Sacrificio en la cultura maya para niños
El sacrificio era una práctica religiosa muy importante para la cultura maya. En estos rituales, supervisados por sacerdotes, se ofrecían animales o se realizaban ceremonias de extracción de sangre de miembros de la comunidad. A veces, también se ofrecían vidas humanas. Los mayas creían que estas ofrendas eran necesarias para honrar a sus dioses y cumplir con sus obligaciones hacia ellos.
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¿Cómo sabemos sobre los rituales mayas?
Lo que conocemos sobre las prácticas rituales de los mayas proviene de dos fuentes principales. La primera son los escritos de los misioneros y exploradores que llegaron a Yucatán después de la llegada de los españoles. Estos escritos, como los códices y crónicas, nos dan una idea de cómo era la sociedad maya en el período Posclásico, mucho después del fin de la época clásica. Aunque algunos de estos relatos pueden tener un punto de vista parcial, el trabajo de Diego de Landa es considerado muy valioso por los expertos modernos, a pesar de que él mismo estuvo involucrado en la destrucción de muchos documentos mayas.
La segunda fuente de información es la arqueología. Las excavaciones y descubrimientos recientes han confirmado gran parte de lo que escribieron los primeros cronistas. Un gran avance fue el desciframiento de la escritura maya en la década de 1950, lo que nos permitió entender los mensajes grabados en muchos templos. Además, el estudio de los restos humanos encontrados en los sitios arqueológicos nos ha dado pistas sobre la edad, el género y la causa de la muerte de las personas involucradas en estos rituales.
Rituales de sangre y ofrendas diarias
Los mayas celebraban muchos festivales y ceremonias a lo largo del año. Muchos de estos eventos incluían ofrendas de animales y, al parecer, todos involucraban la extracción de sangre. Esta práctica era muy común en las culturas de Mesoamérica antes de la llegada de los europeos, y se cree que comenzó con los olmecas, la primera gran civilización de la región.
Los rituales de extracción de sangre solían hacerse en público. Los líderes religiosos o políticos se hacían pequeños cortes en partes blandas del cuerpo, como la lengua o la oreja. La sangre se recogía para untarla directamente en las estatuas de los dioses o se empapaba en papel, que luego se quemaba. En algunas regiones, como la actual Nicaragua, la sangre se mezclaba con maíz y se horneaba como un alimento sagrado que se compartía con la gente. La sangre también podía ser extraída de personas que no eran de la élite, como jóvenes o mujeres importantes.
El lugar del cuerpo de donde se extraía la sangre era muy significativo. Se pensaba que la sangre de ciertas partes del cuerpo tenía un poder especial para la fertilidad y era esencial para la renovación de la naturaleza, especialmente de las plantas cultivadas. En un ritual descrito por De Landa, jóvenes guerreros se hacían un agujero en una parte del cuerpo y pasaban una cuerda a través de él, uniéndose y ungiendo una estatua. Sin embargo, la auto-extracción de sangre también podía ser una práctica diaria, donde las personas que pasaban junto a una estatua de un dios se hacían un pequeño corte con una espina para mostrar su devoción.
Los sacerdotes españoles se opusieron fuertemente a estas prácticas, considerándolas una señal de que los mayas no abandonaban sus antiguas creencias. De Landa, quien más tarde fue obispo de Yucatán, escribió sobre cómo los frailes intentaron que los mayas se convirtieran al cristianismo.
En Mesoamérica no había animales domesticados grandes como ovejas o vacas. Por eso, la carne y otros productos animales se obtenían principalmente de la caza. Los estudios arqueológicos muestran que el venado de cola blanca era el animal más común para ofrendas y comidas festivas. Después de los venados, los animales más ofrecidos eran perros y varias aves, cuyas cabezas se presentaban a los dioses. También se ofrecían criaturas más exóticas, como jaguares y caimanes. Las ofrendas de animales también eran comunes antes de comenzar cualquier tarea o proyecto importante.
De Landa describe muchos festivales y rituales del calendario maya, pero no menciona ofrendas humanas en estos eventos regulares. Esto podría significar que sus informantes mayas no conocían tales prácticas en esos contextos, o que no se realizaban con frecuencia.

Tradicionalmente, se pensaba que los mayas realizaban menos ofrendas humanas que otras culturas vecinas. Sin embargo, la evidencia arqueológica que ha surgido desde mediados del siglo XX ha apoyado la idea de que las ofrendas humanas no eran desconocidas en la sociedad maya. La ciudad de Chichén Itzá, un centro de poder maya en el período Clásico Tardío, parece haber sido también un lugar importante para estas prácticas. En esta ciudad hay dos pozos naturales, o cenotes, que proporcionaban agua. El más grande, el Cenote Sagrado (también conocido como el Pozo de la Ofrenda), fue un lugar donde se encontraron restos de personas que pudieron haber sido ofrecidas al dios de la lluvia, Chaac. Un estudio de 2007 de los restos de este cenote encontró heridas que coinciden con ofrendas humanas.
¿Por qué eran importantes estas prácticas?
Tanto la extracción de sangre como las ofrendas humanas eran comunes en todas las culturas de Mesoamérica antes de la llegada de los europeos. La mayoría de los expertos creen que estas prácticas surgieron con los olmecas antes del año 1000 a.C. y se transmitieron a culturas posteriores, incluyendo a los mayas. No se sabe con certeza por qué surgieron, ya que hay poca información de esa época.
La sangre, y el corazón, eran elementos centrales en los rituales mayas. A través de estas ceremonias, los mayas creían que establecían o renovaban una conexión con lo sagrado, lo cual era fundamental para el orden natural del mundo. Los mayas no hacían una distinción clara entre lo vivo y lo no vivo, y creían que incluso los edificios y las estatuas podían tener un significado especial. Esto sugiere que los rituales de ofrenda tenían un profundo significado social, como una transformación real de la que dependía el destino del mundo y sus habitantes.
En las sociedades antiguas, los líderes políticos y religiosos a menudo trabajaban juntos para mantener su posición y asegurar la estabilidad social. Los rituales de ofrenda probablemente eran una parte central de esta integración comunitaria. Sin embargo, no hay mucha información sobre si había diferencias de opinión sobre estos rituales entre los distintos grupos sociales o incluso dentro de las élites.
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Véase también
En inglés: Sacrifice in Maya culture Facts for Kids