Entierro para niños
Un entierro, también llamado inhumación o sepelio, es el conjunto de ceremonias y actos que se realizan después de que una persona fallece. Estos actos incluyen el transporte del cuerpo, el entierro (darle sepultura) o la cremación (quemar el cuerpo para convertirlo en cenizas).
La forma en que se realizan estas ceremonias de despedida, o ritos funerarios, cambia mucho. Depende de la época, la cultura, la importancia social de la persona fallecida y las creencias religiosas de su comunidad. Antes del entierro o la cremación, a veces se realizan otros pasos como el embalsamamiento (preparar el cuerpo) y el velatorio (acompañar al difunto antes del entierro).
Contenido
- ¿Cómo han cambiado los entierros a lo largo de la historia?
- Ritos de Inhumación: Enterrar el cuerpo
- Entierro civil: Una despedida sin religión
- Un poema de Antonio Machado
- Entierros en el folclore tradicional
- Ritos y supersticiones sobre los entierros
- Cortejos fúnebres en entierros históricos
- Véase también
¿Cómo han cambiado los entierros a lo largo de la historia?
Los rituales para despedir a los fallecidos han evolucionado y se han vuelto diferentes según las creencias religiosas, el clima, la geografía y la posición social de las personas. Enterrar a los muertos siempre ha estado relacionado con el respeto a los antepasados y la creencia en una vida después de la muerte. Por eso, el estudio de los entierros es clave para entender cómo ha cambiado la cultura humana. También es una fuente importante de símbolos relacionados con la muerte.
Entierros en la Prehistoria
Es muy interesante la forma en que se realizaban los entierros antes del Neolítico, es decir, antes de que la gente empezara a cultivar la tierra. Existía un simbolismo casi universal: la Tierra era vista como una madre que da vida, y se creía en el renacimiento y en una vida después de la muerte. Esto llevó a la idea de que quienes eran entregados a la tierra podrían tener una nueva experiencia de vida, como parte del ciclo de la naturaleza.
El Paleolítico y los primeros entierros
El hombre pre-neandertal de Atapuerca podría haber sido el primer homínido en realizar ceremonias para los muertos en el Paleolítico medio. Las primeras sepulturas conocidas fueron hechas por el hombre de Neandertal hace unos 100.000 años. Algunos ejemplos son los hallazgos en Shanidar (hace entre 60.000 y 80.000 años), La Chapelle-aux-Saints (hace unos 60.000 años) o Le Moustier (hace entre 56.000 y 40.000 años).
Entierros en el Neolítico
En las cuevas de Ofnet, en Nördlingen (Baviera), se encontraron dos pozos del Neolítico llenos de cráneos (27 en uno, 6 en el otro, con 9 de mujeres, 20 de niños y solo 4 de hombres). Estos pozos estaban muy decorados y contenían ofrendas y herramientas. El hecho de que todos los cráneos miraran hacia el oeste muestra la importancia de este lugar. La baja cantidad de cráneos masculinos ha llevado a pensar que pudo haber sido una masacre por otra tribu mientras los hombres estaban cazando.
Entierros en el Mundo Antiguo
- En el antiguo Egipto de los faraones, después de la muerte de una persona, un grupo de jueces decidía si el fallecido merecía un entierro especial o si debía ser enterrado en una fosa común. Si alguien moría con deudas, no se le consideraba digno de un entierro especial.
- El rito funerario más común en el hinduismo es una ceremonia llamada antiesti, que incluye ofrendas. Después, el cuerpo es cremado y las cenizas se entregan a un río sagrado.
- Entre los judíos, los entierros podían durar siete días, y hasta treinta días si se trataba de príncipes o reyes. Durante este tiempo, los parientes más estrictos ayunaban, iban con la cabeza descubierta y descalzos, y dormían sobre ceniza vestidos con telas ásperas. Generalmente, los cuerpos eran enterrados.
