desde el punto más alto, que es la ermita de Santa Bárbara, se pueden disfrutar de algunas de las mejores vistas de las comarcas de Tarragona. En este lugar más elevado, antes había una fortaleza romana y sarracena.
- Antiguamente, los habitantes de Riudecañas subían cada año al monasterio y castillo de San Miguel de Escornalbou el día de San Jorge. Hoy en día, se sigue haciendo un encuentro, pero en el mes de junio.