Caso Villa Montoro para niños
El caso Villa Montoro o caso de los Enanitos Verdes se refiere a una serie de supuestos avistamientos de pequeños seres humanoides, que muchas personas relacionaron con seres de otros planetas. Estos eventos ocurrieron principalmente en el barrio de Villa Montoro, en las afueras de la ciudad de La Plata, Buenos Aires, a finales de noviembre y durante diciembre de 1983.
Los avistamientos causaron gran interés entre los vecinos, periodistas, la policía y personas que estudian fenómenos inexplicables.
Plantilla:Ficha de fenómeno ufológico
Contenido
¿Dónde ocurrieron los avistamientos?
La mayoría de los supuestos avistamientos tuvieron lugar en una casa abandonada y sus alrededores, ubicada en la calle 600 entre 2 y 3, en Villa Montoro. Sin embargo, también hubo algunos testimonios aislados en otras zonas cercanas durante el mismo período.
La casa había sido una vivienda cuidada, pintada de rojo, habitada por un hombre mayor y su sobrino. Por razones desconocidas, sus habitantes la dejaron de un día para otro. Después, los vecinos empezaron a llevarse los muebles, puertas y ventanas.
Hoy en día, el barrio ha cambiado y la casa ya no existe, según se puede ver en Google Maps.
¿Cómo comenzaron los relatos?
El primer relato vino de una persona que estaba sacando cosas de la casa abandonada. Dijo que tropezó y escuchó una risa extraña y murmullos incomprensibles desde el interior. Se asustó y huyó sin ver nada. Aunque nadie le creyó al principio, la historia se empezó a contar en el barrio.
Luego, un obrero llamado Augusto Prado, que paseaba a su perro cerca de la casa, escuchó ruidos. Su perro entró a la vivienda, salió corriendo y aullando, y Augusto lo siguió asustado.
Hasta ese momento, solo se hablaba de sonidos extraños, sin que nadie hubiera visto el origen.
Primeros testigos oculares
El primer testigo en decir que vio a un ser pequeño dentro de la casa fue Diego Illy, un vecino de 7 años en ese entonces. El 27 de noviembre de 1983, Diego entró a la casa con un amigo. Según su historia, vieron seres pequeños con caras de ancianos, uñas largas y piel verde, vestidos con ropa del mismo color. Su amigo se asustó y huyó, pero Diego se quedó y pudo interactuar con ellos un rato. Los seres le comunicaron que debían irse. Diego regresó días después, pero no volvió a verlos.
Esa misma noche, Claudia Ortiz de Viguera, una vecina de 21 años, escuchó risas parecidas a las de niños que venían del terreno frente a su casa. Le pareció extraño porque era muy tarde para que los niños jugaran. Ella dijo que vio una figura pequeña y rápida, como un enanito, salir de entre los arbustos.
El lunes 28 de noviembre, un adolescente de 14 años, Julio César Masei, cruzaba el terreno frente a la casa. Vio a un grupo de enanos muy pequeños, vestidos de verde, detrás de un árbol. Su piel era como la de cualquier persona. Empezaron a gritarle y a amenazarlo con ramas. Julio César intentó saltar un arroyo, pero cayó. Al salir del lodo, vio que los enanos se habían quedado al otro lado. Les arrojó un ladrillo y uno de ellos gritó al ser golpeado en una pierna. Sus amigos no le creyeron. Esa noche, Julio César regresó con una linterna y dijo que volvió a ver a algunos de esos seres bajo un árbol. Aunque huyeron, él pudo tocar a uno sin sentir nada extraño.
Más tarde, Guillermo Insaurralde, de 11 años, y Beatriz Pyñeiro, de 8, también contaron que los habían visto cerca de la casa abandonada.
En diciembre, cerca de Navidad, otro grupo de niños dijo haber visto a estos seres pequeños en el campo frente a la casa. Se acercaron a la vivienda y escucharon murmullos desde adentro.
¿Qué hicieron las autoridades y los investigadores?
