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Haciendas azucareras en Morelos para niños

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Las haciendas eran grandes propiedades rurales que funcionaban como centros de producción, especialmente de azúcar, en México. Su forma de trabajo se parecía a la de las grandes fincas de la época feudal en Europa. Con el tiempo, eventos importantes como la Revolución Mexicana y la reforma agraria cambiaron por completo estas haciendas, dando lugar a nuevas maneras de producir.

Archivo:Morelos in Mexico (location map scheme)
El estado de Morelos, México

El estado de Morelos ha tenido una relación muy cercana con la producción de azúcar desde que los españoles llegaron a México. Hernán Cortés descubrió que Cuernavaca era un lugar ideal para cultivar caña de azúcar. Otros españoles siguieron su ejemplo, y a partir del siglo XVII, muchas haciendas azucareras surgieron en los valles fértiles de Cuernavaca y Cuautla. Así, esta región se convirtió en una de las más importantes productoras de azúcar en la Nueva España (como se llamaba México en ese entonces).

Archivo:1000 pesetas, 12 de octubre de 1992, Hernán Cortés
Este billete de mil pesetas, del 12 de octubre de 1992, está dedicado a Hernán Cortés, un personaje importante en la historia del estado de Morelos.

Historia de las Haciendas Azucareras

Archivo:Entrada a hacienda
Entrada a una hacienda de Morelos remodelada en el siglo XX

Desde principios del siglo XVII, la producción de azúcar enfrentó varios desafíos que se hicieron más grandes con el tiempo, afectando a las haciendas. A finales del siglo XVI, se prohibió exportar azúcar, lo que limitó la producción solo al mercado dentro del país.

Alrededor de 1770, la Nueva España comenzó a vivir un buen momento económico, y la agricultura creció mucho. La industria azucarera también se benefició de este crecimiento, permitiendo que la región de Cuernavaca-Cuautla tuviera un periodo de prosperidad durante los últimos años del virreinato. Varias cosas ayudaron a este crecimiento, como la expansión del mercado del azúcar. En 1794, se quitó la prohibición de fabricar bebidas alcohólicas, y muchos comerciantes compraron propiedades e invirtieron dinero para hacerlas más productivas. Entre estos nuevos dueños de haciendas, surgió un grupo con mucho poder económico.

Durante el Porfiriato (el periodo en que gobernó Porfirio Díaz), las haciendas alcanzaron su mayor desarrollo. En promedio, tenían entre diez mil y cien mil hectáreas. En Morelos, las haciendas no eran tan grandes, excepto las de Luis García Pimentel, cuyas propiedades sumaban más de 68,000 hectáreas. Sin embargo, por su ubicación geográfica, rodeadas de ríos y manantiales, estas tierras eran increíblemente fértiles, mucho más que en otros estados. Además, estaban muy cerca de la Ciudad de México, el mercado más importante de la época y hasta hoy, a solo 100 km de distancia. Por eso, aunque no tenían la misma extensión que las haciendas del norte, Morelos se convirtió rápidamente en el principal productor de caña de azúcar del país. En 1880, se introdujeron nuevas tecnologías que impulsaron un crecimiento enorme.

Los métodos antiguos para producir azúcar se usaron en la Nueva España y en el México independiente por al menos 300 años. Un avance importante ocurrió a mediados del siglo XIX, cuando se cambió la variedad de caña criolla por la caña habanera, que era más fácil de moler. Otro cambio crucial fue el uso del vapor en lugar de la fuerza del agua para mover los molinos, lo que aumentó mucho la cantidad de caña que se podía procesar.

Instrumentos como procesadores de efecto múltiple y evaporadoras al vacío ayudaron a controlar mejor el calor y la cristalización del azúcar. También se usaron básculas, grúas y trenes de mulas para medir y transportar la caña desde el campo hasta la fábrica y de ahí a la estación del tren. Todo esto contribuyó al desarrollo de las haciendas azucareras. Otro factor que aceleró este crecimiento fue que las haciendas se quedaron con las mejores tierras de cultivo y controlaron el agua, lo que afectó a las comunidades cercanas.

