Poblado íbero Castellar de Meca para niños
Datos para niños Poblado íbero Castellar de Meca |
||
---|---|---|
Bien de interés cultural | ||
![]() |
||
Ubicación | ||
País | ![]() |
|
Comunidad | ![]() |
|
Provincia | Valencia | |
Localidad | Ayora | |
Coordenadas | 38°57′36″N 1°09′18″O / 38.960005555556, -1.1550666666667 | |
Historia | ||
Tipo | Yacimiento arqueológico y Poblado ibérico | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en España
|
||
El poblado íbero Castellar de Meca es un antiguo asentamiento humano que se encuentra en el municipio de Ayora, en la provincia de Valencia, España. Este lugar fue habitado por diferentes culturas a lo largo de la historia.
Se sabe que hubo vida aquí desde la Edad del Bronce, pasando por la época de los Íberos (entre los siglos V y II antes de Cristo), los romanos y hasta la Edad Media. El poblado está situado en un cerro llamado Mugrón de Meca, que forma parte de la sierra del Mugrón.
Desde el 3 de junio de 1931, el Castellar de Meca es considerado un Bien de Interés Cultural. Esto significa que es un lugar muy importante por su valor histórico y cultural, y está protegido por el Ministerio de Cultura.
Contenido
Historia del Castellar de Meca
¿Quiénes vivieron en Castellar de Meca?
El Castellar de Meca ha sido estudiado por muchos expertos a lo largo del tiempo. Se han encontrado pruebas de que estuvo habitado desde la Edad del Bronce (alrededor del siglo VI a.C.). Después, los Íberos vivieron aquí desde el siglo VI hasta el siglo III a.C. Más tarde, llegaron los romanos (entre los siglos II a.C. y I d.C.) y finalmente, el lugar estuvo ocupado hasta la Edad Media (alrededor del siglo XII).
¿Cómo era el poblado íbero?
Las ruinas del Castellar de Meca nos muestran un gran poblado íbero que ocupaba unas 15 hectáreas. Se pueden ver los restos de sus antiguas murallas, que protegían a la gente. Además, el terreno montañoso ofrecía una defensa natural, ya que el poblado estaba a unos 1218 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto.
El poblado se ubicaba en una meseta de la montaña, con un solo camino de acceso. Los íberos crearon un camino especial, llamado el Camino Hondo, para conectar la ciudad-fortaleza con la zona baja. Este camino todavía conserva marcas profundas dejadas por las ruedas de los carros y pequeñas cavidades donde los animales apoyaban sus patas al transportar cargas. También se pueden ver restos de casas excavadas en la roca y aljibes (depósitos de agua) de la época íbera.
¿Qué pasó después de los íberos?
La ciudad íbera dejó de existir con la llegada de los romanos, aunque algunas costumbres íberas se mantuvieron por un tiempo. En la parte oeste del poblado, hay restos de una torre romana. Aunque no se han encontrado grandes construcciones romanas, sí se hallaron piedras bien trabajadas.
Durante la Edad Media, el poblado creció y se extendió por las laderas. Se construyeron casas rectangulares sobre el antiguo camino íbero. Se cree que en el siglo XV, la ciudad ya estaba deshabitada. Una posible razón para esto es una enfermedad que afectó la zona a mediados del siglo XIV.
Características del Castellar de Meca
¿Cómo es el yacimiento arqueológico?
El yacimiento tiene una extensión de unas 15 hectáreas, midiendo unos 800 metros de este a oeste. Se pueden observar murallas muy grandes, muchas cisternas y casas que fueron talladas directamente en la roca. También se han encontrado restos de cerámicas íberas, romanas e islámicas.
El impresionante Camino Hondo
El Camino Hondo es una obra de ingeniería asombrosa de los pueblos antiguos. Tiene una pendiente del 30%. En su último tramo, la roca fue excavada hasta 4,30 metros de profundidad, con un ancho de entre 1,93 y 2,15 metros. Para subir la cuesta, el camino se hizo más largo y tuvo una curva cerrada para cambiar de dirección hacia el centro de la ciudad. El suelo, que es roca viva, tiene surcos muy profundos por el paso de los carros durante 1500 años.
A los lados del camino, hay unas ranuras en la piedra. Se piensa que servían para colocar troncos de madera y así evitar que las ruedas de los carros se deslizaran por la pendiente.
Casas y depósitos en la meseta
En la parte alta del poblado, la meseta, se pueden ver habitaciones excavadas en la roca, escaleras y más de 100 depósitos. El más grande se llama "El Trinquete" y mide 29 por 5 metros, con una profundidad estimada de 14 metros, ¡pudiendo almacenar más de 2000 metros cúbicos! No todos estos depósitos eran aljibes (para agua); algunos pudieron usarse como graneros o almacenes para guardar alimentos.
También hay restos de muros, pero es difícil saber de qué época son, ya que el poblado estuvo habitado hasta la Edad Media (posiblemente hasta los siglos XIII-XIV). Cerca de la "Cueva del Rey Moro" está la fuente original, con escaleras excavadas de la época íbera y un aljibe un poco más abajo.
¿Por qué era importante Castellar de Meca?
Las características del poblado sugieren que era un gran centro de almacenamiento de productos agrícolas y ganaderos. Esto explica por qué construyeron un camino tan elaborado para transportar las cosas desde el llano. La creación de este camino y los sistemas de almacenamiento muestran que había líderes íberos capaces de organizar y gestionar los recursos de manera eficiente.
En tiempos difíciles, como cuando las cosechas eran malas, la defensa del lugar y de los productos guardados era muy importante. Estas clases dirigentes íberas y su sistema económico organizado fueron clave para el desarrollo de la cultura íbera entre los siglos V y III a.C. Gracias a esto, pudieron crear monumentos funerarios, necrópolis (cementerios), santuarios y esculturas impresionantes. El Castellar de Meca fue un centro económico muy relevante, y lo que vemos hoy es su estructura de piedra.
Visita el Castellar de Meca
Actualmente, este yacimiento arqueológico es propiedad privada. Puedes visitarlo los domingos de 9 de la mañana a 2 de la tarde.