Revuelta de los Barretines para niños
La Revuelta de los Barretines (también conocida como revolta dels barretines en catalán) fue un levantamiento de campesinos que ocurrió en el Principado de Cataluña entre los años 1687 y 1689. Esta revuelta surgió por el gran descontento social. La gente estaba sufriendo por una crisis en la agricultura y por los problemas que tenían que soportar los campesinos. Estos problemas venían de parte de los señores de las tierras y de los jefes del ejército, especialmente por la obligación de alojar a las tropas en sus casas.
La revuelta se concentró en las zonas rurales del centro de Cataluña. Sin embargo, los campesinos que participaban en ella llegaron incluso a las puertas de Barcelona, la capital del Principado.
Algunos historiadores han señalado que esta revuelta fue diferente de la que ocurrió en 1640. Una gran parte del malestar de los campesinos catalanes se debía a la presencia del ejército y a los problemas que causaban los alojamientos. Los líderes de la revuelta intentaron conseguir el apoyo de las instituciones, ya que creían que estaban defendiendo las leyes y costumbres de Cataluña, conocidas como Constituciones. Pero, a diferencia de 1640, las autoridades catalanas y la clase política se unieron al rey y a los señores. Por eso, el movimiento de los "barretines" fue finalmente controlado.
También se ha comparado la Revuelta de los Barretines con la Segunda Germanía del Reino de Valencia, que sucedió unos años después. Ambas revueltas compartían una causa común: la fuerte presión económica que sufrían muchos campesinos y su rechazo al sistema de los señores. Estas revueltas no fueron movimientos espontáneos, sino que tuvieron motivaciones importantes. Sus líderes eran campesinos con recursos, que planearon bien sus acciones y buscaban objetivos claros. Aunque fueron levantamientos de corta duración, tuvieron un gran impacto político y generaron inestabilidad.
Datos para niños Revuelta de los Barretines |
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Parte de guerra de los Nueve Años | ||||
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Fecha | 1687-1689 | |||
Lugar | Principado de Cataluña | |||
Coordenadas | 41°50′15″N 1°32′16″E / 41.8375, 1.5378 | |||
Casus belli | Revuelta campesina, motivada por agravios y abusos del gobierno | |||
Resultado | Revuelta sofocada militarmente. | |||
Cambios territoriales | Foco inicial en Centellas, Extensión a Cataluña central y alrededores de Barcelona | |||
Beligerantes | ||||
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Contenido
¿Qué Causó la Revuelta de los Barretines?
La revuelta tuvo dos razones principales:
La Plaga de Langostas y la Escasez de Alimentos
- Una plaga de langostas comenzó en Lérida en 1685 y afectó los campos catalanes durante tres años, hasta 1688. Esto causó mucha escasez de alimentos y dificultades. Se calcula que en 1687, en algunas zonas, se perdió hasta el 70% de la cosecha.
La Presencia de Tropas y sus Problemas
- Las guerras con Francia, aunque habían terminado en 1684, habían convertido a Cataluña en una zona donde se alojaban muchas tropas. Los soldados se quedaban en las casas de la gente común en las zonas rurales. Las ciudades y villas estaban libres de esta obligación. Además, la población local tenía que ayudar a mantener a los soldados, dándoles comida, paja para sus animales y alojamiento para los oficiales. En junio de 1687, había 2431 soldados de caballería alojados en Cataluña.
Los campesinos se quejaban de varias cosas: la carga tan grande que significaba tener tropas, las diferencias injustas con otras zonas, la colaboración de los señores con los jefes del ejército, y el peso de los impuestos y pagos a los señores.
El Inicio de la Revuelta: Centelles (1687)
La crisis en el campo, junto con las cargas militares y los problemas causados por el conde a sus campesinos (como el control de los precios de los alimentos), llevaron a que se presentaran quejas al virrey. El virrey, que apoyaba al conde, arrestó por unos días a los representantes locales (Josep Llavina y Enric Torres) que habían ido a quejarse.
Primeros Conflictos y Reacciones
Más quejas llegaron al virrey, Diego Mesía de Guzmán-Dávila, marqués de Leganés, por parte de un representante de la iglesia, Antoni Saiol, y un miembro de la nobleza, Josep Ciges. El virrey decidió reemplazar a estos dos el 18 de julio de 1687, acusándolos de incitar a la rebelión. Los demás miembros de la Diputación del General aceptaron la decisión del virrey, diciendo que los cesados habían actuado por su cuenta.
