Fortunato Depero para niños
Fortunato Depero (nacido en Fondo el 30 de marzo de 1892 y fallecido en Rovereto el 29 de noviembre de 1960) fue un artista italiano muy creativo. Se dedicó a la pintura, la escultura, el diseño, la ilustración, la escenografía (diseño de escenarios para teatro) y la publicidad. Fue uno de los artistas más importantes del movimiento artístico llamado Futurismo en Italia.
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Primeros años y formación artística
Fortunato Depero nació en una familia de Vigo di Ton, una zona que en ese momento formaba parte del Imperio austrohúngaro. Cuando era pequeño, su familia se mudó a Rovereto. Allí, Fortunato estudió en la Realschule, una escuela de arte donde conoció a otros jóvenes que luego serían artistas importantes en Italia. En Rovereto, había personas que deseaban que la región se uniera a Italia.
En 1908, intentó entrar a la Academia de Bellas Artes de Viena, pero no lo aceptaron. En 1910, se fue a Turín y trabajó como decorador para la Exposición Universal de 1911. Al regresar a Rovereto, trabajó con un marmolista, haciendo lápidas. Depero se sintió muy atraído por la escultura, y esto influyó en su forma de pintar, dándole a sus obras un sentido de volumen. Al principio de su carrera, se presentaba más como escultor que como pintor.
Primeras exposiciones y el Futurismo
Depero organizó sus primeras exposiciones en 1911 y 1913. En 1913, publicó su primer libro, Spezzature-Impressioni: Segni e ritmi, que incluía poemas, pensamientos e ilustraciones suyas. Ese mismo año, quedó muy impresionado al ver una exposición de Umberto Boccioni en Roma. Fue entonces cuando conoció a dos artistas que admiraba mucho: Giacomo Balla y Filippo Tommaso Marinetti.
Gracias a un galerista, Depero expuso sus obras en Roma en 1914, en una exposición internacional donde participaron artistas muy reconocidos.

¿Qué es el Futurismo?
El Futurismo fue un movimiento artístico que surgió en Italia a principios del siglo XX. Los artistas futuristas querían romper con el pasado y celebrar la velocidad, la tecnología, la juventud y la violencia. Buscaban un arte que reflejara el dinamismo de la vida moderna.
Depero regresó a la región de Trentino para exponer en Trento, pero el inicio de la Primera Guerra Mundial lo llevó a mudarse a Roma. Allí, se convirtió en alumno de Giacomo Balla y se unió al primer grupo futurista. En 1915, junto a Balla, escribió un manifiesto importante llamado Reconstrucción futurista del universo. En este escrito, Balla y Depero se declararon futuristas abstractos y hablaban de un universo alegre, lleno de color y luz.
Aunque Depero era futurista, tenía sus propias ideas. Por ejemplo, no estaba de acuerdo con la idea de Boccioni de "rehacer la historia" a través del arte. Se sentía más cercano a las ideas de su maestro Balla, a quien consideraba un pionero en la búsqueda de la forma artística. Depero también pensó en cómo el Futurismo se relacionaba con otros movimientos, como el Dadaísmo.
El Segundo Futurismo
Algunos historiadores del arte, como Enrico Crispolti, dividen el Futurismo en dos etapas. El "Primer Futurismo" fue el de los inicios, entre 1909 y 1916, con artistas como Umberto Boccioni. El "Segundo Futurismo" fue el que vino después, al que perteneció Depero. Esta división se hizo más clara porque algunos de los primeros futuristas fallecieron durante la Primera Guerra Mundial.
Una diferencia importante entre las dos etapas fue cómo entendían el arte. Los primeros futuristas querían "llevar el arte a la vida" a través de espectáculos, pero se enfocaron más en pinturas y esculturas. El Segundo Futurismo, impulsado por las ideas de Balla y Depero en la Reconstrucción futurista del universo, llevó sus ideas a la vida diaria de las personas. Lo hicieron a través del diseño publicitario, la decoración, la moda, los escenarios de teatro y el arte postal.
En 1915, Depero participó en movimientos que buscaban la unión de su región con Italia y fue al frente de guerra, pero enfermó y tuvo que regresar. Esta experiencia se reflejó en algunos de sus dibujos de guerra.
Teatro de vanguardia y las Casas de Arte futuristas
En 1916, Depero preparó una exposición. Sus obras, aunque influenciadas por Giacomo Balla, destacaban por su expresividad. También empezó a crear canciones con "ruidos" y un lenguaje poético llamado "onomalingua", que usaba sonidos para crear efectos divertidos en el escenario.
Conoció a Serguéi Diáguilev, un importante empresario de los Ballets Rusos. Diáguilev le encargó los decorados y trajes para una obra de Ígor Stravinski. Sin embargo, Depero no pudo hacer este trabajo porque estaba ayudando a Pablo Picasso con los trajes para otro ballet.