La historia de esta zona está muy ligada a la Revolución Mexicana, liderada por Emiliano Zapata. Muchas haciendas se transformaron en cuarteles, almacenes y bodegas durante este tiempo. Los muros de estas haciendas azucareras guardan muchas historias de valentía, conflictos y momentos importantes. Algunas se han convertido en hoteles de lujo, mientras que otras están en ruinas y desapareciendo poco a poco.

Archivo:Euphemio y Emiliano Zapata
Emiliano Zapata, aquí con su hermano Eufemio, está ligado a la historia de las haciendas azucareras del estado de Morelos y de Puebla.

Ejemplos de Haciendas en Morelos

Hacienda Cocoyoc

San José Cocoyoc es una antigua hacienda, ubicada en un valle con mucha agua y buen clima. Fue parte de las propiedades de Hernán Cortés y sus descendientes. Fue una de las haciendas más prósperas de la Nueva España. Después de la Revolución, sus tierras fueron repartidas, y muchos años después, en 1957, el edificio principal fue comprado para convertirlo en hotel.

Hacienda Chiconcuac

La localidad de Chiconcuac, en Morelos, se encuentra a 1,161 metros de altura. Su nombre proviene del náhuatl Chicomecoatl, que es el nombre de la diosa de la comida y la cosecha. Según la tradición, Chiconcuac significa "culebra o serpiente de siete cabezas". Los primeros registros de la Hacienda de Chiconcuac datan del siglo XVI, construida por Martín Cortés, hijo de Hernán Cortés. En 1853, Pío Bermejillo e Ibarra compró la hacienda, convirtiéndose en uno de los hacendados azucareros más importantes de la región. Él fue parte de una nueva generación de empresarios agrícolas que implementaron medidas modernas, como reducir costos, cambiar la forma de producción, controlar la mano de obra e introducir tecnología.

En 1856, Pío era dueño de las haciendas de San Vicente Zacualpán, Dolores y Chiconcuac. Su hermano Nicolás, quien las administraba, tuvo problemas con un arrendatario. Las tres haciendas fueron atacadas, pero los hechos más graves ocurrieron en San Vicente. Los atacantes entraron en la hacienda y, en la mañana del 18 de diciembre de 1856, Nicolás y otros tres empleados españoles perdieron la vida. Este suceso impactó a todo el país, e incluso llevó a que el gobierno español rompiera relaciones diplomáticas con México.

Hacienda Chinameca

Archivo:Chinameca
Chinameca fue la hacienda azucarera más grande del estado de Morelos

Esta hacienda se encuentra cerca de Cuautla. En 1700, comenzó como un pequeño trapiche (molino de caña) propiedad de Felipe Cayetano de Cárdenas. Después de varios dueños, fue adquirida en 1899 por Vicente Alonso, un hacendado muy culto conocido por sus escritos sobre la caña de azúcar. Chinameca fue su propiedad más grande. Para aumentar la producción, ordenó construir un enorme canal de riego, una obra que tardó más de cinco años. En 1906, se terminó la construcción del edificio que aún existe y recibió la maquinaria más moderna, gracias a una vía de ferrocarril que llegaba hasta allí. Desde entonces y hasta el levantamiento de Zapata contra el presidente Francisco I. Madero, fue la hacienda más productiva del estado.

La hacienda es fácil de reconocer por su gran chimenea y su lema "Tierra y libertad". Fue allí donde, el 10 de abril de 1919, el General Emiliano Zapata fue atacado y falleció. Hoy, las tierras de la antigua hacienda se usan para la agricultura, produciendo maíz y caña de azúcar.

Hacienda Coahuixtla

Archivo:Ex Hacienda Coahuixtla, Morelos
Ex hacienda de Coahuixtla, Morelos

Ubicada en el municipio de Cuautla de Morelos, fue parte de una zona dedicada al cultivo de la caña de azúcar desde la época colonial, por orden de Hernán Cortés. Nació a finales del siglo XVI como un trapiche de los frailes dominicos. A finales del siglo XIX, pasó a manos de Manuel Araoz y se convirtió en la hacienda azucarera y productora de alcohol más grande y moderna de la zona.

Durante el gobierno de Porfirio Díaz, Coahuixtla y la hacienda vecina de Hospital (también llamada La Concepción) intentaron ocupar las tierras ancestrales de Anenecuilco y Villa de Ayala. Esta disputa llevó en 1911 al levantamiento armado de Emiliano Zapata. Lamentablemente, este sitio histórico está abandonado y en ruinas. Hoy es un conjunto fascinante de muros, arcos, acueductos y bodegas.

