Sitio de Perpiñán (1473) para niños

El sitio de Perpiñán de 1473 fue un importante enfrentamiento militar que ocurrió en la ciudad de Perpiñán. Esta ciudad era la capital del condado del Rosellón, que formaba parte del Principado de Cataluña. El asedio fue llevado a cabo por un ejército del rey Luis XI de Francia, liderado por Felipe II de Saboya.
El sitio comenzó el 21 de abril de 1473. El ejército francés se retiró el 24 de junio de ese mismo año. Esto ocurrió porque se acercaba un ejército de ayuda, comandado por el príncipe Fernando de Aragón. Él venía a apoyar a su padre, el rey Juan II de Aragón, quien estaba defendiendo la ciudad. Este asedio sucedió pocos meses después de que terminara un conflicto interno en Cataluña. Durante este conflicto, Luis XI de Francia había tomado el control de los condados de Rosellón y Cerdaña, según lo acordado en el Tratado de Bayona de 1462.
Contenido
¿Qué pasó antes del sitio de Perpiñán?
El fin de un conflicto y la recuperación de territorios
Después de que el rey Juan II de Aragón entrara en Barcelona el 17 de octubre de 1472, poniendo fin a un largo conflicto en Cataluña, su siguiente objetivo fue recuperar los condados de Rosellón y Cerdaña. Estos territorios estaban bajo el control de Luis XI de Francia. El rey Juan II quería que sus reinos y súbditos vivieran en paz. Por eso, convocó a las Cortes de Cataluña para obtener los recursos necesarios para esta campaña.
El descontento en Rosellón y Cerdaña
Desde que las tropas de Luis XI ocuparon Rosellón y Cerdaña, la gente de allí empezó a sentir un fuerte rechazo hacia el dominio francés. Los éxitos de Juan II en la región cercana del Ampurdán, entre 1471 y 1472, animaron a muchos a conspirar contra los franceses.
En Perpiñán, el 10 de abril, se descubrió un plan secreto y se detuvo a los implicados. Pocos días después, algunos nobles de Rosellón izaron la bandera de Aragón en sus castillos. El 16 de abril, la ciudad de Elna expulsó a la guarnición francesa. Lo mismo hicieron después Llivia y Vallespir. El 18 de agosto, hubo una revuelta popular en Perpiñán, donde la gente gritaba contra los franceses. Esta revuelta fue controlada por el gobernador general Antoine de Lau.
La llegada del rey Juan II a Perpiñán
Ante la difícil situación en los condados, Luis XI ordenó a Felipe de Saboya que reuniera un gran ejército para reforzar la autoridad francesa. Sin embargo, Juan II de Aragón se adelantó. A finales de enero, cruzó los Pirineos y el 1 de febrero entró triunfalmente en Perpiñán. La guarnición francesa se retiró y se refugió en la ciudadela de la villa. Muchas otras localidades de Rosellón siguieron el ejemplo de Perpiñán. Así, solo quedaron en manos de Luis XI la ciudadela de Perpiñán y los castillos de Salses, Colliure y Bellaguarda.
¿Cómo fue el sitio de Perpiñán?
El inicio del asedio y la promesa del rey
A principios de abril, las fuerzas de Felipe de Saboya, junto con las tropas del cardenal de Albi Jean Jouffroy, sumaban unos 30.000 hombres. Entraron en Rosellón y el 21 de abril comenzaron el asedio de Perpiñán. A pesar de las presiones de sus consejeros, Juan II se negó a abandonar la ciudad. En la Catedral de San Juan Bautista de Perpiñán, juró que no se iría hasta que los sitiadores levantaran el cerco. Los habitantes de Perpiñán respondieron con valentía a la llamada del rey y se defendieron con gran coraje. Al mismo tiempo, llegaron refuerzos a Perpiñán desde toda la Corona de Aragón.
La llegada del príncipe Fernando
Desde Castilla, el príncipe Fernando el Católico también partió hacia Rosellón al enterarse de la difícil situación de su padre en Perpiñán. En el camino, se unieron a sus tropas castellanas contingentes de Aragón, Cataluña y Valencia. Así, reunió un poderoso ejército. El ejército del príncipe Fernando salió de Barcelona el 4 de junio y pocos días después llegó a Castelló d’Empúries, donde estableció su cuartel general.
El fin del asedio
Al saber que el ejército del príncipe Fernando estaba cerca, Felipe de Saboya intentó asaltar Perpiñán el 19 de junio, pero no tuvo éxito. Cinco días después, el 24 de junio, levantó el cerco. Esto ocurrió después de que el gobernador Antoine de Lau fuera capturado por las fuerzas de Juan II durante una pequeña batalla. Ese mismo día, el príncipe Fernando entró en Rosellón con su ejército. Juan II salió a recibir a su hijo y se encontraron el 28 de junio entre Elna y Perpiñán. Se dice que Juan II le dijo a su hijo Fernando: "Dichoso yo, que puedo llamarme padre de mi libertador y del libertador de la patria".
¿Qué pasó después del sitio?
La tregua y la desconfianza
El 14 de julio, se firmó una tregua de dos meses y medio en Canet de Rossellón entre Felipe de Saboya y Juan Ramón Folch III de Cardona, en nombre de Juan II. El rey Juan II no confiaba en Luis XI, por lo que decidió quedarse en Perpiñán, mientras su hijo Fernando regresaba a Castilla.
Juan II tenía razón en desconfiar. Luis XI envió un ejército de refuerzo que, junto con el de Felipe de Saboya, intentó tomar Argelés, el puerto que abastecía a Perpiñán. Sin embargo, fueron rechazados por un ejército de Juan II, liderado por Beltrán de Armendáriz, en Palau-del-Vidre. Como resultado de este revés, las hostilidades terminaron con la firma del Tratado de Perpiñán el 17 de septiembre de 1473.
La ocupación francesa de nuevo
A pesar del acuerdo, el rey francés no lo cumplió. Aprovechando que Fernando de Aragón estaba ocupado en otro conflicto, Luis XI ocupó Elna el 5 de diciembre de 1474, Perpiñán el 10 de marzo de 1475 y el castillo de Salses en febrero de 1476.
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Catedral de San Juan Bautista de Perpiñán donde el rey Juan II de Aragón juró que no abandonaría la ciudad hasta que los sitiadores no levantaran el cerco.