Cueva de los Tayos para niños
Datos para niños Cueva de los Tayos |
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Interior de la Cueva de los Tayos.
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Ubicación | ||
Continente | Sudamérica | |
Región | Selva lluviosa | |
Cordillera | del Cóndor | |
País | ![]() |
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División | ![]() |
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Subdivisión | Limón Indanza | |
Coordenadas | 3°03′05″S 78°12′19″O / -3.0514983333333, -78.205358055556 | |
Historia | ||
Tipo | cultural | |
Descubrimiento y hallazgos | ||
Arqueólogos | Pedro Porras Garcés | |
Gestión | ||
Propietario | Kuankus | |
Acceso público | descenso vertical | |
Dimensiones del sitio | ||
Altura | 539 m | |
Mapa de localización | ||
Cueva de los Tayos
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La Cueva de los Tayos es una cueva muy especial que se encuentra en Ecuador, en la provincia de Morona Santiago. Está en una zona montañosa llamada Cordillera del Cóndor. Su nombre viene de unas aves nocturnas llamadas tayos (Steatornis caripensis), que viven en muchas cuevas de las selvas de Sudamérica.
Contenido
¿Dónde se encuentra la Cueva de los Tayos?
La Cueva de los Tayos está en una selva que casi no ha sido tocada por el hombre. Se ubica a 2 kilómetros al sur del río Santiago y a 800 metros al este del río Coangos. En 2012, se midió su altura y se encontró que está a 539 metros sobre el nivel del mar. La cueva se encuentra en Coangos, un lugar donde viven comunidades indígenas shuar.
Las ciudades más cercanas son General Plaza, Méndez y Santiago. Para entrar a la cueva, necesitas un permiso de la corporación "Cueva de los Tayos" en Coangos.
Hay varias maneras de llegar a la cueva:
- Caminando o a caballo: Desde el pueblo de Yukiantza, cruzas un puente de madera sobre el río Namagoza. Luego, subes 300 metros y bajas hasta el río Zamora, donde hay otro puente. Después, caminas 8.5 kilómetros hasta Coangos.
- En bote: Desde Yukiantza, puedes ir por el río Santiago hasta Coangos Bajo.
- En helicóptero: Desde Macas, donde hay un lugar para que aterricen los helicópteros.
¿Cómo es la Cueva de los Tayos por dentro?
La entrada principal a la cueva es un túnel vertical llamado la Chimenea. La boca de la cueva mide 2 metros de ancho y 15.6 metros de largo. Tiene una profundidad de unos 63 metros. La bajada es casi recta hacia abajo, con 48.9 metros de caída. Para bajar, es necesario usar cuerdas, arneses y equipos especiales para escalar.
Una vez que bajas por la chimenea, llegas a un espacio enorme de 7.8 metros de ancho y 68 metros de largo. Si caminas 20 metros hacia el este, encuentras otra bajada pequeña de 5.6 metros. Después de esto, entras a varios túneles que suman 4.6 kilómetros de largo.
Después de la segunda bajada, verás formaciones de piedra que parecen construcciones hechas por personas. Hay una "puerta" gigante, paredes y un túnel con formas geométricas. Estas formas fueron creadas por el agua que ha erosionado la roca. Luego, llegas a una sala muy grande o galería de 2.9 kilómetros de largo y unos 50 metros de ancho, con una altura de entre 15 y 35 metros.
Las formaciones de piedra tienen ángulos rectos y superficies muy lisas, lo que hace pensar que fueron hechas por el hombre. Sin embargo, la cueva se formó principalmente por el agua que se filtró en la roca caliza. Esto creó impresionantes estalactitas (que cuelgan del techo), estalagmitas (que crecen del suelo) y estalagnatos (cuando se unen).
¿Quiénes vivieron en la cueva?
Los primeros humanos que usaron estas cuevas vivieron hace mucho tiempo, entre 48,000 y 12,000 años antes de Cristo. La cueva les dio refugio al final de la Edad de Hielo. Alrededor del año 9000 antes de Cristo, estas personas dejaron la cueva porque el clima mejoró y se fueron hacia la costa de Perú y el norte de Chile.
En la época del Neolítico (la Edad de Piedra más reciente), la cueva volvió a ser habitada hace unos 3000 años antes de Cristo por una civilización anterior a los shuar. Ellos ya usaban objetos de cerámica, lo cual fue confirmado por la Universidad de Múnich usando la prueba del carbono-14.
Alrededor del año 1500 antes de Cristo, los primeros shuar comenzaron a vivir en la zona y se mezclaron con los habitantes de la cueva. Se sabe que la cueva estuvo habitada hasta el año 500 después de Cristo. Desde entonces y hasta el año 1900, los shuar cazaban tayos una vez al año. Los shuar respetan mucho la cueva y creen que allí descansan los espíritus de sus antepasados.
Exploraciones y su fama en el siglo XX
Los indígenas shuar usaron esta cueva, cuya entrada principal está a unos 540 metros de altura, desde tiempos muy antiguos. Cada primavera, bajaban con escaleras y antorchas para atrapar a las aves tayos. Los primeros escritos sobre la cueva datan de 1860. También se sabe que buscadores de oro y militares ecuatorianos la visitaron en la década de 1960.
Un sacerdote salesiano y documentalista italiano llamado Carlos Crespi Croci conoció la Cueva de los Tayos desde la década de 1920. Él hizo un documental sobre los indígenas shuar en 1927. Los shuar le llevaron varias piezas que él guardó en su museo privado en Cuenca. De esos objetos shuar y pre-shuar, solo quedan algunas fotos y videos, porque la mayoría se vendieron o se perdieron en un incendio en 1962. Después de que el sacerdote falleció en 1982, estos objetos desaparecieron del convento salesiano de Cuenca.