Hacienda Montefalco

Ubicada en el municipio de Jonacatepec, cuyo nombre náhuatl significa "en el cerro de las cebollas" (que se producen en la región), la hacienda está al lado del pueblo del mismo nombre. Hoy sus instalaciones son una escuela para mujeres y también se usan para retiros religiosos. Perteneció a la familia García Pimentel y fue donada en 1951 a una organización religiosa.

Hacienda San Antonio Atlacomulco

Su historia se relaciona con la fábrica de azúcar de Tlaltenango, fundada por Cortés. En 1642, los herederos de Cortés trasladaron esa fábrica a esta zona de Jiutepec, y así surgió la hacienda azucarera más importante de la Nueva España en ese tiempo. Volvió a tener un gran crecimiento a mediados del siglo XIX, cuando el político e historiador Lucas Alamán ordenó modernizarla.

Hacienda San Carlos

Esta hacienda azucarera, como la mayoría en Morelos, fue escenario de un evento histórico donde el General Benigno N. Zenteno fue ejecutado después de un combate. La Hacienda data del año 1608.

Hacienda Santiago Tenextepango

Una hacienda azucarera en Ayala, Morelos. Fue una de las más productivas de su tiempo, con una extensión de 16 mil hectáreas. A lo largo de su historia, pasó por varias familias de hacendados. Los más importantes que invirtieron e impulsaron su crecimiento después del virreinato fueron Don José Martín Chávez, Don Francisco Cortina González de Noriega y Don Ignacio Cortina Chávez. Don Ignacio de la Torre y Mier, yerno del presidente Porfirio Díaz, la heredó de su padre. Ignacio de la Torre fue uno de los promotores de la Asociación de Hacendados de Morelos, fundada en 1897 y disuelta en 1903.

Hacienda San José Vista Hermosa

Archivo:Hacienda edificio principal 2
Hacienda edificio principal

Ubicada cerca de la Laguna de Tequesquitengo, es una de las primeras haciendas que se convirtió en hotel, en 1947. También es una de las haciendas más antiguas de la zona. Fue fundada por Hernán Cortés en 1529 y perteneció a sus descendientes hasta 1621. Desde su inicio, fue una de las principales haciendas del sur de Morelos. Las aguas de su sistema de riego crearon en ese tiempo el lago de Tequesquitengo, ubicado a pocos kilómetros. Este importante cuerpo de agua es artificial, aunque surgió de un ojo de agua natural, y se terminó de formar hacia 1865.

Archivo:Mapa-iglesia-hundida-tequesquitengo
Diagrama de la iglesia hundida de Tequesquitengo

Su origen está rodeado de una leyenda: en el fondo del lago se encuentran los restos del antiguo pueblo de San Juan Bautista Tequesquitengo y su iglesia. Algunos dicen que su formación fue resultado de la acumulación de agua por parte de los hermanos Miguel y Leandro Mosso, entonces dueños de la hacienda. Otra versión cuenta que fue el resultado de un desacuerdo entre los dueños de la hacienda y los habitantes del pueblo, quienes no querían trabajar en la cosecha de caña porque se dedicaban a cultivar tequesquite. Así, los hacendados desviaron los canales de riego hacia el valle y lo inundaron lentamente. En pocos años, el agua cubrió hasta la iglesia. La gente del pueblo se mudó a las partes más altas y se llevó consigo la campana del templo.

Hacienda Ticumán

Archivo:Levada Madeira
Un canal o apantle, como los de la hacienda de Ticumán

Ubicada en el municipio de Tlaltizapán, sigue siendo un gran productor de caña de azúcar y aún utiliza el sistema de riego colonial de canales, llamado apantle. El río de Las Estacas, que riega la zona, es la base del balneario Las Estacas, un lugar muy atractivo para el turismo.

La hacienda de Ticumán fue el cuartel general de Zapata durante la Revolución y el lugar donde Otilio Montaño, quien redactó el Plan de Ayala, fue ejecutado.

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Haciendas azucareras en Morelos para Niños. Enciclopedia Kiddle.