Fungicida para niños
Los fungicidas son sustancias especiales que se usan para detener el crecimiento o eliminar a los hongos y mohos que pueden ser dañinos para las plantas o los animales.
Estos productos se pueden aplicar de varias maneras: rociándolos, pulverizándolos, cubriendo algo con ellos o fumigando lugares. Para materiales como la madera, el papel o el cuero, se usan impregnándolos o tiñéndolos. También existen fungicidas que se usan como medicamentos, ya sea tomándolos o aplicándolos, para tratar enfermedades en personas o animales.
La mayoría de los fungicidas que se usan en la agricultura se aplican sobre las semillas, hojas o frutas. Esto ayuda a prevenir que se extiendan enfermedades causadas por hongos, como la roya, el tizón, los mohos, el mildiu o el oidio.
Algunas enfermedades graves causadas por hongos, como la roya del trigo, el tizón del maíz y una enfermedad de la patata causada por el hongo Phytophthora infestans, que provocó una gran escasez de alimentos en Irlanda en la década de 1840, ahora pueden combatirse con fungicidas.
Los fungicidas se pueden clasificar de diferentes maneras, según cómo actúan, de qué están hechos y para qué se usan.
Contenido
Un poco de historia: ¿Cuándo aparecieron los fungicidas?
Uno de los fungicidas más antiguos y que todavía se usa es el caldo bordelés. Este fungicida, hecho con cobre, se inventó en 1880 en la región de Burdeos, Francia.
Más tarde, a principios del siglo XX, se empezó a usar el yoduro potásico. Entre los años 1940 y 1950, surgieron tratamientos que se aplicaban directamente sobre la piel y ayudaban a eliminar las capas superficiales, con un efecto débil contra los hongos.
En los años siguientes, se desarrollaron fungicidas que se aplicaban en la piel o que el cuerpo absorbía para actuar en todo el sistema. En la década de 1990, aparecieron los triazoles, y el itraconazol fue el primer fungicida que se podía tomar por vía oral y que funcionaba contra muchos tipos de hongos. En el siglo XXI, la investigación sigue avanzando y aparecen nuevos productos como el voriconazol y la caspofungina.
Tipos de fungicidas según cómo actúan
Los fungicidas se pueden dividir en dos grupos principales según cómo protegen a las plantas:
Fungicidas protectores (de contacto)
Estos fungicidas se aplican antes de que las esporas de los hongos lleguen a la planta. Actúan solo en la superficie de la planta donde se han depositado. Su función es evitar que las esporas de los hongos germinen (empiecen a crecer) y entren en las células de la planta. Por eso, es importante cubrir la mayor parte de la planta con estos productos.
Fungicidas erradicadores (sistémicos)
También se les llama sistémicos. Estos fungicidas se usan cuando la planta ya está enferma por hongos. La planta los absorbe a través de sus follaje (hojas) o de sus raíces, y luego se mueven por toda la planta. Otros productos sistémicos, llamados fungicidas translaminares, pueden moverse de la parte superior de una hoja a la inferior, pero no de una hoja a otra. Los fungicidas sistémicos pueden afectar a los hongos en diferentes etapas de su vida.
Tipos de fungicidas según de qué están hechos
Los fungicidas están hechos de diferentes compuestos químicos. Algunos de los más conocidos son:
- Compuestos de cobre: Incluyen el cloruro de cobre, el oxicloruro de cobre y el sulfato de cobre. El "caldo bordelés", que es una mezcla de cal y sulfato de cobre, fue el primer fungicida eficaz y se desarrolló en 1882. Se usó mucho en plantas y árboles frutales.
- Compuestos de azufre: Como el azufre mismo o la cal de azufre.
- Ditiocarbamatos: Son compuestos que contienen azufre y se usan en muchos cultivos, árboles y plantas ornamentales.
- Antibióticos: Algunos fungicidas son también antibióticos, como la griseofulvina.
¿Dónde se usan los fungicidas?
Los fungicidas se usan de varias maneras, dependiendo de lo que se quiera proteger:
- Para cubrir las semillas antes de plantarlas.
- Para desinfectar el suelo.
- Para aplicar directamente sobre las plantas.
Hoy en día, los fungicidas son mucho más variados que antes y se usan de forma más específica para combatir hongos concretos en plantas determinadas.
También existen fungicidas biológicos, que son más amigables con el medio ambiente. Un ejemplo es el aceite de neem, que se extrae del fruto del árbol de neem. Este aceite no es dañino para las personas ni para los animales, y también respeta a algunos insectos. Otro ejemplo es la Trichoderma Harzianum, que se aplica en las hojas, semillas y el suelo.

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Véase también
En inglés: Fungicide Facts for Kids