Algunas publicaciones han dicho que grupos de masonería de varios países se interesaron en encontrar una supuesta "biblioteca metálica". Un autor húngaro-argentino, János Juan Móricz (1923–1991), afirmó haberla encontrado en la cueva en los años sesenta. Esta historia se hizo famosa gracias al escritor suizo Erich von Däniken en su libro Oro de los Dioses. Además, algunos mormones llegaron a creer que esas planchas metálicas, descritas en el libro de su profeta Joseph Smith, eran las mismas que Móricz decía haber encontrado. Esto se debe a que el ángel Moroni, mencionado en el libro de Smith, tiene un nombre parecido a la provincia donde está la cueva: Morona Santiago.
Debido a esto, se hicieron varias expediciones a la cueva. La más famosa fue en 1976, organizada por el aventurero escocés Stan Hall. En ella participó el exastronauta Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, junto con arqueólogos, investigadores y el Ejército ecuatoriano. Esta expedición exploró la cueva a fondo durante una semana. Después, hubo más expediciones, pero con menos frecuencia. La última expedición fue en 2012, dirigida por el explorador polaco Yoris Jarzynski, quien concluyó que la cueva se formó de manera natural (geológica).
Expediciones recientes (2006-2009)
El explorador y cineasta argentino Alex Chionetti, quien fue amigo de los primeros exploradores de las cuevas en los años 60, realizó varias expediciones entre 2006 y 2009. En 2007, logró llegar a las partes más profundas de la cueva principal (la Cueva del río Coangos). Esto fue después de muchos meses de viajes por la selva y de enfrentar desafíos con los indígenas locales.
Chionetti encontró figuras de animales a lo largo de los ríos subterráneos en el sistema de cuevas de Tayos de Pastaza. También descubrió un grabado en una piedra que parecía tener un brillo dorado, con una forma de doble cuadrado. Además, en Coangos, fue el primero en grabar digitalmente la entrada que ahora se conoce como Puerta de Moricz. Él destacó un detalle arquitectónico llamado "la piedra angular", que podría indicar que algunas partes de la cueva fueron construidas o adaptadas por humanos.
El explorador argentino ayudó a que el lugar fuera más conocido en 2010, cuando trabajó como consultor para la serie Ancient Aliens (del canal History Channel).
En su libro Mysteries of the Tayos Caves, Chionetti cuenta su aventura de exploración y cómo sobrevivió cuando un grupo de nativos Shuar atacó a su equipo al salir de las cuevas. La prensa de Estados Unidos publicó la historia, comparando a Chionetti con un verdadero Indiana Jones por su valentía en la selva amazónica.
¿Cómo se alinea la cueva con el solsticio?
Alex Chionetti regresó a la Cueva de los Tayos en el río Coangos con una expedición de ocho personas. Lo acompañó Oscar Leonel Arce, un sargento guía y dueño de Vertical Extreme, quien organiza viajes y explora nuevas secciones de la cueva.
En esta nueva visita, Chionetti investigó algo que le había interesado por años: si la luz del solsticio (en verano o invierno) ilumina ciertos lugares especiales dentro de las cuevas.
Uno de estos lugares es una entrada secundaria llamada El Pozo de la Luz, donde también entra la luz del sol. Este fue el único sitio donde se encontró un hallazgo arqueológico en 1976: una tumba con un esqueleto y objetos como cerámicas, adornos y una concha de Spondylus. Esto muestra que hubo contacto con culturas de la costa del Pacífico.
Al hacer su expedición durante el solsticio de invierno (del 21 al 23 de junio), Chionetti descubrió que la luz no se alinea con el lugar de la tumba en esas fechas. Sin embargo, sí se alinea con el solsticio de verano, alrededor del 21 de diciembre.
Las culturas de la selva y de los Andes se orientaban hacia el sol y seguían una alineación perfecta con la línea del ecuador. Esto se puede ver en sus pirámides, plataformas, caminos y ciudades antiguas.
Chionetti también logró llegar a la estalagmita donde Neil Armstrong, el primer hombre en la Luna, estuvo durante su exploración de la cueva en los años setenta.
Estos eventos coincidieron con el lanzamiento del libro de Chionetti, La Odisea de los Tayos, publicado por Grupo Planeta en 2024. Este libro tardó más de treinta años en completarse. El autor incluso firmó copias del libro dentro de la cueva, compartiendo información nueva sobre la verdadera historia de la cueva, separando los hechos de las leyendas.
También dirigió otra expedición donde anunció que se encontrarían pruebas de culturas avanzadas. Estas predicciones se han confirmado en los últimos años con descubrimientos hechos con tecnología LiDAR en la región del río Upano. Esta área, de más de 300 kilómetros cuadrados, tiene cientos o miles de montículos o estructuras con forma de pirámide. Estas sirvieron como hogares y lugares de culto para millones de personas hace miles de años.
Una observación importante del explorador argentino fue que la población de aves Tayos ha disminuido. Esto lo notó al comparar con sus expediciones anteriores entre 2006 y 2009. Esta disminución se ha relacionado con el aumento del turismo de aventura y las visitas de personas, especialmente en fines de semana festivos. Es muy importante contar las aves y ver cómo el turismo afecta estos lugares, que son sagrados para la nación Shuar, quienes aún controlan el acceso a sus cuevas.
Véase también
En inglés: Cueva de los Tayos Facts for Kids