Antolín Monescillo para niños
Datos para niños Antolín Monescillo y Viso |
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![]() Antolín Monescillo en 1897, como cardenal-arzobispo de Toledo.
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Título | Cardenal presbítero de San Agustín Patriarca de las Indias Occidentales Arzobispo primado de Toledo |
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Otros títulos | Obispo de Calahorra y La Calzada Obispo de Jaén Arzobispo de Valencia Arzobispo de Toledo |
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Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 1836 | |
Ordenación episcopal | 6 de octubre de 1861 por Cirilo de Alameda y Brea | |
Proclamación cardenalicia | 10 de noviembre de 1884 por León XIII | |
Información personal | ||
Nombre | Antolín Monescillo y Viso | |
Nacimiento | 2 de septiembre de 1811 en Corral de Calatrava | |
Fallecimiento | 11 de agosto de 1897 en Toledo | |
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Antolín Monescillo y Viso (nacido en Corral de Calatrava el 2 de septiembre de 1811 y fallecido en Toledo el 11 de agosto de 1897) fue un importante cardenal español. Llegó a ser arzobispo primado de Toledo, el cargo más alto de la Iglesia en España. Antes de eso, fue obispo en varias ciudades y tuvo un papel destacado en la vida religiosa y pública de su tiempo.
Contenido
La vida de Antolín Monescillo
Sus primeros años y estudios
Antolín Monescillo nació en una familia humilde de agricultores en Corral de Calatrava, un pueblo de Ciudad Real. Desde muy joven mostró un gran talento para el estudio. A los doce años, se fue a Toledo para continuar su formación. Allí, estudió con mucho éxito y obtuvo títulos importantes en Teología y Cánones (leyes de la Iglesia).
Fue un estudiante brillante, siempre puntual y dedicado. Sus profesores lo apreciaban mucho por su inteligencia. Después de terminar sus estudios, fue profesor de Teología en el Seminario de Toledo. Durante esta época, hizo amistad con personas influyentes, como el poeta José Zorrilla. También fue un pionero en el periodismo católico en España.
En 1836, a los 25 años, fue ordenado sacerdote. Su amor por el estudio y su inteligencia le permitieron ocupar varias cátedras en el Seminario de Toledo. También se destacó como orador y escritor, publicando muchos artículos en defensa de la religión.
En 1842, Monescillo fundó el periódico La Cruz junto a Juan González. También colaboró en otros diarios importantes. Su carrera como periodista se interrumpió temporalmente cuando tuvo que exiliarse por defender los derechos de la Iglesia. Se refugió en San Sebastián y luego en Francia, donde aprovechó para estudiar la cultura católica francesa.
Cuando regresó a España, continuó con sus escritos y su labor periodística. En 1849, fue nombrado Vicario General de Estepa, un cargo que le dio experiencia en la administración de la Iglesia.
Obispo en Calahorra y Jaén
En 1861, el papa Pío IX lo nombró obispo de Calahorra y La Calzada. Fue consagrado obispo en Madrid y desde ese momento se convirtió en uno de los líderes más importantes de la Iglesia en España. Durante su tiempo en Calahorra, escribió pastorales (cartas a los fieles) donde expresaba sus ideas sobre la sociedad y la religión.
En 1865, Monescillo fue trasladado a la diócesis de Jaén. Esta fue una etapa muy activa para él. Se le conoció como "el Obispo de Jaén" por su gran influencia. Trabajó mucho con el clero (sacerdotes) y el pueblo, realizando visitas pastorales por toda la diócesis para fortalecer la fe. También se preocupó por el Seminario de Jaén, la institución donde se formaban los futuros sacerdotes.
Durante este periodo, España vivió un tiempo de grandes cambios políticos. Monescillo fue elegido diputado en las Cortes (el parlamento) en 1869. Allí, defendió la importancia de la religión en España. También participó en el Concilio Vaticano I en Roma, una reunión muy importante de obispos de todo el mundo. En el Concilio, Monescillo fue muy activo y defendió la enseñanza de la Iglesia.
A su regreso de Roma, Monescillo continuó su labor pública. Fue nombrado senador y convocó un Sínodo diocesano (una reunión de la Iglesia local) en Jaén para aplicar las enseñanzas del Concilio Vaticano I. También se enfrentó a los gobiernos de la época para defender los derechos de la Iglesia.