En 1917, Depero conoció al poeta suizo Gilbert Clavel, con quien tuvo una gran amistad y colaboración. Depero ilustró un libro de Clavel con dibujos que mezclaban estilos futuristas y expresionistas. Juntos, fundaron el Teatro Plástico, un espectáculo con marionetas. Su obra Bailes plásticos, con música y marionetas gigantes, se estrenó en Roma en 1918. Fue una obra muy innovadora porque no usaba actores ni bailarines, solo marionetas, y tenía música de compositores famosos como Béla Bartók.
Después de esta experiencia teatral, Depero empezó a pensar de manera más práctica sobre cómo llevar las ideas futuristas a la vida cotidiana. Creía que esto solo sería posible si se consideraban las oportunidades del mercado y se usaban las artes aplicadas (diseño de objetos, publicidad, etc.). Así nacieron las Casas de Arte futuristas en Italia a partir de 1918. Depero fundó la suya en Rovereto en 1919. En su Casa de Arte, creó carteles, muebles y otros objetos útiles para decorar casas modernas. Sus diseños se destacaban por ser prácticos, a diferencia de otros objetos futuristas que eran muy vanguardistas pero no se podían usar.
La década de 1920 y la publicidad
En la década de 1920, Fortunato Depero recibió encargos importantes. En 1920, trabajó para un periódico de Milán y una agencia de publicidad, creando carteles y tapices grandes.
En 1921, tuvo una exposición individual en Milán y Roma. En 1922, para promocionar una exposición en Turín, Depero hizo algo muy novedoso: lanzó folletos publicitarios desde un avión, con la ayuda de su amigo el pintor Fedele Azari.
En 1923, participó en la I Bienal de Artes Decorativas de Monza. Ese mismo año, en Rovereto, se redecoró por completo la Casa de Arte para dos eventos futuristas.
En 1924, Depero presentó en Milán un "ballet mecánico" llamado Anihccam del 3000, que se mostró en veinte ciudades italianas. También diseñó y confeccionó los famosos "chalecos futuristas" que usaban los principales artistas del movimiento.
En 1925, Depero participó en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industrias Modernas de París, donde el Futurismo tuvo una sala completa. Esta exposición fue muy importante para él, ya que le permitió hacer contactos y exponer en Estados Unidos (Nueva York, Boston y Chicago). También expuso en la Bienal de Venecia de 1926, donde presentó su pintura Squisito al selz, que fue su primera colaboración con la empresa de bebidas Campari.
El año 1927 fue clave para Depero. Con el apoyo de su amigo editor Fedele Azari, publicó la monografía Depero futurista 1913–1927, conocida como el Libro atornillado. Esta publicación era un libro de artista y una herramienta comercial para mostrar su trabajo y conseguir nuevos clientes. El libro fue impreso bajo la supervisión de Depero, usando diferentes tipos de papel y un diseño muy experimental para la época. Las páginas se mantenían unidas con dos pernos.
Entre 1924 y 1928, Depero recibió encargos de muchas empresas, como Campari, con la que tuvo una relación laboral muy cercana. Los artistas futuristas veían la publicidad como el "nuevo arte del mundo moderno", y Depero fue el más importante cartelista publicitario del Futurismo. Años después, resumió sus ideas sobre este tema en el Manifesto del arte publicitario.
De Rovereto a Nueva York
En 1928, Fortunato Depero se mudó a Nueva York con su esposa Rosetta, buscando nuevas oportunidades. Intentó establecer allí una versión de su Casa de Arte futurista de Rovereto, a la que llamó Depero's Futurist House. Organizó exposiciones de pintura, trabajó en publicidad, diseñó la decoración de restaurantes, creó escenarios para teatro y diseñó portadas de revistas. Toda su actividad en Nueva York seguía las ideas de la Reconstrucción futurista del universo.
A principios de 1929, Depero tuvo su primera exposición individual de pintura en Nueva York. Aunque sus trabajos mejor pagados fueron para el teatro y, sobre todo, para la publicidad.
En Nueva York, Depero se reencontró con su amigo Massine, quien le presentó al director artístico del Roxy Theatre, quien le encargó varios trabajos. Depero también diseñó portadas para revistas importantes como Vanity Fair, Vogue y The New Yorker. Además, diseñó anuncios para grandes almacenes como Macy's.
También planeó la renovación de dos restaurantes. En octubre de 1929, una exposición de sus trabajos publicitarios le valió un contrato con una importante agencia de publicidad. Su estilo artístico en Nueva York mantuvo la continuidad con lo que había desarrollado en Italia: sus personajes solían ser marionetas, usaba diagonales para dar dinamismo, y el paralelepípedo era una figura geométrica clave. También empleaba grandes contrastes de luces y colores, y combinaba el blanco, el negro y el rojo. Aunque no fue un gran innovador del diseño gráfico, su fuerte personalidad e iconografía influyeron mucho en los publicistas posteriores. Su etapa en Estados Unidos ayudó a que su arte fuera conocido internacionalmente.
