Aduana del Puerto de Barcelona para niños
Datos para niños Aduana del Puerto de Barcelona |
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Bien Cultural de Interés Local | ||
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Localización | ||
País | España | |
Ubicación | Port Vell de Barcelona | |
Coordenadas | 41°22′29″N 2°10′38″E / 41.374835, 2.177261 | |
Información general | ||
Estilo | arquitectura ecléctica | |
Diseño y construcción | ||
Arquitecto | Enric Sagnier y Pere Garcia i Fària | |
El edificio de la Aduana del Puerto de Barcelona se encuentra frente a las Atarazanas en el barrio del Raval de Barcelona. Está justo al lado del Puerto Viejo, que era el antiguo puerto de mercancías, y cerca del Muelle de la Madera. También se le conoce como Aduana Nueva o tercera aduana. Esto es para distinguirla de la Antigua Aduana de Barcelona, que ahora es la sede del Gobierno Civil.
Fue construida entre 1896 y 1902 por el arquitecto Enric Sagnier i Villavecchia, con la ayuda de Pere Garcia Fària. Su diseño tiene forma de H. Sagnier usó su estilo ecléctico habitual, aunque años después su estilo evolucionaría hacia el modernismo.
Con el tiempo, las aduanas se trasladaron al puerto de mercancías de la Zona Franca. Esto ocurrió porque el edificio, que fue aduana por más de cincuenta años, quedó en medio de una zona turística debido al crecimiento de la ciudad. Hoy en día, el edificio está sin uso y se debate qué función podría tener en el futuro.
Contenido
¿Por qué se construyó la Aduana?
La Exposición Universal de Barcelona en 1888 fue un evento muy importante. Participaron 22 países y más de 2 millones de personas visitaron la ciudad. Aunque la exposición se hizo en el Parque de la Ciudadela, trajo muchos cambios a toda Barcelona.
Por ejemplo, se construyó el Palacio de Justicia cerca del parque. Este edificio monumental, iniciado en 1887 por Enric Sagnier, le dio mucho prestigio como arquitecto de edificios públicos.
Transformaciones urbanas en Barcelona
La exposición también impulsó grandes cambios en la zona costera de la ciudad. Se creó el Paseo Colón después de que se demolieran las antiguas murallas medievales en 1881. Este ambicioso paseo se inauguró en 1887. Unía la montaña de Montjuic con el Parque de la Ciudadela, convirtiéndose en un eje muy importante.
Además, se levantó el Monumento a Colón, diseñado por el arquitecto Cayetano Buigas. Esta enorme escultura está en la plaza del Portal de la Paz. Es un punto clave que une el Paseo de la Rambla con el Paseo Colón. También se construyó un nuevo muelle, el Muelle de Madera, renovando la zona marítima.
La necesidad de una nueva Aduana
Todas estas grandes transformaciones y modernizaciones hicieron que el gobierno pensara que la antigua aduana, del siglo XVIII, ya no era suficiente. No podía manejar el gran comercio que Barcelona estaba experimentando. El edificio antiguo tenía bodegas y oficinas limitadas, y se había vuelto obsoleto.
Por eso, se decidió construir una nueva aduana, mucho más grande. Se eligió un lugar en el recién inaugurado paseo marítimo, cerca del Monumento a Colón y del mar. Esto no solo la hacía más eficiente, sino que también embellecía la entrada a Barcelona por mar. El terreno ya era propiedad del Ayuntamiento, lo que facilitó la construcción.
Diseño y construcción de la Aduana Nueva
El encargo para la nueva aduana se hizo en 1890, pero el proyecto no se aprobó hasta 1895. Hubo muchas discusiones entre las autoridades locales y el gobierno central, ya que, al ser un edificio público, debía ser aprobado por la Real Academia de San Fernando en Madrid.
Después de varias negociaciones, la construcción comenzó en 1896. Sagnier fue elegido por su experiencia y por el éxito de su proyecto del Palacio de Justicia. Aunque este último no estaba terminado, ya había demostrado su gran talento. Su estilo ecléctico, con toques clásicos, había gustado mucho.
Pere Garcia Fària, un ingeniero con experiencia en obras públicas, también participó en el diseño. Él aportó una visión más práctica y eficiente al proyecto.
¿Cómo es el edificio de la Aduana?