- En la antigua Atenas, el cuerpo del difunto era lavado y perfumado, y luego se exponía en la entrada de su casa. El entierro se hacía con mucha solemnidad. La procesión incluía músicos de flauta, los hijos, mujeres que lloraban y se jalaban el cabello, parientes y amigos. El cuerpo era quemado y enterrado. Si la persona era importante o había muerto de forma heroica, se pronunciaba un discurso en su honor. Las ceremonias terminaban con un banquete.
- En la antigua Roma, entre las clases altas, después de que una persona moría, se le quitaba el anillo, se le cerraban los ojos y la boca, y se le llamaba tres veces por su nombre. El cuerpo, lavado, perfumado y vestido con sus mejores ropas, se exponía durante varios días en la entrada de la casa. Al principio de la república, los entierros siempre se hacían de noche. La procesión era encabezada por un maestro de ceremonias, seguido de personas vestidas de negro. Luego venían los músicos, las plañideras (mujeres que lloraban por encargo) con recipientes para lágrimas, actores que imitaban las acciones principales del difunto, esclavos liberados, retratos de los antepasados y símbolos. El cuerpo era llevado en una litera por portadores especiales o por la familia y personas importantes. Detrás iban los parientes cubiertos con velos, lamentándose. Si la persona era notable, se pronunciaba un discurso en su honor en el foro. Luego, el cuerpo era llevado a una pira (hoguera grande) que siempre se encendía fuera de la ciudad. Las cenizas se recogían en una urna y se colocaban en el sepulcro familiar. Después del entierro, se hacían banquetes y a veces, juegos funerarios.
Los cuerpos de los pobres eran llevados en una litera sencilla y enterrados sin ceremonias. Sin embargo, las personas de menos recursos formaban "colegios funerarios" para asegurar a cada miembro un entierro digno y oraciones.
Ritos de Inhumación: Enterrar el cuerpo
La inhumación es el término técnico para la acción de enterrar un cuerpo. Entre los muchos y variados ritos que rodean este proceso en las diferentes culturas, y considerando la importancia de algunas religiones, podemos describir brevemente algunos ritos de inhumación en el cristianismo, el islam y el judaísmo.
Existen diferencias importantes en los rituales entre las iglesias cristianas, como las ortodoxas, católicas y otras. En el caso de la Iglesia católica, tradicionalmente se practica el entierro, aunque desde 1963 también se permite la incineración. El rito cristiano, después de la unción de los enfermos y el velatorio, incluye el cortejo fúnebre y el entierro del difunto, seguido de la celebración de funerales. Si el cuerpo es incinerado, el rito católico generalmente recomienda que la urna con las cenizas se deposite en un lugar definitivo.
La religión islámica no permite la incineración del cuerpo ni el uso de grandes tumbas o mausoleos. Tampoco se usan ataúdes ni objetos funerarios. El entierro se limita a trasladar el cuerpo envuelto en una mortaja hasta la tumba, que se considera un lugar que protege el cuerpo.
Una descripción sencilla del ritual judío de la muerte explica que los familiares y amigos cercanos del difunto son los encargados del cuerpo y su lavado, así como de los preparativos para el entierro, la mortaja, el cajón y los documentos legales. El velatorio, el cortejo y la inhumación deben realizarse el mismo día de la muerte, pero pueden retrasarse si los funerales son largos o si se espera la llegada de parientes lejanos. El entierro final también puede posponerse por el "shabat", un día festivo judío, o por el traslado del cuerpo a la Tierra de Israel. Es importante mencionar que, al igual que en las tradiciones islámicas, la mortaja es un signo de igualdad entre todas las personas. La ley judía prohíbe tanto los entierros en mausoleos como las cremaciones. Después del entierro, la ceremonia termina colocando una pequeña piedra o un puñado de tierra sobre la tumba, y se despide al difunto con una breve oración.
