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Desierto del Duero para niños

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El Desierto del Duero es un concepto que usan los historiadores para hablar de si una gran zona de tierra alrededor del río Duero estuvo casi vacía de gente en el Siglo VIII.

Según una idea principal, defendida por el historiador Claudio Sánchez-Albornoz, el rey Alfonso I de Asturias habría dejado esta zona sin habitantes a propósito. Esto lo habría hecho para proteger su Reino de Asturias de los ataques. Otros historiadores, como Ramón Menéndez Pidal o Américo Castro, pensaban que no hubo un despoblamiento tan grande. Ellos creían que cuando los cristianos avanzaron, no fue una repoblación desde cero, sino una forma de organizar mejor el territorio y a la gente que ya vivía allí.

El debate sobre el Desierto del Duero ha continuado por muchos años entre los expertos. En 1978, los historiadores Abilio Barbero y Marcelo Vigil escribieron un libro donde criticaban la idea de Sánchez-Albornoz. Sin embargo, en el año 2000, Armando Besga Marroquín volvió a apoyar la idea del "desierto del Duero" en su propio trabajo.

Archivo:Asturias in 800
     Reino de Asturias     Desierto del Duero

¿Qué fue el Desierto del Duero?

La idea del Desierto del Duero se refiere a la posibilidad de que la zona del valle del Duero quedara con muy poca gente o casi vacía durante el Siglo VIII. Esto habría ocurrido después de la llegada de los musulmanes a la península ibérica.

La idea de un "desierto estratégico"

Alrededor del año 740, unas tres décadas después de la llegada de los musulmanes, hubo una revuelta de los bereberes en el norte de África. Para detener esta revuelta, el califa de Damasco envió un ejército. Como resultado, muchas guarniciones árabes que estaban en el norte de la península tuvieron que irse al sur.

El rey astur Alfonso I de Asturias aprovechó esta situación. Realizó campañas por el valle del Duero y, según los escritos de la época, conquistó muchas ciudades. Se dice que llevó a sus habitantes al reino astur. A partir de estos hechos, muchos historiadores, especialmente Claudio Sánchez Albornoz, crearon la teoría de que Alfonso I quería crear un "desierto estratégico". Esto significaba dejar la zona vacía para que sirviera de barrera y protegiera al reino astur de los ataques.

¿Por qué se pensó en un despoblamiento?

Para Sánchez Albornoz, esta "despoblación" del valle del Duero tuvo consecuencias muy importantes. Pensaba que, al quedar "deshabitada", esa "tierra de nadie" sería ocupada más tarde por los astures. Así, el reino se extendería por toda la meseta norte. Él usó tres tipos de argumentos:

  • Documentos: Encontró referencias a un "desierto" en escritos árabes y cristianos.
  • Nombres de lugares: La mayoría de los nombres de los pueblos y ciudades venían de la época en que se volvió a poblar la zona.
  • Sociedad: En la cuenca del Duero apareció una sociedad nueva, sin conexiones claras con el pasado.

El debate entre los historiadores

La teoría del Desierto del Duero ha sido muy debatida. No todos los historiadores estaban de acuerdo con la idea de un despoblamiento total.

Las primeras dudas sobre la teoría

Eduardo Manzano Moreno señaló que los argumentos de Sánchez Albornoz no eran totalmente convincentes. Uno de los primeros en dudar fue el propio maestro de Sánchez Albornoz, Ramón Menéndez Pidal. Él explicó que las palabras "despoblar" y "poblar" en los escritos antiguos a veces significaban "desorganizar" u "organizar" un territorio, no necesariamente sacar o meter gente.

Además, Menéndez Pidal creía que era difícil que Alfonso I tuviera la fuerza para hacer algo tan grande como vaciar una región entera. También dudaba que los valles del norte, donde estaba el reino asturiano, pudieran haber recibido a tanta gente de la meseta.

Nuevas pruebas y opiniones

En 1978, Abilio Barbero y Marcelo Vigil cuestionaron la idea de un despoblamiento total. Usaron los argumentos de Menéndez Pidal y también pruebas de la arqueología. Dijeron que había datos históricos y lingüísticos que mostraban que la vida cristiana continuó en los siglos VIII y IX. Muchos lugares que se decía que Alfonso I había "despoblado" y que luego se "repoblaron", en realidad no estaban deshabitados.

Las excavaciones arqueológicas han encontrado pruebas de que la gente siguió viviendo en la cuenca del Duero desde la época visigoda hasta el Siglo X. Barbero y Vigil concluyeron que la región siguió habitada, pero que no se organizó de forma que pudiera formar un reino independiente.

Sin embargo, en 1982, Luis Agustín García Moreno afirmó que las ideas de Sánchez Albornoz eran aceptadas por la mayoría de los expertos. Él sugirió que el despoblamiento no fue total y que la gente que se fue al norte pudo ser la clase dirigente (nobles y religiosos). Esto habría dejado la región sin un poder o estructura reconocida, lo que explicaría por qué los escritos posteriores no mencionan mucha población.

En 2003, Julio Valdeón destacó que la arqueología ha sido la que más ha criticado la idea del despoblamiento total. Las excavaciones muestran que en algunos lugares hubo una continuidad de población. Valdeón añadió que, aunque no estuviera totalmente vacía, la cuenca del Duero sí fue una "tierra de nadie". Esto significa que desde mediados del Siglo VIII no estaba bajo el control de al-Ándalus ni del incipiente reino astur. De todas formas, hubo un importante proceso de repoblación con gente del norte y, más tarde, con mozárabes que venían de al-Ándalus.

Conclusiones sobre el Valle del Duero

En 2010, Eduardo Manzano Moreno hizo un resumen del debate. Concluyó que es exagerado decir que todo el valle del Duero se convirtió en un gran "desierto estratégico" entre los siglos VIII y X. Sin embargo, es cierto que muchas ciudades importantes, como Salamanca o Ávila, desaparecieron de los escritos árabes y latinos después del año 711.

Estas ciudades seguramente siguieron habitadas, pero lo que pasó con su gente durante ese tiempo es un misterio. Sin una organización clara ni centros de poder como monasterios, esta región se convirtió en una "tierra de nadie". Fue una zona que tanto cristianos como musulmanes evitaban. Mientras que los musulmanes le dieron la espalda, el reino astur se expandió sobre ella en los siglos IX y X, lo que ayudó a los reinos cristianos del norte a tener un territorio más fuerte.

El primer historiador que habló del despoblamiento del valle del Duero fue el portugués Alejandro Herculano en su libro La Historia de Portugal, publicado entre 1846 y 1850.

Véase también

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