Manuel Almira y Martín para niños
Datos para niños Manuel Almira y Martín |
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Almira, representado en el pedestal del monumento a Daoiz y Velarde de Aniceto Marinas, ubicado en el Alcázar de Segovia.
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Información personal | ||
Apodo | Almira | |
Nacimiento | 1 de enero de 1778 Segovia (España) |
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Fallecimiento | 21 de noviembre de 1824 (46 años) Madrid (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Lealtad | Reino de España | |
Rama militar | Intendencia | |
Rango militar | Oficial 2ª | |
Conflictos | Guerra de la Independencia Española | |
Manuel Almira y Martin (Segovia, 1778-Madrid, 1824) fue uno de los héroes que participaron en el sucesos del 2 de mayo de 1808 en el cuartel de Monteleón.
Contenido
Biografía
Don Manuel Almira y Martín nació en Segovia el 1 de enero de 1778, hijo de don José Almira y López-Grós y de Doña Inés Martín de Martín.
Inició sus servicios el 1° de agosto de 1798 como auxiliar en las oficinas de la Maestranza de Artillería en Segovia. Como resultado de la reorganización del Ministerio de Cuenta y Razón del Arma, por las Ordenanzas de 1802 y Reglamento de 1806, fue nombrado escribiente meritorio de dicho Ministerio el 30 de abril de 1807 y destinado a la Junta Superior Económica.
La familia de Almira mantenía una amistad íntima y antigua con la de D. Francisco Novella, Teniente Coronel de Artillería en 1805. Esta amistad se fortaleció cuando Almira fue destinado en 1807 a la Junta Superior Económica y se mudó a la misma casa en la que vivía Novella, en la calle de Preciados. En un entresuelo de la misma casa vivió también hasta poco antes de su muerte el Capitán D. Luís Daoíz. Estas circunstancias, junto con la frecuente visita del Capitán D. Pedro Velarde, Secretario de la Junta Superior Económica, a la casa de Novella, llevaron a Almira a entablar amistad con estos capitanes y a compartir su preocupación por la presencia de las tropas francesas en España.
Sucesos del 2 de mayo
El 2 de mayo de 1808, se encontraba en la Junta, que estaba vinculada a la Dirección General del Cuerpo y ubicada en la calle Ancha de San Bernardo.
Ese día, el Capitán D. Pedro Velarde, conmovido por los sucesos que se estaban desarrollando cerca del Palacio Real, salió a la calle decidido a luchar contra los franceses. Almira, compartiendo los sentimientos patrióticos de Velarde, se unió a él voluntariamente y lo acompañó al cuartel del regimiento de infantería "Voluntarios de Estado". Posteriormente, ambos se trasladaron al Parque de Artillería, ubicado en el antiguo palacio del Duque de Monteleón.
El Capitán D. Luís Daoíz, que tenía el mando del destacamento del 5.° Regimiento de Artillería en Madrid y estaba acuartelado en el Parque, decidió apoyar el movimiento iniciado por Velarde. Almira participó activamente en la preparación de la defensa del Parque. Cuando Daoíz fue herido mortalmente y el Parque fue invadido por las tropas francesas, Almira logró convertir una escalera de mano en una camilla para llevar a Daoíz a su domicilio en la calle de la Ternera núm. 6.
Posteriormente, Almira y su esposa se dedicaron a aliviar la situación de Daoíz, buscando un cirujano que, lamentablemente, confirmó la inminencia de su muerte debido a las graves heridas causadas por las bayonetas francesas. Daoíz recibió la extremaunción antes de fallecer alrededor de las seis de la tarde del mismo día. Almira se encargó de conseguir un ataúd para Daoíz y su cuerpo fue llevado a la bóveda de la parroquia-convento de San Martín, donde recibió sepultura gracias a los esfuerzos de Almira.
Durante este proceso, Almira notó entre los cuerpos depositados en la bóveda uno envuelto en un pedazo de lienzo de tela de tienda de campaña. Al descubrirlo, reconoció que era el cuerpo del Capitán Velarde, herido en el pecho. Almira se aseguró de que también se le diera sepultura a Velarde. Gracias a las declaraciones de Almira en Cádiz en 1813, fue posible exhumar los restos de ambos capitanes.