Entierro civil: Una despedida sin religión
Existen ritos funerarios que no están relacionados con creencias religiosas. Siguiendo la idea del laicismo (separación entre la religión y el estado), los entierros laicos o civiles son una opción cada vez más común. Algunos ayuntamientos, como el de Vitoria, ofrecen este servicio. Un entierro civil puede incluir unas palabras de bienvenida a los asistentes, una reflexión sobre la vida y la muerte, unas palabras sobre la persona fallecida, la lectura de un poema y una despedida.
Un poema de Antonio Machado
En 1907, Antonio Machado incluyó en su libro Soledades este poema titulado “En el entierro de un amigo”.
Tierra le dieron una tarde horribledel mes de julio, bajo el sol de fuego.
duerme un sueño tranquilo y verdadero.
A un paso de la abierta sepultura,
había rosas de podridos pétalos,
entre geranios de áspera fragancia
y roja flor. El cielo
puro y azul. Corría
un aire fuerte y seco.
De los gruesos cordeles suspendido,
pesadamente, descender hicieron
el ataúd al fondo de la fosa
los dos sepultureros...
Y al reposar sonó con recio golpe,
solemne, en el silencio.
Un golpe de ataúd en tierra es algo
perfectamente serio.
Sobre la negra caja se rompían
los pesados terrones polvorientos...
El aire se llevaba
de la honda fosa el blanquecino aliento.
—Y tú, sin sombra ya, duerme y reposa,
larga paz a tus huesos...
Definitivamente,Antonio Machado (1907)
Entierros en el folclore tradicional
Entre los falsos entierros o simulacros de esta ceremonia, destaca en el folclore español el entierro de la Sardina. Es una fiesta popular que se celebra el Miércoles de Ceniza, el último día del Carnaval. Algunos estudios sugieren que su origen está en un evento ocurrido en el Madrid de Carlos III de España, cuando el rey ordenó enterrar un cargamento de sardinas que llegaron en muy mal estado. Los expertos señalan que es curioso que esta fiesta se celebre el día en que termina el ayuno, enterrando una sardina. Proponen que es un acto simbólico con el que "se entierra lo que se odia de la Cuaresma".
Ritos y supersticiones sobre los entierros
En la tradición española, el entierro comienza cuando se saca el ataúd de la casa del difunto. Se tiene cuidado de que el difunto "salga con los pies por delante", como dicen los refranes. La tradición indicaba que el ataúd debía ser llevado solo por los hombres de la familia o personas muy cercanas al difunto. Hasta el siglo XX, las mujeres, excepto las plañideras profesionales, no solían acompañar al difunto hasta el lugar de su sepultura, aunque sí podían estar a lo largo del camino por donde pasaba el cortejo. Este recorrido, al igual que el velatorio, debía contar con la presencia de las lloronas, pues se creía que "las lágrimas aportan la sal necesaria en el tránsito a la otra vida". La cantidad y la intensidad de su llanto se asociaban con la posición social y la importancia del fallecido. También se acompañaba al difunto con flores (ramos y coronas), como símbolo de cariño.
Entre las supersticiones de origen religioso, está la de evitar celebrar el entierro los viernes. Otra superstición muy popular, aunque casi desaparecida en el siglo XXI, era que cruzarse con un entierro era señal de mala suerte. Esto obligaba a quitarse el sombrero o la gorra para compensar el "destino". Se cuenta la anécdota de que el famoso torero Rafael Gómez Ortega ‘el Gallo’ se negó a torear varias veces porque se había encontrado con un entierro de camino a la plaza de toros.
Cortejos fúnebres en entierros históricos
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Recreación del entierro de Ramsés II, por William Blamire Young (hacia 1930)
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Entierro de Emilio Castelar a su paso por la Puerta del Sol de Madrid.
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Entierro civil de Caruso en Nápoles, el 2 de agosto de 1921
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Entierro de Eva Perón en Buenos Aires en julio de 1952
Véase también
En inglés: Burial Facts for Kids