Zemita para niños
Datos para niños Zemita |
||
---|---|---|
Localidad | ||
Localización de Zemita en Ñuble
|
||
Coordenadas | 36°23′54″S 71°44′18″O / -36.3984, -71.7382 | |
Entidad | Localidad | |
• País | ![]() |
|
• Región | ![]() |
|
• Provincia | Provincia de Punilla | |
• Comuna | Comuna de Ñiquén | |
Población (2017) | ||
• Total | 735 hab. | |
Gentilicio | n/d | |
Huso horario | UTC-4 | |
• en verano | UTC-3 | |
Zemita es una localidad ubicada en la comuna de Ñiquén, en la Provincia de Punilla, dentro de la Región de Ñuble, en Chile. Es un lugar con una rica historia, especialmente por su antigua hacienda.
Según el censo de 2002, Zemita tenía 770 habitantes. Estos se distribuían en los sectores conocidos como "Zemita", "San Fernando de Zemita" y "San José de Zemita". Para el censo de 2017, la población disminuyó a 735 habitantes, distribuidos en los sectores "Zemita", "El Peumo Zemita" y "San José de Zemita".
La Hacienda Zemita es muy importante por su valor histórico. Se considera un gran ejemplo de cómo era la vida en el campo desde el siglo XVI en adelante.
Contenido
Historia de Zemita
Orígenes de la Hacienda Zemita
El comienzo de Zemita se remonta al siglo XVI. Se cree que al principio fue una tierra entregada por el rey o una encomienda (un sistema donde se asignaban tierras y personas a un español). Con el tiempo, su dueño la donó a la Orden de la Compañía de Jesús, conocidos como los Jesuitas.
Los jesuitas construyeron las primeras casas principales de la hacienda. Algunas partes de estas construcciones aún existen hoy, como lo menciona el historiador Marcial Pedrero Leal en su libro sobre las haciendas de Ñuble.
Zemita en el Siglo XVIII
Gracias a las investigaciones del historiador Mario Góngora, sabemos que la hacienda Zemita ya era mencionada en 1752 en los archivos de la Capitanía General de Chile. En ese tiempo, la hacienda tenía muchos terrenos arrendados, lo que nos indica que era una propiedad muy grande. Incluso, en ese mismo año, hubo un problema legal poco común en las zonas rurales de Maule y Ñuble. El dueño de la hacienda ordenó que sus arrendatarios se fueran porque no aceptaban al nuevo administrador.
Después de que los Jesuitas fueron expulsados de Chile en 1767, no se sabe mucho sobre la vida de la hacienda durante casi cien años.
Cambios de Dueños en el Siglo XIX
En el siglo XIX, la propiedad de Zemita pasó por las manos de tres dueños diferentes. El primero de ellos comenzó a construir la casa principal, que se unió a la construcción original.
A mediados del siglo XIX, un ingeniero llamado Ricardo Price Evans, que había ganado mucho dinero en el norte de Chile, compró la hacienda. Él continuó la construcción de la casa principal. En 1859, vendió una parte a Miguel Ramírez, quien luego la vendió a Gabriel Alejandro Azúa Real. Finalmente, en 1869, Juan Francisco Rivas adquirió la hacienda. En 1889, Rivas compró más tierras en San Antonio de Zemita para hacer la hacienda aún más grande.
La Hacienda bajo Juan Francisco Rivas
A principios del siglo XX, Zemita era una hacienda muy productiva. Llegó a tener alrededor de diez mil ovejas. La lana de estas ovejas se esquilaba (se cortaba) en grandes galpones durante treinta días. Según Pedro Valenzuela, en la década de 1950, se esquilaban entre trescientas y cuatrocientas ovejas con la ayuda de tres capataces y diez ovejeros. Toda la lana se empacaba y se enviaba para ser exportada.
Juan Francisco Rivas fue una persona muy destacada en la sociedad de Santiago. Se le conocía como el último "señor feudal" del centro de Chile, y falleció en 1922 a los 78 años. En la hacienda Zemita, Rivas implementó muchas mejoras modernas para su época. Por ejemplo, las casas principales tenían luz eléctrica y había teléfonos en varias partes de la hacienda para mejorar la comunicación.
El historiador Marcial Pedrero explica que Rivas era un líder progresista. Él adoptaba técnicas e inventos modernos que se usaban en los países industrializados, lo que marcaba una diferencia con otros propietarios que seguían métodos más tradicionales.
En la hacienda trabajaban cerca de 300 hombres. Se les clasificaba según sus habilidades o la confianza que el patrón tenía en ellos. A los trabajadores se les pagaba un sueldo cada tres meses, con el cual compraban sus alimentos en una tienda especial de la hacienda llamada "pulpería". La jornada de trabajo era de 10 horas. Si un trabajador cometía una falta, recibía castigos severos.
La Repartición de las Tierras
Después del fallecimiento de Juan Francisco Rivas, sus propiedades se dividieron entre sus tres hijas y sus nietos.
- Trinidad recibió las propiedades de Pomuyeto y La Montaña, que incluían los fundos El Naranjo, El Durazno y parte de El Palo.
- Mercedes recibió la hacienda Virgüin y Las Mercedes, que abarcaba las zonas cercanas a San Fabián de El Valiente y Bandurria.
- Inés heredó la hacienda Zemita abajo, Los Robles y El Palo.
- Hernán Rivas Freire recibió La Pitrilla y San Roque.
- Fernando Rivas Freire heredó de su abuelo el fundo San José de Zemita.
Las hijas de Rivas recibieron como herencia las tierras del Llano y la Precordillera. Este proceso de división fue un poco lento debido al gran tamaño de las propiedades de Zemita y Virgüin.
La Reforma Agraria y Zemita
La familia Lorente Sánchez, que heredó la hacienda Zemita, no fue informada oficialmente sobre la expropiación (cuando el gobierno toma una propiedad privada para uso público) que se aplicó según una ley de 1968. La expropiación se llevó a cabo con un pago que se haría más tarde. La familia Lorente se quedó con su casa y los sectores de Reumo y La Montaña. Sin embargo, durante el gobierno de Salvador Allende, estas tierras también fueron expropiadas sin ningún pago.
En 1972, por orden del gobierno, el terreno expropiado fue entregado a la Corporación de la Reforma Agraria (CORA). Bajo la administración de CORA, la hacienda Zemita y todo su equipo sufrieron un gran descuido. En 1974, después de varias solicitudes de los herederos, se les devolvió un tercio de lo que les había sido quitado.