Arzobispo de Valencia: un líder en tiempos difíciles
En 1877, Antolín Monescillo fue nombrado Arzobispo de Valencia. Fue recibido con gran entusiasmo. En Valencia, se ganó el cariño y el respeto de todos, incluso en una época de muchos desafíos. La ciudad había pasado por momentos de inestabilidad política, con movimientos que buscaban la independencia local.
Monescillo dedicó sus primeros años en Valencia a conocer la diócesis y a trabajar con el clero. Se preocupó por el Cabildo (el grupo de sacerdotes que asisten al obispo) y por la formación de los sacerdotes. También realizó visitas pastorales a las parroquias de la ciudad y de Alcoy, una de las ciudades más importantes de la archidiócesis.
Promovió la unidad entre los obispos españoles y apoyó al papa León XIII en sus enseñanzas. Monescillo también se esforzó por mejorar el Seminario de Valencia, buscando que los futuros sacerdotes tuvieran una formación sólida.
Además, apoyó la creación de nuevas congregaciones religiosas y obras sociales para ayudar a los más necesitados. Por ejemplo, dio permiso para fundar el Patronato de la Juventud Obrera, que ofrecía albergue y educación a jóvenes trabajadores. También apoyó a la Beata Juana María Condesa Lluch en la creación de las Esclavas de María Inmaculada, una congregación dedicada a ayudar a las mujeres trabajadoras y a los pobres.
Monescillo también cultivó la devoción a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. Consiguió que la capilla de la Virgen y la catedral recibieran honores especiales del Papa. Gracias a sus gestiones, el papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de los Desamparados como patrona de Valencia y su reino.
Cardenal y arzobispo de Toledo
En 1884, el papa León XIII reconoció el gran trabajo de Monescillo y lo nombró cardenal. El rey Alfonso XII le impuso el birrete cardenalicio. A pesar de su edad y de algunos problemas de salud, Monescillo siguió trabajando con gran dedicación.
En 1885, Valencia sufrió una epidemia. Monescillo no solo pidió a los ricos que ayudaran, sino que él mismo vendió sus joyas y usó su propio dinero para socorrer a los necesitados.
En 1889, convocó un Concilio provincial en Valencia, el primero en muchos años. En este Concilio, se ordenó la creación de colegios para que los jóvenes con vocación religiosa, incluso de familias humildes, pudieran estudiar. También se reafirmó la importancia de la enseñanza de la doctrina de Santo Tomás de Aquino en el Seminario.
En 1891, Monescillo realizó una importante reforma en el Seminario de Valencia, convirtiéndolo en uno de los mejores de España y Europa. Su energía, dedicación y caridad lo hicieron muy querido por todos.
Finalmente, en 1892, a pesar de tener más de ochenta años, el papa León XIII lo nombró arzobispo de Toledo y primado de España, el cargo que siempre había deseado. Monescillo regresó a la ciudad de su juventud, donde siempre quiso ser enterrado.
En Toledo, continuó su labor pastoral, preocupándose por el clero y los fieles. Reconstruyó una ermita y la convirtió en un lugar de devoción. También ayudó a los sacerdotes cuando tuvieron problemas económicos.
Antolín Monescillo y Viso falleció el 11 de agosto de 1897 en Toledo, a los 81 años. Fue un líder muy reconocido en la Iglesia española del siglo XIX, recordado por su inteligencia, su oratoria y su incansable trabajo por la fe y la caridad.
Galería de imágenes
Predecesor: Cipriano Juárez Berzosa |
Obispo de Calahorra y La Calzada 1861 - 1865 |
Sucesor: Fabián Sebastián Arenzana Magdaleno |
Predecesor: Andrés Rosales Muñoz |
Obispo de Jaén 1865 - 1877 |
Sucesor: Manuel María León González y Sánchez |
Predecesor: Mariano Barrio Fernández |
Arzobispo de Valencia 1877 - 1892 |
Sucesor: Ciriaco Sancha y Hervás |
Predecesor: Miguel Payá y Rico |
Arzobispo de Toledo 1892 - 1897 |
Sucesor: Ciriaco Sancha y Hervás |
Véase también
En inglés: Antolín Monescillo y Viso Facts for Kids