El edificio es muy grande y tiene una forma de H. Está compuesto por dos partes paralelas unidas por una parte central. La idea original de esta forma era que las mercancías entraran por un lado que da al mar, pasaran por salas de revisión y salieran por el otro extremo. La fachada principal, la más bonita, sería para las oficinas administrativas. Sin embargo, este proceso nunca se llevó a cabo así, porque los trámites eran más lentos.
La parte del edificio que mira al mar es más baja y parece una nave industrial. Su diseño es más sencillo y práctico, con pocos adornos. Solo tiene un sutil relieve en las paredes (almohadillado) y un juego simple de formas en los arcos. Esta parte más rústica le da un aspecto más funcional.
En el centro de esta parte, hay un cuerpo más alto que conecta los dos volúmenes largos. Tiene un gran ventanal de doble altura que hace que el centro del edificio se vea más importante y simétrico. En la parte superior de este cuerpo central, se puede ver el escudo de Barcelona.
La fachada principal: un palacio monumental
La fachada principal, en cambio, parece un palacio. Está muy decorada con diferentes motivos y esculturas del famoso artista Eusebi Arnau. Es muy larga y grandiosa, y recuerda un poco a la arquitectura de Europa central. Tiene columnas de estilo jónico y está rematada con los escudos de Barcelona, Cataluña y España. También hay dos águilas y ocho leones alados, también obra de Eusebi Arnau.
La parte central de la fachada es la que tiene más adornos. Está flanqueada por dos grupos de columnas jónicas dobles que sobresalen un poco, destacando el centro. Encima de estas columnas hay escudos de Barcelona, coronas y un murciélago. En la parte superior, hay unas formas que parecen almenas, típicas de los castillos medievales. Esto le da un toque ecléctico, muy de moda en esa época.
También se ven esculturas de águilas imperiales sobre esferas con relieves de animales. En el centro, hay pilastras jónicas entre ventanas de arcos y ventanas redondas, rodeadas de adornos vegetales. En la parte superior, se lee la palabra "ADUANA". Más arriba, hay adornos en forma triangular que recuerdan a los frontones clásicos, con hojas, flores, dos grandes gárgolas aladas y un gran escudo de España con una corona real.
En el resto de la fachada, se repiten los grupos de columnas dobles en los extremos, con escudos de Barcelona y almenas. Pero aquí, las almenas están rematadas por gárgolas aladas o leones alados. En las secciones intermedias, hay arcos en la planta baja, seguidos por ventanas altas con frontones redondos y luego ventanas más pequeñas con arcos. Esta parte no tiene columnas, lo que hace que las líneas horizontales destaquen, creando un contraste con las líneas verticales de las zonas con columnas. Esto rompe la monotonía y resalta el centro.
Estilo arquitectónico y detalles
El edificio muestra un regreso a las formas clásicas, como la simetría y la importancia del centro. Tiene una composición grande y alargada, con esculturas en la parte superior y niveles bien definidos. La planta baja tiene un acabado rústico y las ventanas tienen frontones. Esto se debe a que los edificios públicos solían asociarse con la arquitectura clásica, que transmitía solemnidad.
Aunque tiene referencias clásicas, no es neoclásico. También tiene muchos elementos eclécticos. Por ejemplo, las columnas dobles, las esculturas grandes y expresivas, o las almenas que recuerdan a las torres de los castillos. El eclecticismo era muy popular en ese momento, ya que permitía combinar elementos de diferentes estilos de forma creativa.
El interior del edificio es más sencillo que el exterior. A diferencia del Palacio de Justicia, que tiene grandes interiores con columnas y vitrales, aquí los espacios son más funcionales. Hay sótanos, almacenes en la parte trasera y un gran vestíbulo en la entrada. El primer piso tiene oficinas administrativas, y el segundo piso estaba pensado para que vivieran los funcionarios que hacían turnos de noche.
Este edificio de Sagnier también es importante por cómo se integra en la ciudad. Ayudó a definir la zona del Portal de la Paz y realzó la larga vista del Paseo de Colón con su diseño alargado.
Algunas personas de la época criticaron el edificio por sus esculturas, que les parecían demasiado grandes o que no tenían relación con la función de la aduana. Otros, sin embargo, lo describieron como bello y elegante, elogiando la combinación de utilidad y estética. A pesar de las críticas, hoy en día es un edificio muy valorado y reconocido como Bien Cultural de Interés Local.
Galería de imágenes
Véase también
- Palacio de Justicia de Barcelona
- Antigua Aduana de Barcelona