La policía de la comisaría 8.ª visitó la zona varias veces, alertada por los vecinos. Aunque nunca encontraron pruebas de los seres, sí vieron a muchas personas preocupadas, otras explorando con linternas y quejas de vecinos sobre gente que lanzaba piedras a las casas, creyendo que otros ocultaban a los seres. También hubo reportes de otros incidentes y ruidos fuertes por la noche.
Los relatos también captaron la atención de los periodistas, quienes investigaron y popularizaron el tema de los "enanitos verdes". Esto mantuvo al público interesado por varios días.
Investigadores de fenómenos inexplicables, como Luis Burgos del Centro de Investigaciones de Fenómenos Astrales y Marta Peyrou de Partini del Instituto de Investigaciones Cosmobiológicas, también se involucraron. Instalaron equipos de audio y video en la casa abandonada para intentar grabar alguna prueba. Sin embargo, mientras dormían, les robaron algunos equipos y la investigación no pudo continuar.
Algunos grupos con creencias particulares también se interesaron en el caso, afirmando tener contacto con estos seres. Por ejemplo, un parapsicólogo de La Plata, Oscar Avendaño, dijo haber contactado telepáticamente con el líder de estos seres, quien supuestamente tenía un mensaje para el presidente Alfonsín.
El caso de los enanitos verdes se hizo tan famoso que se convirtió en un tema de conversación diario. Incluso algunas personas lo usaron como excusa para obtener beneficios personales. Una maestra se ausentó del trabajo diciendo que había sido atacada por uno de esos seres. Un policía también pidió licencia por haber sido testigo de un avistamiento y sentirse afectado. Además, un grupo de alumnos de una escuela cercana dijo haber visto enanitos verdes en los baños y otras partes del colegio, lo que llevó a la suspensión de clases ese día.
A medida que diciembre de 1983 terminaba, los medios de comunicación perdieron interés en el tema.
Posibles explicaciones
Las únicas "pruebas" de la existencia de estos seres eran los testimonios de la gente, algunas fotos de mala calidad o poco creíbles, y supuestas marcas en árboles. Aunque todos los testigos hablaban de seres pequeños, sus descripciones no siempre coincidían. Algunos los describían como gnomos o seres fantásticos, mientras que otros los veían como enanos vestidos de verde. Es importante recordar que en ese mismo año se habían estrenado películas muy populares como E.T. el extraterrestre y El regreso del jedi, y algunas descripciones se parecían a personajes como E.T. o el maestro Yoda de Star Wars.
¿Una invención de niños?
Con la excepción de Claudia Ortiz de Vigera, la mayoría de los testigos eran niños y adolescentes, y sus descripciones no siempre coincidían. En algunos casos, el relato de haber visto a estos seres en una escuela primaria sirvió como excusa para suspender las clases.
¿Un circo?
Cerca del lugar de los avistamientos, se había instalado un circo. En los circos de esa época, era común ver a personas de baja estatura trabajando. Esto podría ser una explicación para los testimonios de Claudia Ortiz de Vigera o Julio César Masei.
¿Otros animales?
Algunas personas dijeron haber visto un ser diminuto con escamas y de color verde, como Guillermo Isaurralde. Esto llevó a algunos medios a pensar que pudo haber sido una confusión con alguna lagartija o lagarto overo.
¿Una estrategia comercial?
El caso Villa Montoro también ayudó a aumentar las ventas de productos, especialmente muñecos, relacionados con "Luciano el marciano", un personaje creado ese mismo año. Incluso la policía pensó que los avistamientos podrían haber sido inventados con fines comerciales. Además de los muñecos, el caso atrajo a muchas personas e investigadores, lo que impulsó la venta de alimentos en los negocios cercanos.
En la cultura popular
Villa Montoro es muy conocida por el suceso de los "enanitos verdes" de 1983.
La banda de rock argentina Enanitos Verdes lleva ese nombre por un evento similar ocurrido en 1979 en el Puente del Inca, Mendoza. Una familia se tomó una foto allí y, al revelarla, vieron destellos que formaban una imagen parecida a un pequeño humanoide.