Manuel Uruchurtu Ramírez para niños
Datos para niños Manuel Uruchurtu Ramírez |
||
---|---|---|
Manuel y su esposa la aristócrata Gertrudis Caraza y Landero el día de su boda.
|
||
|
||
Diputado del Congreso de la Unión por el distrito 1 de Sinaloa |
||
16 de septiembre de 1910-15 de abril de 1912 | ||
|
||
Información personal | ||
Nacimiento | 27 de junio de 1872 Hermosillo, Sonora, México |
|
Fallecimiento | 15 de abril de 1912 (39 años) Atlántico Norte |
|
Causa de muerte | Ahogamiento | |
Nacionalidad | Mexicana | |
Familia | ||
Cónyuge | Gertrudis Caraza y Landero | |
Información profesional | ||
Ocupación | Abogado y político | |
Manuel Uruchurtu Ramírez (Hermosillo, Sonora; 27 de junio de 1872 - Atlántico Norte, 15 de abril de 1912) fue un abogado, jurista y político mexicano, conocido por ser el único pasajero de esta nacionalidad desaparecido en el desastre del RMS Titanic, el 15 de abril de 1912.
Biografía
Miembro de una familia de la oligarquía porfiriana, hijo del capitán Mateo Uruchurtu Díaz, y éste a su vez, hijo de Pedro Mateo Uruchurtu Eyurbide, natural de Bilbao y Mercedes Ramírez Estrella, el joven Uruchurtu viajó a la Ciudad de México para estudiar abogacía. Contrajo matrimonio con su compañera de estudios, la aristócrata Gertrudis Caraza y Landero, con quien tuvo siete hijos. Él y su familia se establecieron en la Ciudad de México. Su amistad con el prominente porfirista y miembro del grupo "Los Científicos", Ramón Corral, le abrió las puertas a la vida política del país. Sus estrechos lazos con la dictadura lo obligaron, a la caída del régimen y destierro de Porfirio Díaz en 1911, a huir del país y refugiarse en Europa, temiendo las represalias del nuevo Gobierno encabezado por Francisco I. Madero.
En 1912 visita en Francia a su amigo y padrino político, el también desterrado Ramón Corral. El 1 de marzo de ese año se efectúa el encuentro entre Uruchurtu y Corral. Cumplido su cometido, el sonorense adquiere su boleto para viajar el 10 de abril en el trasatlántico París, de Cherburgo (Francia) al puerto de Veracruz (México).
A finales de marzo o principios de abril de ese año Uruchurtu, hospedado en el Hotel París, en Francia, recibe la visita de Guillermo Obregón, yerno de Ramón Corral y presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados. Obregón había pagado un poco más de 27 Libras esterlinas por un boleto de primera clase que le permitiría navegar en el lujoso trasatlántico RMS Titanic en su viaje inaugural hacia el puerto de Nueva York, Estados Unidos, pero había cambiado de parecer y deseaba intercambiar boletos, a lo que Uruchurtu accedió, sellando así su suerte. Guillermo Obregón viajaría en el trasatlántico París y Uruchurtu en el Titanic con el boleto n.º P-C-17601.
El 8 de abril, Uruchurtu fue invitado a una fiesta con los exiliados leales a Porfirio Díaz y el 10 del mismo mes envió a su madre, en Hermosillo, Sonora, una postal diciéndole que la foto se trataba ni más ni menos que del barco en el que viajaría, que llegando a México la visitaría en Hermosillo para platicarle todo acerca del viaje en el famoso barco. Ese mismo día, en Cherburgo, él abordó el Titanic junto con 273 pasajeros más.
Tras el naufragio de la nave, el cuerpo de Uruchurtu nunca fue recuperado.
Curiosamente 2 de sus sobrinos fueron importantes políticos: Ernesto P. Uruchurtu quien se convertiría en Jefe del departamento del Distrito Federal, secretario de Gobernación y secretario general del PRI y el doctor Gustavo A. Uruchurtu Peralta quien fuera médico personal del presidente Álvaro Obregón, diputado federal, senador de la República, patrono presidente del Nacional Monte de Piedad, entre otros cargos.
Desmentido de los últimos momentos a bordo del Titanic
Popularmente, se había aceptado como verídica la historia que relata las acciones de Manuel Uruchurtu a bordo del trasatlántico. Dicha historia asegura que la noche del hundimiento del Titanic, Uruchurtu fue subido al bote salvavidas número 11 gracias a su estatus de diputado en visita oficial. Una vez a bordo, observó a una dama inglesa que viajaba en segunda clase, de nombre Elizabeth Ramell-Nye (29 años), quien suplicaba ser incluida en el bote salvavidas, alegando que su esposo e hijo la estaban esperando en Nueva York. Los oficiales se negaron a dejarla subir al bote ya que estaba a su máxima capacidad y pondría en peligro la estabilidad de éste. Uruchurtu abandonó el bote salvavidas y cedió su lugar a la dama pidiéndole que en caso de que muriera visitara a su esposa y familia en México (Hermosillo y Xalapa) para hacerles saber sobre sus últimos minutos en vida. Nye salvó su vida al ser rescatada, no así Uruchurtu quien falleció en el hundimiento del Titanic. Tiempo después se descubrió que Elizabeth Ramell-Nye había mentido, ya que no estaba casada ni tenía hijo alguno. No obstante, la mujer cumplió su promesa y en 1924 viajó a Xalapa, Veracruz a visitar a la viuda de Uruchurtu y contarle la historia de los últimos momentos de su marido.
El 24 de agosto de 2012, la periodista Guadalupe Loaeza, autora del libro El caballero del Titanic, que escribió y publicó con motivo del centenario del hundimiento del barco, narra los sucesos antes descritos. Sin embargo, ha afirmado públicamente que no existe prueba alguna sobre dicha anécdota. La naturaleza ficticia de la historia ha sido también confirmada por el biógrafo de Nye, David Bryceton quién calificó la historia como una historia conmovedora sin fundamento.