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Combates de Cagayán para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Combates de Cagayán
Ronin, or masterless Samurai, lunging forward.jpg
Rōnin japonés en un dibujo de 1869.
Fecha 1582
Lugar Cagayán, isla de Luzón
Casus belli Actos de piratería en territorio del Imperio español
Conflicto Combates navales y por tierra de un escaso contingente español contra un numeroso contingente pirata
Resultado Victoria española
Consecuencias Cese parcial de la actividad pirata en la zona
Beligerantes
Bandera de España Capitanía General de Filipinas Wakō (piratas de origen japonés, chino, coreano y filipino), ronin
Comandantes
Bandera de España Juan Pablo de Carrión Tay Fusa
Fuerzas en combate
1 galera
1 navío ligero
5 embarcaciones pequeñas de apoyo
40 soldados
20 marineros
Número desconocido de aliados filipinos
1 barco
1 junco
18 champanes
Alrededor de 1000 combatientes y tripulantes
Bajas
10-20 soldados Centenares

Los combates de Cagayán fueron una serie de batallas que ocurrieron en 1582. En ellas se enfrentaron la Armada Española de Filipinas, liderada por el capitán Juan Pablo de Carrión, y un grupo de piratas de origen japonés, chino, coreano y filipino, cuyo líder era Tay Fusa. Estos enfrentamientos tuvieron lugar cerca del río Cagayán en la isla de Luzón, como respuesta a los ataques de los piratas en las costas. Las batallas terminaron con una victoria para los españoles.

Este evento fue parte de varios conflictos entre soldados españoles y piratas asiáticos. El primero de estos combates ocurrió en 1565, conocido como la Batalla de la bahía de Fukuda, donde participó la marina portuguesa. Más tarde, en 1574, una gran alianza de piratas chinos y japoneses intentó sin éxito tomar la ciudad de Manila antes de ser rechazados por los españoles. En todos estos casos, la victoria de los europeos se debió a sus avanzadas tácticas militares, que incluían el uso de arcabuceros (soldados con armas de fuego), piqueros (soldados con lanzas largas) y rodeleros (soldados con escudos), además de barcos y fortificaciones más fuertes.

¿Por qué ocurrieron los Combates de Cagayán?

La llegada de los japoneses a Luzón

Alrededor de 1573, los comerciantes japoneses empezaron a intercambiar oro por plata en la isla filipina de Luzón. Esto ocurría especialmente en las zonas que hoy conocemos como Cagayán, Gran Manila y Pangasinán. Sin embargo, en 1580, un capitán japonés obligó a los habitantes de Cagayán a jurarle lealtad.

Los primeros grupos japoneses que se establecieron en Filipinas eran los wakō. Estos eran piratas muy activos en las costas de China desde el inicio de la Dinastía Ming (1368-1644). Su actividad aumentó de nuevo en el siglo XVI, llegando también a las Islas Filipinas. Aunque el término wokou también incluía a piratas chinos, las incursiones de piratas japoneses eran muy comunes en las islas españolas, ya que en Japón se decía que eran ricas en oro.

La preocupación española por la piratería

El gobernador general Gonzalo Ronquillo de Peñalosa escribió al rey Felipe II el 16 de junio de 1582. En su carta, mencionó que los japoneses eran "la gente más belicosa que hay por aquí". También destacó que usaban artillería, muchas armas de fuego y lanzas, y que tenían armaduras de hierro para protegerse. Ronquillo creía que habían aprendido estas técnicas de los portugueses.

Para solucionar esta situación, Ronquillo le encargó la misión a Juan Pablo de Carrión. Carrión era un capitán de la Armada Española con mucha experiencia militar en Filipinas y en el mar de China.

¿Cómo se desarrollaron las batallas?

Primeros encuentros en el mar

La primera acción de Carrión tuvo lugar en el mar de la China Meridional. Allí, Carrión vio un barco de guerra japonés. Gracias a que su propio barco era más avanzado, de construcción occidental, pudo dispararle con cañones fácilmente hasta que el barco japonés tuvo que retirarse.

