Colgante bicónico talayótico para niños
Un colgante bicónico talayótico, también conocido como lágrima o cuenta bicónica talayótica, es un objeto de bronce muy especial que se ha encontrado en muchos lugares de enterramiento antiguos en Menorca, una de las Islas Baleares. Estos lugares pertenecen a la Edad del Bronce o al periodo pretalayótico.
Este objeto es uno de los más misteriosos de Menorca. Su forma y cómo fue hecho son únicos, y aún no sabemos con seguridad para qué se usaba. Es un hallazgo arqueológico del que todavía hay mucho por descubrir.
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¿De qué están hechos y cómo son?
La mayoría de estos colgantes están hechos de bronce, aunque también se han encontrado algunos de plomo o con mucho plomo. Su nombre, "bicónico", viene de su forma: parecen dos conos unidos por la base. Tienen un espacio tubular que los atraviesa por completo.
Se cree que se fabricaban usando un molde de dos partes o, quizás, con una técnica llamada cera perdida, a partir de una sola pieza.
Algunos de estos objetos tienen una pequeña bolita de metal en uno de sus extremos, con un agujero cuya función también es desconocida.
¿Qué se ha investigado sobre estos colgantes?
Primeras menciones y dibujos
El primer investigador que habló de estos objetos fue Juan Ramis y Ramis en su libro "Antigüedades célticas de la Isla de Menorca", publicado en 1818. Más tarde, en 1888, el arqueólogo francés Émile Cartailhac hizo los primeros dibujos de algunos de estos colgantes.
En 1950, Waldemar Fenn los describió como "pendientes tubulares de bronce para adornar el peinado". Fenn notó que eran comunes en cuevas y navetas (construcciones antiguas) usadas para enterramientos. Sugirió que formaban parte de los adornos para el cabello, como los que se usaban en las trenzas, parecidos a los de la famosa Dama de Elche.
Estudios y teorías más recientes
En 1982, Cristóbal Veny propuso una clasificación de estos colgantes basándose en su forma, después de sus excavaciones en la necrópolis de Calescoves. Veny pensó que eran colgantes y los situó alrededor del siglo VIII antes de Cristo.
Más tarde, en 1999, un equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona estudió los colgantes encontrados en la Cova des Càrritx. Este equipo sugirió que podrían ser más antiguos de lo que Veny había propuesto, quizás de los siglos X y IX antes de Cristo. Compararon estas piezas con otras similares de la región del Mediodía francés.
Investigaciones más recientes, publicadas en 2009 por Lluís Plantalamor, Jaume Sastre y Silvia Villalonga, sugieren que estos objetos podrían haberse fabricado uniendo dos partes. También los relacionaron con culturas de la Era calcolítica (una etapa anterior a la Edad del Bronce), comparándolos con objetos funerarios de Francia. Llegaron a esta conclusión tras excavar el monumento funerario de Sepulcro de Son Olivaret y estudiar colecciones de museos.
El estudio de Simón Gornés
El arqueólogo Simón Gornés realizó el estudio más completo sobre estos colgantes en 2018. Gornés recopiló todas las investigaciones anteriores y también hizo sus propios análisis de los metales y las formas. Propuso una nueva clasificación, dividiendo los objetos en dos grupos según su tamaño y peso:
- Grupo A: Colgantes de entre 17 y 28 mm de largo, 16 y 20 mm de ancho, y un peso de entre 6 y 21 gramos.
- Grupo B: Piezas de entre 61 y 83 mm de largo, 27 y 35 mm de ancho, y un peso de entre 36 y 68 gramos.
Gornés cree que estas diferencias podrían indicar que fueron fabricados en distintos talleres o por diferentes artesanos.
Finalmente, Gornés reflexionó sobre su posible uso. Afirmó que, con la información actual, no se puede saber con certeza para qué servían. Cuestionó la idea de que fueran solo colgantes, ya que las marcas de desgaste en el tubo, que algunos atribuyen a un cordel, podrían tener otra explicación. También se preguntó sobre la función de la pequeña bola esférica que a veces los acompaña y si tenía un propósito decorativo. Gornés sugirió que podrían haber tenido un movimiento de torsión, lo que también causaría esas marcas. Aunque no descarta que fueran simples adornos, propuso otras funciones, como pesos para telares, instrumentos musicales o herramientas similares a una fusayola (un objeto usado para hilar).
¿Dónde se han encontrado?
Los colgantes bicónicos talayóticos solo se han encontrado en la isla de Menorca. Se han hallado muchos, casi siempre en lugares de enterramiento, como:
- Cuevas naturales con muros de piedra
- Hipogeos (cuevas artificiales)
- Protonavetas y navetas de enterramiento (construcciones funerarias con forma de barco invertido)
- Navetas de habitación y otros lugares donde vivían las personas en el periodo pretalayótico.
Algunos de los lugares donde se han documentado estos colgantes son:
- Calescoves: en varias cuevas e hipogeos.
- Cova des Càrritx
- Es Forat de Ses Artiges
- Cova des Mussol
- Cova des Cap - Algendar Nou
- Protonaveta de Son Olivaret
- Cova des Pas
- Naveta de Sa Torreta de Tramuntana
- Naveta de La Cova
- Son Morell
- Naveta de Binipati
- Naveta de Binimaimut
- Talayot de Trebalúger
- Naveta de Clariana