Tajamares del Mapocho para niños
Los Tajamares del Mapocho son muros de contención que se construyeron hace mucho tiempo para controlar las aguas del río Mapocho en la ciudad de Santiago, Chile. Estos muros, hechos principalmente de piedra y ladrillo, fueron muy importantes para proteger la ciudad de las inundaciones.
Desde que se fundó Santiago, el río Mapocho solía desbordarse y causar muchos daños. En esa época, el río se dividía en dos partes cerca de la actual Plaza Baquedano. Una parte seguía el curso actual del río, y la otra, llamada "La Cañada", pasaba por donde hoy está la Alameda. Así, la pequeña ciudad de Santiago quedaba rodeada por el río, lo que hacía que las inundaciones fueran un gran problema.
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Historia de los Tajamares del Mapocho
Desde el año 1610, las autoridades de la ciudad, conocidas como el cabildo, buscaron formas de detener el avance del agua. Al principio, intentaron con estructuras de madera y piedra. Sin embargo, la construcción de los tajamares como los conocemos hoy no comenzó hasta el año 1700.
Estos primeros tajamares fueron ampliados en 1726. Pero en 1749, una inundación muy grande los destruyó por completo. Esto demostró que se necesitaban construcciones más fuertes y duraderas.
Grandes esfuerzos para construir los tajamares
El corregidor Luis Manuel de Zañartu tuvo la idea de construir los tajamares definitivos y también el famoso Puente de Calicanto sobre el río Mapocho. Para estas grandes obras, se utilizó el trabajo de muchas personas que estaban en prisión. Aunque el puente fue terminado, los tajamares no lograron resistir otra fuerte inundación en 1783.
Los tajamares que perduraron
Después de tantos intentos fallidos, construir los tajamares se convirtió en una prioridad para el gobierno. El gobernador Ambrosio de Benavides le encargó esta importante tarea al arquitecto Joaquín Toesca, quien era de Italia. Toesca ordenó construir de inmediato unos tajamares temporales de madera.
En 1788, Ambrosio O'Higgins se convirtió en gobernador y fue uno de los principales impulsores de la construcción de los tajamares. O'Higgins dejó a Manuel de Salas a cargo de supervisar la obra, que fue diseñada por el ingeniero Leandro Baradán. Toesca comenzó a ejecutar los trabajos basándose en sus planos en 1792, junto a los ingenieros Pedro Rico y Agustín Caballero. Caballero tomó el mando en 1799, después de la muerte de Toesca. En 1803, Caballero fue reemplazado por Ignacio Santa María, y finalmente, en 1808, las obras fueron terminadas.
Los tajamares originales se extendían desde la casa del conde de Villa Alegre (en la actual calle Condell, en la comuna de Providencia) hasta el Puente de Calicanto, con una longitud total de 33 cuadras. Debido al alto costo y a las dificultades de su construcción, los tajamares del Mapocho, junto con el Puente de Calicanto, son considerados dos de las obras de ingeniería más importantes de la época colonial en Chile. También son reconocidos como grandes obras de ingeniería hidráulica en toda Hispanoamérica, comparables con la construcción del canal San Carlos y el sistema de drenaje del lago de Texcoco en México.
El final de la importancia de los tajamares
Con el paso del tiempo, los tajamares dejaron de ser tan importantes para la ciudad. Entre 1888 y 1891, el río fue canalizado, lo que significó que parte de los tajamares tuvieron que ser demolidos. Otros trozos quedaron cubiertos, por ejemplo, debido a la construcción del Parque Forestal.
A finales del siglo XX, durante diversos trabajos urbanos, los tajamares volvieron a aparecer. Esto ocurrió especialmente con la construcción de las primeras líneas del Metro de Santiago. Hacia 1978, se encontraron algunos restos cerca de la estación Salvador, donde se construyó un museo subterráneo para mostrarlos. Hallazgos similares ocurrieron con la construcción de las estaciones Puente Cal y Canto y Bellas Artes, así como de la Autopista Central.