Tiempo después, el líder pirata Tay Fusa, también conocido como Tayfusu o Tayfuzu, reunió una flota de 18 champanes (un tipo de barco) y navegó hacia las islas Filipinas. Aunque los piratas wokou incluían japoneses, chinos, malayos y coreanos, el nombre de su líder sugiere que los japoneses estaban al mando. "Tay Fusa" podría ser una forma de decir "Taifu-sama", donde taifu (大夫) era una palabra para referirse a comandantes o señores importantes.

Para enfrentarlos, el capitán Carrión preparó una flota de siete barcos de guerra. Tenía cinco barcos pequeños de apoyo, un barco ligero llamado San Yusepe y una galera llamada Capitana. A bordo de estos barcos iban cuarenta soldados y los marineros. La mayoría de los soldados eran de Nueva España (hoy México), incluyendo criollos y algunos indígenas tlaxcaltecas. Estos soldados ya habían participado en exploraciones y guerras en la región. Llevaban armamento europeo y conocían bien las tácticas de combate españolas. La flota también recibió ayuda de guerreros de tribus aliadas como los tagalos, pampangas y bisayas.

El choque inicial en el río

Al pasar por un cabo de la isla, la flota española vio un gran junco japonés que acababa de atacar la costa y robar a los habitantes. La galera Capitana se adelantó para interceptarlo, aunque el barco japonés era más grande y tenía más combatientes. Después de alcanzar al junco, la Capitana disparó sus cañones, causando las primeras bajas. Luego, se enganchó al barco japonés para iniciar un abordaje, dirigido por el propio Carrión.

Sin embargo, los piratas eran más numerosos y tenían no solo armas blancas, sino también sus propios arcabuces que les habían dado los portugueses. Por eso, lograron detener el avance de los españoles y rechazarlos. La situación se puso difícil para la Armada, y los españoles tuvieron que retroceder. Los piratas incluso intentaron abordar la cubierta de la galera española.

Para recuperar el control, los soldados de Carrión formaron una defensa en la parte trasera del barco. Los soldados con lanzas (piqueros) se pusieron delante, y los que tenían armas de fuego (arcabuceros y mosqueteros) detrás. Carrión cortó la cuerda de la vela mayor, que cayó sobre la cubierta, creando una barrera adicional para protegerse. Su entrenamiento y sus armaduras más fuertes les ayudaron a recuperar terreno. Con disparos de arcabuces y ataques cuerpo a cuerpo, lograron hacer retroceder a los piratas hacia su junco.

En ese momento, llegó el San Yusepe, que disparó contra el barco japonés y eliminó a los tiradores que seguían atacando a la Capitana. Al darse cuenta de que la batalla estaba perdida, los piratas abandonaron sus barcos y saltaron al agua para intentar llegar a la costa nadando. Muchos se ahogaron debido al peso de sus armaduras. Los españoles también tuvieron sus primeras bajas, incluyendo al capitán de la galera, Pedro Lucas.

La batalla en tierra firme

Una vez recuperada, la flota española siguió por el río Tajo (que es el río Grande de Cagayán). Allí se encontraron con la flota de 18 champanes de Tay Fusa, quien además había construido fortificaciones en la desembocadura del río. En total, Tay Fusa tenía entre 600 y 1000 hombres. Carrión logró atraerlos río adentro, lejos de sus posiciones ventajosas. Allí, los dos grupos lucharon a distancia durante horas. Los cañones españoles, más potentes y mejor usados, les permitieron ganar ventaja.

Se calcula que unos 200 japoneses murieron o resultaron heridos en este intercambio de disparos. Los españoles desembarcaron en una curva del río para tomar posiciones cerca de donde estaban las fuerzas enemigas. Construyeron una trinchera y colocaron allí los cañones de la galera, con los que siguieron disparando.

Al verse superados, los piratas wokou intentaron negociar una rendición. Pero Carrión se negó y les ordenó que se fueran de Luzón. Los piratas respondieron pidiendo dinero por las pérdidas que tendrían si se marchaban, a lo que Carrión volvió a negarse rotundamente. Al romperse las negociaciones, los japoneses decidieron atacar las posiciones españolas en tierra con varios cientos de soldados. Tenían una gran ventaja numérica (entre 400 y 800 piratas contra 40 soldados y 20 marineros), pero la trinchera española resistió sus dos primeros ataques.

