Jaume Ferrer Bassa para niños
Jaume Ferrer Bassa (nacido cerca de 1285 en Avinyonet del Penedés – fallecido en Barcelona en 1348) fue un importante pintor e ilustrador de libros en la Corona de Aragón. Trabajó mucho para los reyes Alfonso IV y Pedro el Ceremonioso.
Ferrer Bassa dejó atrás el estilo gótico francés inicial y, como otros artistas de su época en la Corona de Aragón, se interesó por las escuelas de pintura de Florencia y Siena. Se cree que conoció estos estilos durante un viaje a Italia. Junto con su hijo Arnau, se le considera el fundador del taller más importante en Barcelona y en toda la Corona de Aragón que adoptó el estilo italiano en la pintura, gracias al apoyo de la corte real.
Los historiadores de principios del siglo XX lo llamaron el «Giotto catalán», comparándolo con el famoso pintor italiano Giotto. Se sabe que trabajó en ciudades como Zaragoza y Barcelona entre 1324 y 1348. Se cree que falleció a causa de la peste, al igual que su hijo y aprendiz Arnau Bassa.
Datos para niños Jaume Ferrer Bassa |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1285 Avinyonet del Penedés (España) |
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Fallecimiento | 1348 Barcelona (España) |
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Causa de muerte | Peste | |
Familia | ||
Hijos | Arnau Bassa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor e iluminador | |
Años activo | 1324-1350 | |
Movimiento | Arte gótico | |

Contenido
La vida de Jaume Ferrer Bassa
¿Cuándo viajó Ferrer Bassa a Italia?
Entre 1324, cuando recibió un encargo para decorar capillas en Sitges, y 1333, cuando el rey Alfonso el Benigno le pidió pintar un libro importante, hay un periodo de unos ocho o nueve años sin mucha información sobre su trabajo. Se cree que durante este tiempo, entre 1325 y 1332, viajó a Italia. Es posible que visitara la región de la Toscana y los monasterios de Asís. Su obra muestra que conoció el estilo de Giotto, aunque no se sabe si se encontraron directamente en Italia o si su influencia llegó de forma indirecta.
Su trabajo para los reyes de Aragón
Dos documentos reales de 1333 y 1335, que hablan de pagos por su "salario o trabajo", demuestran que Ferrer Bassa trabajaba regularmente para el rey Alfonso IV de Aragón, quien falleció en 1336. Algunos historiadores creen que Bassa tenía el título de "pintor del rey", aunque otros no están de acuerdo, ya que el primer pintor con ese cargo oficial fue Luis Dalmau.
Su familia
Jaume Ferrer Bassa y su esposa Blanca tuvieron un hijo llamado Arnau Bassa, quien también trabajó en su taller. Tuvieron otra hija, Blanca Bassa, que se casó en 1347 con el escultor Jaume Cascalls. Cascalls también colaboró como pintor en el taller de los Bassa. Es probable que Bartomeu Bassa, otro pintor, y Berenguer, quien falleció en 1363, también fueran hijos suyos.
A pesar de su fama y de tener mucho trabajo, la situación económica de Ferrer Bassa no era muy buena. Cuando su hija se casó, tuvo que pagar la dote en varias partes, a medida que cobraba por sus trabajos.
El pintor Jaume Ferrer Bassa murió a causa de la peste en 1348, alrededor del 14 de abril. Su hijo Arnau Bassa también falleció por la misma enfermedad ese año.
El taller de Ferrer Bassa

Existen documentos de la década de 1340 que mencionan a varios pintores de Barcelona que trabajaron con Ferrer Bassa. Algunos de ellos son Bernat Vital, Bernat Valls y Juan Roger. También se sabe que Berenguer de Montserat recibió un sueldo de Ferrer Bassa en 1346, y Galcerà Provençal entró como aprendiz en el taller en 1348.
En el taller de los Bassa también trabajaron artistas importantes como su hijo Arnau Bassa y Ramon Destorrents, quien continuó su legado. A menudo es difícil saber qué parte de una obra fue pintada por cada artista del taller. Por ejemplo, se cree que el Retablo de San Marcos de la Seu de Manresa fue obra de Arnau Bassa.
El taller de Ferrer Bassa fue el más importante en Barcelona y en toda la Corona de Aragón en adoptar el estilo italiano en la pintura. Este estilo tuvo una segunda etapa después de su muerte, con artistas como Ramon y Rafael Destorrents.
La importancia del taller de los Bassa era tal que el rey Pedro el Ceremonioso no tuvo problemas en Zaragoza al encargarles retablos para el Palacio de la Aljafería, a pesar de que Ferrer Bassa era un pintor catalán. Se puede decir que Ferrer Bassa fue quien llevó el conocimiento de la pintura de Siena y Florencia a los pintores de Aragón.
Su hijo Arnau Bassa

A partir de 1345, el nombre de Arnau Bassa, el hijo de Jaume, empezó a aparecer junto al de su padre. En 1345, ambos firmaron un acuerdo, y en 1346, Ferrer Bassa le dio poderes a su hijo, lo que indica que Arnau ya era mayor de edad.
