Eugenio Eulalio Palafox Portocarrero para niños
Eugenio Eulalio Palafox Portocarrero (Madrid, 1773-1834) fue un importante aristócrata y militar español. Fue el decimoséptimo conde de Teba hasta 1808, cuando heredó el título de su madre, la sexta condesa de Montijo.

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¿Quién fue Eugenio Palafox Portocarrero?
Eugenio Palafox Portocarrero nació en Madrid en 1773. Era hijo de Francisca de Sales Portocarrero, la sexta condesa de Montijo, y de su primer esposo, Felipe Palafox. Heredó el título de conde de Teba en 1778. Para este título, usó el apellido Guzmán, como se indicaba en las reglas de su familia.
Sus primeros años y educación
Eugenio recibió una excelente educación, gracias a su madre. Era una persona muy culta. En enero de 1794, fue nombrado miembro honorario de las Reales Academias de la Lengua y de la Historia.
Escribió un texto llamado Discurso sobre la autoridad de los ricos hombres sobre el rey. En este escrito, Eugenio se oponía a que el rey tuviera un poder absoluto. Él creía que la nobleza podía ser un contrapeso al poder del rey. Sin embargo, este texto no llegó a ser leído en la Real Academia de la Historia. Cayó en manos de Manuel Godoy, una figura poderosa de la época. Por ello, Eugenio fue desterrado primero a Toledo y luego a Granada.
Su papel en la política y el ejército
En Granada, Eugenio se unió al Regimiento de Milicias Provinciales como teniente coronel. Luego, pasó a la Primera División de Granaderos de Cádiz con el mismo rango.
El Motín de Aranjuez
Eugenio tuvo un papel importante en una conspiración contra Godoy. Él no estaba de acuerdo con Godoy, en parte porque su madre había sido desterrada. Su participación fue clave en el Motín de Aranjuez, que ocurrió la noche del 17 al 18 de marzo de 1808. Este motín terminó con el gobierno de Godoy y la renuncia del rey Carlos IV. Su hijo, Fernando VII, se convirtió en el nuevo rey.
En septiembre de 1808, Eugenio, como general en jefe, hizo un llamado a los españoles. Quería que expulsaran a los franceses de España, después de que José Bonaparte se retirara de Madrid. También criticó la tardanza en establecer la Junta Central, un gobierno que representaría al rey Fernando VII.
Participación en la Guerra de la Independencia
Dos años después, en Cádiz, Eugenio publicó un documento para defender sus acciones en los primeros años de la Guerra de la Independencia española. Este documento se titulaba Manifiesto de lo que no ha hecho el Conde del Montijo.
En febrero de 1809, participó en la Batalla de Uclés, donde las tropas españolas fueron derrotadas. Después, fue a Granada, donde se le acusó de haber provocado un motín contra la Junta Central. Él negó estas acusaciones, diciendo que, aunque creía que el gobierno debía cambiar, nunca apoyaría movimientos populares.
Fue encarcelado varias veces, pero logró escapar. En enero de 1810, un motín popular en Sevilla lo liberó de la prisión. Los amotinados le pidieron que defendiera la ciudad, pero él consideró que era una misión imposible. Salió de Sevilla y se dirigió a Ronda para movilizar a la gente y a las tropas. Luego, recibió órdenes de ir a Cádiz.
En 1811, con el rango de brigadier, luchó contra los franceses en las Alpujarras. Después, al mando de la Primera División del III Ejército, ayudó en el socorro de Valencia y en la Batalla de Sagunto en octubre de ese año. A finales de 1812, fue a Granada por enfermedad y fue ascendido a mariscal de campo.
Cuando Fernando VII regresó al trono en 1814, Eugenio fue nombrado capitán general del reino y costas de Granada.
Desafíos personales y últimos años
Eugenio Palafox tuvo fama de ser una persona con problemas para manejar su dinero. Debido a sus gastos excesivos, perdió o empeñó gran parte de sus bienes. Siempre estaba endeudado y tuvo que vender muchas de sus propiedades.
Problemas económicos y familiares
A pesar de sus problemas económicos, en 1819, su patrimonio aún era considerable. Sin embargo, sus gastos desordenados continuaron. No pudo cumplir con los acuerdos económicos que tenía con su hermano Cipriano. Sus acreedores se quejaban a Cipriano porque no podían encontrar a Eugenio.
En junio de 1822, su hermano Cipriano le escribió una carta. En ella, le reprochaba que sus decisiones económicas solo lo llevaban a más deudas. Le decía que creía que todo lo que le pasaba era por mala suerte, pero que en realidad era consecuencia de sus propias acciones.
Salud y fallecimiento
En marzo de 1820, Eugenio fue nombrado capitán general de Castilla la Vieja. Sin embargo, solo duró un mes en el cargo. La situación económica de la región era difícil, y él pidió al rey que perdonara o aplazara el cobro de impuestos. Por esta petición, fue destituido de inmediato.
En mayo de 1823, Eugenio firmó un documento de agradecimiento al Duque de Angulema por haber liberado al rey. A pesar de esto, no recuperó el favor del rey y se retiró a su villa de Montijo. En febrero de 1824, sufrió una hemiplejia, una enfermedad que afecta el movimiento de un lado del cuerpo.
Su esposa, Ignacia Idiáquez, con quien había tenido dificultades en su matrimonio, pidió al rey que le permitiera administrar los bienes familiares. Quería evitar que lo perdieran todo, ya que estaban pasando por muchas dificultades económicas. Ignacia falleció en noviembre de 1826.
Después de recuperarse de la hemiplejia, Eugenio comenzó a mostrar problemas de salud mental. En abril de 1827, su hermano Cipriano se hizo cargo de la administración de sus propiedades por orden del rey. En junio, sufrió otro ataque que le dejó una pierna encogida y dificultades para hablar y tragar. A pesar de su estado de salud, en octubre se casó en secreto con Magdalena Lázaro.
En julio de 1831, se mudó a Madrid, a casa de su hermana. Allí falleció el 18 de julio de 1834, sin tener hijos. Sus títulos pasaron a su hermano Cipriano.