Los japoneses intentaban agarrar las lanzas españolas para abrirse paso. Por eso, los soldados españoles con lanzas y alabardas decidieron untar sebo (grasa) en la madera durante las pausas entre los ataques. Así, las lanzas resbalaban y eran más difíciles de agarrar.

Después de estos ataques, hubo un tercer asalto, más desesperado, cuando ya se les había acabado la pólvora a ambos bandos. La lucha fue cuerpo a cuerpo en las fortificaciones, pero los españoles volvieron a ganar. Aunque los españoles habían perdido al menos 10 soldados, las bajas japonesas eran mucho mayores. Por eso, los piratas se rindieron y se retiraron. Los defensores los persiguieron y mataron a muchos japoneses, pero otros lograron escapar porque sus armaduras más ligeras les permitían correr más rápido. Los españoles se quedaron con las armas japonesas que quedaron en el campo de batalla como trofeos, incluyendo katanas (espadas) y armaduras.

¿Qué pasó después de los combates?

Después de pacificar la región, y con la llegada de refuerzos, Carrión fundó la ciudad de Nueva Segovia (hoy Lal-lo) en la zona. A pesar de esto, la presencia de piratas continuó, aunque de forma menor y más enfocada en el comercio, especialmente de piel de ciervo, en la bahía de Lingayén.

Aunque se establecieron relaciones comerciales pacíficas con Japón en 1590, el líder japonés Toyotomi Hideyoshi pidió varias veces que Filipinas se sometiera a Japón, pero no lo logró.

Más tarde, en 1624, hubo otro encuentro entre españoles y japoneses en Siam (actual Tailandia). El capitán Fernando de Silva capturó un barco holandés que había confundido con uno español robado. El rey de Siam, Songtham, ordenó arrestarlo con un gran grupo que incluía a mercenarios japoneses. Silva murió y el barco fue capturado. Aunque se aclaró el malentendido, el incidente no mejoró las relaciones entre las partes. Ese mismo año, el shogunato Tokugawa (gobierno japonés) prohibió la presencia española en sus tierras, usando como excusa una posible conspiración, quizás con la ayuda de los holandeses.

En 1628, una flota española al mando de Juan de Alcaraz tomó represalias contra los asiáticos, hundiendo tres barcos siameses y un barco japonés. Esto causó problemas al comercio portugués. Los españoles intentaron aprovechar el incidente, ofreciendo a Japón una compensación por el barco si reabrían el comercio, pero no tuvieron éxito.

Después de que los japoneses capturaran otro barco portugués en 1630, hubo un par de reuniones en Manila entre líderes japoneses y españoles. Oficialmente, buscaban restablecer la paz, pero se sospechaba que Japón tenía intenciones de invadir la ciudad y buscaba ayuda holandesa. Después de varios problemas políticos y religiosos, el shogunato japonés decidió aislarse del mundo (conocido como sakoku) en 1639. Cortó toda relación con España y Portugal, manteniendo solo la presencia holandesa.

Los Combates de Cagayán en la cultura popular

Para los historiadores, este conflicto demostró que las tácticas de combate españolas eran muy efectivas.

  • En 2016, el guionista Ángel Miranda y el dibujante Juan Aguilera publicaron un cómic llamado Espadas del fin del mundo. Este cómic, financiado por micromecenazgo, cuenta las batallas contra los piratas japoneses desde el punto de vista de Juan Pablo de Carrión.
  • En 2019, el cómic Deshechos históricos dedica una parte a estas batallas en el capítulo sobre los tercios españoles.
  • En 2022, el escritor español Juan Pérez-Foncea publicó la novela histórica Los primeros de Filipinas. Esta novela cuenta la historia de un joven de Nuevo México llamado Gonzalo que llega a Filipinas de niño y, al crecer, se ve envuelto en los eventos que llevaron a la batalla, y finalmente lucha como uno de los cuarenta soldados de Juan Pablo de Carrión.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: 1582 Cagayan battles Facts for Kids

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