Arnau también realizaba trabajos por su cuenta, como el Retablo de San Marcos para la capilla del gremio de zapateros en la catedral de Barcelona, encargado en 1346. Se esperaba que Arnau continuara el trabajo de su padre. En un contrato de 1348 para pintar una tabla en el monasterio de Pedralbes, se especificó que Arnau continuaría la obra si su padre fallecía.
Lamentablemente, tanto Jaume como Arnau Bassa murieron en 1348. Un documento de 1350 confirma esto, ya que el rey Pedro el Ceremonioso ordenó pagar por un retablo que el taller había empezado para un convento en Valencia, pero que no se había terminado.
Ramon Destorrents, otro artista del taller, terminó algunos de los trabajos pendientes y siguió al servicio del rey.
El estilo artístico de Ferrer Bassa
Ferrer Bassa dejó atrás su primer estilo gótico francés. Como otros pintores de la Corona de Aragón, recibió la influencia de las escuelas de pintura de Florencia y Siena. Por eso, se le conoce como el «Giotto catalán». Sin embargo, se cree que su estilo "giottesco" no vino directamente de la escuela florentina, sino de los hermanos Pietro y Ambrogio Lorenzetti, quienes llevaron el estilo de Giotto desde Asís hasta Siena.
El pintor representaba la figura humana con fuerza, pero sin que pareciera rígida. Observando sus obras, se puede ver cómo lograba grandes efectos con técnicas sencillas. Daba volumen a los cuerpos desde una perspectiva visual, más que anatómica. Sus personajes no eran muy altos y sus proporciones eran realistas. La sensación de realidad de sus figuras se debe a su dibujo, con rostros ovalados, narices largas y trazos fuertes que les daban un gran realismo. La forma en que representaba los rostros se parecía mucho a los modelos de Siena. También destacaba la forma en que pintaba las manos, con dedos largos que parecían moverse. Daba a sus personajes gestos que hacían sus figuras más expresivas, y usaba muchos colores y efectos de luz y sombra.
Como otros pintores del siglo XIV, incluyendo los italianos, Ferrer Bassa prestaba más atención a las figuras que a la naturaleza. Por eso, sus montañas no estaban muy detalladas. En sus obras, el entorno natural no formaba un paisaje completo, sino que el artista elegía elementos separados, como rocas áridas, para acompañar la historia.
Se cree que esta influencia de la escuela de Siena en Ferrer Bassa se debe a un viaje que hizo a Italia entre 1333 y 1339. En ese periodo no hay mucha información sobre su actividad. Podría haber estado en Siena, donde conoció la obra de los hermanos Lorenzetti, o en Aviñón, donde residió Simone Martini.
Obras importantes
Durante mucho tiempo se pensó que el encargo más antiguo de Ferrer Bassa era el pago por las pinturas de Sitges en 1324. Sin embargo, en 1995 se descubrió un documento de 1315 que indica que, como pintor de Villafranca, acordó pintar una imagen de Santa María en la iglesia de Alcover. Por este trabajo, él y su ayudante recibirían una cantidad modesta de dinero y comida, lo que sugiere que podría haber sido uno de sus primeros trabajos.
En 1324, Bernat de Fonollar le pagó por decorar las capillas de San Miguel y San Pedro Mártir en la antigua iglesia parroquial de Sitges.
El segundo encargo documentado fue del rey Alfonso el Benigno en 1333. Le pidió pintar el libro Usatges de Barcelona i Costums de Catalunya, que contenía leyes y costumbres. El rey quería que Bassa lo pintara con "historias y representaciones" que ilustraran el libro. Por este trabajo, recibió varios pagos hasta 1335. Lamentablemente, este libro no se ha conservado.
En 1336, el rey Alfonso falleció y fue sucedido por Pedro el Ceremonioso, quien siguió confiando en Ferrer Bassa. Le encargó dos retablos para la nueva capilla del Palacio de la Aljafería en Zaragoza, que terminó en 1339 y 1340. Estos retablos se hicieron en Barcelona y fueron llevados a Zaragoza. Eran obras grandes y muy elogiadas por el rey.
En 1340, firmó un contrato para hacer un retablo dedicado a San Miguel y decorar un candelabro para el monasterio de Sant Hilari de Lérida. Ese mismo mes, recibió un pago por una pintura no especificada.
En 1341, recibió un encargo importante de Ot de Moncada, hermano de la reina Elisenda. Le pidió tres retablos para las capillas de San Pedro, San Pablo y San Juan en la catedral de Lérida.
En 1342, el rey Pedro le pidió a su esposa, María de Navarra, que le enviara un libro de horas que tenía guardado y que había sido pintado por Ferrer Bassa. Esto demuestra su cercanía al rey como pintor de la corte.
En 1343, tuvo muchos encargos. Firmó un contrato con la abadesa del monasterio de Pedralbes para pintar la celda de San Miguel. También el rey Pedro le encargó retablos para las capillas de sus palacios en Lérida, Barcelona (Capilla de Santa Ágata), Perpiñán y Mallorca.
