Cartas del Bosque de Segovia para niños
Las Cartas del Bosque de Segovia son el nombre que se le da a dos grupos de cartas importantes que el rey Felipe II de España envió a la Regente Margarita de Parma. En estas cartas, el rey rechazó las peticiones para cambiar las leyes muy estrictas que existían en los Países Bajos de los Habsburgo sobre las creencias religiosas. Las cartas fueron enviadas el 17 y 20 de octubre de 1565, y el 31 de julio de 1566. La decisión de Felipe II de no ceder en este asunto fue una de las causas que llevaron al inicio de la Guerra de los Ochenta Años.
Contenido
¿Por qué eran importantes las Cartas del Bosque de Segovia?
El contexto histórico de las cartas
Felipe II siguió con mucho interés la política de su padre, Carlos V, de mantener un control estricto sobre las creencias religiosas. Sin embargo, esta forma de actuar encontró cada vez más oposición en los Países Bajos.
Por eso, en 1565, el Consejo de Estado de los Países Bajos envió a uno de sus miembros más importantes, Lamoral, conde de Egmont, a la corte española. Su misión era pedirle al rey que suavizara estas leyes. En ese momento, Felipe II no le dio una respuesta inmediata.
¿Desde dónde se escribieron estas cartas?
En aquella época, Felipe II pasaba su tiempo en diferentes lugares de España. Uno de sus sitios favoritos era la Mansión del Bosque de Segovia, una casa de campo en los bosques cerca de la ciudad de Segovia. Desde allí, el rey se encargaba de los asuntos de gobierno y de toda la correspondencia oficial.
Las dos series de cartas sobre el tema religioso y político que se enviaron desde este lugar, después de la visita del conde de Egmont, son muy importantes. Los historiadores de los Países Bajos y de Inglaterra las consideran un momento clave antes de la Guerra de los Ochenta Años.
¿Qué decían las Cartas del Bosque de Segovia?
Entre el 17 y el 20 de octubre de 1565, Felipe II firmó las primeras cartas. Eran una respuesta a las peticiones que Margarita de Parma le había enviado en julio de 1565, donde le pedía, entre otras cosas, que las leyes religiosas fueran menos severas.
La respuesta de Felipe II fue muy clara: las leyes sobre las creencias religiosas se mantendrían sin cambios. Las personas encargadas de hacer cumplir estas leyes seguirían con su trabajo, y quienes no las obedecieran enfrentarían graves consecuencias.
La reacción en los Países Bajos
Estas cartas llegaron a Bruselas a principios de noviembre y empeoraron mucho la situación en los Países Bajos. En diciembre de 1565, un grupo de nobles de menor rango formó un movimiento político llamado el Compromiso de Breda. Esto fue una respuesta directa a las cartas de octubre.
La gente mostró su descontento el 5 de abril de 1566, cuando 300 miembros del Compromiso de Breda entregaron una petición a Margarita de Parma. En ella, pedían que se eliminaran todas las leyes estrictas sobre las creencias religiosas. Margarita, al verse sola y sin apoyo, aceptó sus peticiones.
Ella envió a dos miembros del Consejo de Estado, el marqués de Bergen y el barón de Montigny, a España. Su misión era pedirle al rey que aprobara estas concesiones. En la reunión que tuvieron con Felipe II, el rey rechazó sus peticiones. Aunque en su carta del 31 de julio aceptó algunas de las sugerencias de Margarita, pocos días después cambió de opinión y mantuvo su política de control estricto.
¿Qué pasó después de las cartas?
Mientras se esperaba la respuesta del rey español, el gobierno de Bruselas ya había dejado de aplicar las leyes más estrictas. Esto animó a los calvinistas (un grupo religioso) del país, muchos de los cuales regresaron del exilio. Empezaron a organizar reuniones religiosas al aire libre que atraían a mucha gente.
Al principio, estas reuniones eran pacíficas, pero después de recibir la respuesta de Felipe II, se convirtieron en una fuente de problemas. A principios de agosto de 1566, la situación era muy tensa debido a la falta de trabajo, los altos precios de los alimentos y los discursos de los predicadores calvinistas.
Esto llevó a una serie de revueltas populares y a una ola de destrucción de imágenes religiosas católicas, conocida como la Beeldenstorm (Furia Iconoclasta). Incluso, los calvinistas tomaron el control de algunas ciudades, como Valenciennes. Aunque al principio las fuerzas de la gobernadora Margarita, bajo el mando de Felipe de Noicarmes, lograron controlar la revuelta, estas insurrecciones hicieron que Felipe II enviara un ejército español en 1567. Este ejército estaba al mando de Fernando Álvarez de Toledo, el tercer duque de Alba. Las medidas que tomó el duque de Alba provocaron la Revuelta de los Países Bajos y el inicio de la Guerra de los Ochenta Años.