Regreso a Italia y últimos años
Fortunato Depero regresó a Italia en 1930, en medio de una crisis económica en Estados Unidos. Expuso con el grupo futurista en Roma. En ese momento, el Futurismo se estaba orientando hacia una nueva estética llamada Aeropintura, con la que Depero no se sentía muy a gusto, aunque firmó el manifiesto por lealtad a sus amigos. A Depero no le fascinaban los aviones, y sentía que al haber estado en Nueva York y en lo alto de los rascacielos, ya había alcanzado una perspectiva del mundo más elevada que la que buscaban sus compañeros con los aeroplanos. Desilusionado con el rumbo del Futurismo, Depero empezó a interesarse más por la naturaleza. Este cambio se vio en sus obras: poco a poco dejó los colores cálidos y las composiciones diagonales por tonos fríos y estructuras más estables. También desaparecieron las marionetas y duendes, y empezó a usar motivos y personajes del folclore italiano.
En los primeros años de la década de 1930, Depero trabajó para varios periódicos. En 1931, publicó el Manifesto del arte publicitario futurista, donde explicaba que la imagen publicitaria debía ser rápida, clara, fascinante y con grandes manchas de color para aumentar el dinamismo.
En 1932, tuvo una sala dedicada a él en la XVIII Bienal de Venecia. En 1933, publicó una revista llamada Dinamo Futurista. En 1934, organizó las Líricas radiofónicas, que también recitó en la radio.
Después de estas actividades, Depero pasaba cada vez más tiempo en su retiro en Trentino. Su participación en las actividades oficiales del aerofuturismo se hizo más esporádica, y poco a poco se fue apartando del movimiento. Sin embargo, se convirtió en una figura muy respetada por los artistas más jóvenes, quienes lo visitaban en Rovereto.
Este aislamiento profesional lo fue alejando de la publicidad, que en esos años también cambiaba y se distanciaba de los diseños coloridos de Depero. Sus principales clientes seguían siendo empresas, hoteles y administraciones públicas, que le pedían trabajos decorativos y de comunicación.
Hacia la segunda mitad de la década de 1930, debido a las medidas económicas de la época, Depero participó en el relanzamiento del buxus, un material económico hecho con celulosa que sustituía a la madera. Depero lo usó mucho en sus creaciones.
En 1940, publicó su Autobiografía. En 1942, realizó un gran mosaico para la Exposición Universal de Roma. En 1943, publicó A Passo Romano, un libro que celebraba las ideas y la estética del gobierno de la época, del que recibió importantes encargos. Durante la Segunda Guerra Mundial, debido a los bombardeos en Rovereto, Depero se refugió en un pueblo de montaña y cerró definitivamente la Casa de Arte futurista de Rovereto.
Después de la guerra
Después de la guerra, Depero intentó explicar su apoyo al gobierno anterior, diciendo que pensaba que ayudaría a sus ideales artísticos y que también lo hizo por "necesidad de comer". En 1947, intentó encontrar clientes en Estados Unidos, pero la situación había cambiado y encontró una actitud hostil hacia el Futurismo, que se consideraba el arte del gobierno anterior. Regresó a Italia en 1949, desilusionado, pero decidido a seguir creando.
En la década de 1950, Depero contribuyó con dos obras a la colección del empresario Giuseppe Verzocchi: un autorretrato y la obra Torno y telar. Verzocchi quería reunir obras de arte sobre el mundo del trabajo y encargó a más de 60 pintores italianos un autorretrato y un cuadro con el mismo tema.
En 1951, Depero publicó un manifiesto sobre el Arte Nuclear. Entre 1953 y 1956, reformó y decoró la sala del Consejo de la provincia autónoma de Trento. En 1955, criticó a la Bienal de Venecia en su texto Antibienal, acusándolos de marginar al Futurismo.
En 1957, Fortunato Depero comenzó a organizar en Rovereto la Galería Museo Depero, dedicada a sus obras. Se inauguró dos años después, en 1959. Un año más tarde, el 29 de noviembre de 1960, Depero falleció en Rovereto.
Homenajes póstumos
En 1965, la IX Cuatrienal de Roma le dedicó una exposición especial. A principios de la década de 1970, comenzó la valoración artística de Depero y de todo el llamado "segundo Futurismo", que había sido menospreciado antes.
En 2009, después de ser restaurado, el Museo Depero reabrió sus puertas y ahora es parte del Mart (Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Trento y Rovereto). Allí se encuentran varias obras importantes de Depero. El archivo personal del artista, con sus escritos, cartas, bocetos y fotografías, también se guarda en el Mart.
Véase también
En inglés: Fortunato Depero Facts for Kids