En 1344, comenzó un retablo para el altar mayor de la capilla de Santa Ágata en Barcelona, dedicado a María y Jesús, pero esta obra ya no existe.
De la obra para el Palacio de Perpiñán, solo se conservan dos documentos: uno de 1345 en el que el rey le pide que lo termine, y otro de un pago por el transporte del retablo desde Barcelona.
En 1346, el rey le pidió que le entregara las piezas que tuviera hechas del retablo de Lérida.

El último retablo para las capillas reales de Pedro IV fue el Retablo de Santa Ana y la Virgen del Palacio de la Almudaina, que quedó sin terminar y fue finalizado por su alumno Ramon Destorrents.
En abril de 1346, comenzó su obra más famosa: las pinturas de la celda de San Miguel en el monasterio de Pedralbes, en Barcelona. Estas pinturas muestran unas veinte escenas, con dos temas principales: la Pasión de Cristo (como la Flagelación, la Crucifixión y el Entierro) y los Gozos de María (como la Anunciación y la Coronación de la Virgen). También incluye imágenes de santos.
En 1348, la abadesa de Pedralbes encargó a Ferrer y Arnau Bassa la creación de varios retablos. Sin embargo, estas obras probablemente no se terminaron debido a la muerte de los pintores ese mismo año.
En 1347, firmó un contrato para pintar un retablo de Santiago para el monasterio de Junqueras. La tabla central de este retablo se conserva en el Museo Diocesano de Barcelona.
También en 1347, se comprometió a hacer un retablo para Guillem de Torrelles. Podría ser el retablo dedicado a San Silvestre que estaba en la catedral de Barcelona y que desapareció a finales del siglo XV.
En noviembre de 1347, el abad del monasterio de Ripoll le encargó la decoración de una urna.
Obras de miniaturas
La actividad de Ferrer Bassa y su taller como ilustradores de manuscritos medievales es muy importante por su calidad. Aunque hay pocos documentos sobre estos encargos, se le atribuyen muchas obras por su estilo. Se cree que Arnau Bassa y otro artista del taller, el Maestro de Baltimore, participaron en la creación de estas obras.
La primera obra conocida y documentada es la ilustración de los Usatges de Barcelona en su edición de 1333, que hoy está perdida.
Las miniaturas del Libro de horas de la reina María de Navarra son muy especiales. Fue un regalo de bodas del rey Pedro el Ceremonioso a su primera esposa, María de Navarra. Este libro se conserva en la Biblioteca Marciana de Venecia.
La obra tiene muchas ilustraciones que complementan su contenido religioso. Destaca la forma en que se trata el espacio y el uso de colores vivos y delicados. Una característica del estilo de Ferrer Bassa es la forma de retratar los rostros de los personajes, con narices puntiagudas y miradas intensas. En las últimas décadas, estudios han identificado la participación de hasta tres artistas en este libro: Ferrer Bassa, su hijo Arnau Bassa y el Maestro de Baltimore.
También se le atribuye a Ferrer Bassa la finalización del Salterio anglo-catalán, un trabajo que comenzó alrededor del año 1200 en Canterbury y que él terminó en Barcelona hacia 1340, añadiendo cuarenta y seis nuevas miniaturas. El libro original se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia en París.
Obras atribuidas
Gracias a nuevos descubrimientos, se le han atribuido dos pinturas murales en el claustro del Monasterio de Santes Creus, que están en muy mal estado. La mejor conservada es una Anunciación. Algunos detalles de estas pinturas coinciden con el estilo de Bassa.
También se le atribuye el Retablo de la Coronación de Bellpuig, una obra maestra que fue destruida durante la guerra civil española. Su estructura y composición recuerdan a las obras de Simone Martini y Ambrogio Lorenzetti.
El políptico dedicado a la vida de Jesús y María, conocido como políptico Morgan, se atribuye al taller de Ferrer Bassa, aunque la ejecución parece ser obra de su hijo Arnau. Es una obra pequeña con escenas de la vida de Cristo y María.
Dos partes de un retablo dedicado a San Bernardo de Claraval, que se conservan en el Museo Episcopal de Vich, también se le atribuyen. Estas obras muestran una fuerte influencia de Pietro Lorenzetti.
El legado de Ferrer Bassa
El taller de Ferrer Bassa fue muy activo e influyente en la primera mitad del siglo XIV. Esto se debió a su estilo innovador, que trajo el gótico italiano, y a que el rey de Aragón era su principal cliente.
Su hijo Arnau Bassa estaba destinado a continuar su legado y liderar a los importantes artistas del taller, como el Maestro del Escrivá, el Maestro de Baltimore o Ramon Destorrents. Pero la muerte repentina de ambos (padre e hijo) en 1348 a causa de la peste hizo que Ramon Destorrents se hiciera cargo del taller para terminar algunos de los encargos.
Ramon Destorrents se convirtió rápidamente en un pintor reconocido. Dirigió un grupo de artistas, incluyendo a los hermanos Serra, quienes se formaron en su taller.
Así, primero Destorrents y luego los hermanos Serra continuaron el estilo gótico italiano que Ferrer Bassa había introducido, hasta la llegada del gótico internacional alrededor del año 1400.
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