Participación en la Guerra de Independencia
Después de estos eventos, Almira permaneció en Madrid, encargado del Archivo de la Junta Superior Económica, por instrucciones del Comisario Ordenador de Artillería, D. Andrés Gallego. Cuando los franceses evacuaron la capital en julio de 1808, a Almira se le ordenó hacerse cargo de las armas y municiones existentes en los almacenes del Real Sitio del Buen Retiro y el convento de San Jerónimo.
El 29 de noviembre, fue promovido al empleo de Oficial 3.° (entonces denominado escribiente de número) y destinado al Parque General del Ejército del Centro. Antes de incorporarse, Madrid fue atacada por los franceses del 1 al 4 de diciembre, por lo que Almira participó en la defensa, suministrando municiones a las baterías y prestando otros servicios necesarios en las circunstancias. Cuando los franceses entraron en la ciudad el día 4, Almira quedó prisionero de guerra, pero logró escapar a finales de mes e incorporarse al parque general.
Continuó sus servicios en los parques del Ejército del Centro, del 2.° y del 3.°, desempeñando diferentes comisiones por orden de sus jefes, principalmente las arriesgadas de ir y volver a Madrid varias veces para explorar las operaciones de los enemigos y adquirir noticias acerca de la marcha de las mismas, tanto en las provincias como en el extranjero.
En 1811, sus jefes le ordenaron que permaneciera en Madrid para comunicarles por medio de cartas cifradas y trámites convenidos las referidas noticias. Sin embargo, algunas de estas cartas cayeron en poder de la policía francesa, lo que llevó a la detención de Almira y toda su familia en la noche del 10 de junio de 1812. Fue encerrado en la cárcel de la Villa en el calabozo llamado la grillera, un lugar oscuro e inmundo que fue ordenado destruir en 1814. Su esposa y su madre política también fueron encarceladas, mientras que sus hijos fueron liberados el 14 de junio.
Almira fue liberado el 12 de agosto, cuando el ejército español entró en Madrid. Se le ordenó hacerse cargo del material de Artillería existente en el Buen Retiro y el convento de San Jerónimo. Continuó desempeñando esta y otras comisiones del Real servicio hasta diciembre, cuando las tropas francesas volvieron a Madrid. Almira salió con el objetivo de incorporarse a sus anteriores destinos en el 3.° ejército, y al no lograrlo, emprendió la marcha hacia Cádiz, donde se encontraba la Dirección General del Cuerpo al lado del Gobierno Supremo de la Nación.
Al presentarse en Cádiz el 11 de marzo de 1813, entregó al Director General los documentos que comprobaban su conducta durante su prisión y comisión en Madrid. En vista de estos documentos y del informe del Asesor General, fue destinado a la Fábrica de Armas de chispa en Granada el 1° de abril.
En agosto de ese mismo año, fue promovido por antigüedad al empleo de Oficial 2ª (entonces denominado guarda-almacén extraordinario) y destinado a dicha Fábrica de Armas.
Carrera militar y muerte
Posteriormente, fue asignado con el cargo de efectos y caudales del material de Artillería al castillo del Puerto de San Juan de las Águilas en Murcia, y en 1820 fue trasladado con el mismo cometido a la plaza de Zamora.
Durante su servicio en Zamora, Almira cayó gravemente enfermo y solicitó una licencia real para trasladarse a Madrid, donde residía su familia. Al día siguiente de su llegada a la capital, falleció el 21 de noviembre de 1824.
Reconocimientos
Tiene dedicada una calle en su ciudad natal, Segovia. La calle, que nace de la plaza de Día Sanz y llega hasta la calle de los Cañuelos, se conoció primitivamente como «calle del Romero», pero pasó a tener el título que ostenta en la actualidad en honor a Manuel Almira y Martín, segoviano que acompañó a Luis Daoiz en su muerte el 2 de mayo de 1808.
Asimismo, es uno de los personajes representado en el monumento a Daoiz y Velarde, ubicado en el Alcázar de Segovia.