En Centellas, la gente se negó a seguir pagando 24 reales diarios al capitán Ballaró. A principios de octubre, el virrey envió 600 soldados de infantería y 40 de caballería para controlar a la población. Cuando las tropas llegaron el día 7, la gente se levantó en armas, y los soldados tuvieron que retirarse. El propio virrey Velasco fue a Granollers, donde se reunió con una delegación local. Ellos pidieron disculpas, pero siguieron negándose a pagar. Esta actitud se extendió por gran parte de Cataluña.
La gente de Centelles consiguió el apoyo de Tona y Vich, reuniendo una fuerza mayor que la del ejército. En Barcelona, las autoridades no tomaron una decisión firme, mientras que los campesinos formaron una red de alianzas locales para defenderse en caso de amenaza.
Los Campesinos Llegan a Barcelona (1688)
En abril de 1688, un conflicto entre un soldado y la persona que lo alojaba en el pueblo de Vilamajor fue la señal para que la unión de campesinos se activara. Cientos de hombres se movilizaron hacia Mataró para obligar a la gente de allí a dejar de pagar las contribuciones militares.
La Marcha Hacia la Capital
Se unieron personas de varias poblaciones, formando un grupo de miles de hombres que se dirigió hacia Barcelona. Gritaban "Visca el rei i mori el mal govern" ('Viva el rey y muera el mal gobierno'). Llegaron frente a las murallas de Barcelona hacia el día 7. Su gran número y las amenazas de quemar casas de oficiales reales hicieron que sus peticiones fueran escuchadas, a diferencia de las quejas del año anterior. Pedían que los miembros de la Diputación del General que habían sido apartados de sus cargos fueran restituidos, un perdón general y una revisión de las contribuciones militares.
Aunque la Real Audiencia se opuso al principio, aconsejaron al virrey que cediera a las peticiones, y este aceptó el día 10. El marqués de Leganés recomendó al rey que restituyera a los antiguos miembros de la Diputación del General el 12 de mayo. Poco después, el propio Leganés fue reemplazado por Juan Tomás Enríquez de Cabrera y Ponce de León, conde de Melgar, debido a su mala gestión de la crisis.
La Rebelión se Extiende: Cambios Locales
Durante el verano de 1688, hubo varios levantamientos contra el poder local en diferentes pueblos, inspirados por el éxito de la rebelión de los "barretines". La mayoría fueron controlados con dureza. La más conocida fue la Revolta de les faves ('Revuelta de las habas') en Manresa. También hubo problemas en Sabadell, Puigcerdà, Vilamajor, Berga, Sant Boi de Llobregat, Castelbó, Martorell y Cardona. Las autoridades temían sobre todo un levantamiento en Barcelona. Al mismo tiempo, la negativa a pagar las contribuciones militares se extendió por muchos pueblos.
El duque de Villahermosa fue nombrado nuevo virrey en octubre, reemplazando al anterior. Se inició un proceso de detención y castigo de los que incitaban a la rebelión.
De Centellas salió de nuevo un grupo de hombres armados que se dirigió a Mataró, llegando allí el 26 de noviembre. La Diputación del General y el Consejo de Ciento apoyaron al virrey. En los pueblos del Llobregat se formaron varios grupos (unos 18.000 hombres) que rodearon Barcelona. Hubo enfrentamientos con el ejército, que logró dispersar a los rebeldes. Se ofreció un perdón general que no incluía a algunos líderes, quienes fueron llamados a juicio. Algunos se presentaron y fueron perdonados.
La rebelión se consideró terminada con un perdón general emitido en marzo de 1690, aunque se siguieron publicando escritos contra las contribuciones. El virrey intentó una nueva forma de obtener dinero: pedir un donativo a las ciudades. Algunas ciudades con actividad manufacturera aceptaron, pero en las zonas agrícolas la resistencia a este donativo fue constante.
Consecuencias de la Revuelta
El inicio de la Guerra de los Nueve Años convirtió de nuevo a Cataluña en un frente de guerra entre Francia y España. Por eso, las demandas de la gente pasaron a un segundo plano. Aunque en 1690 hubo nuevas protestas, la prioridad a partir de entonces fue defenderse de las tropas francesas, que finalmente bombardearon Barcelona en 1697.
Algunos de los líderes de la revuelta perdieron la vida, como Antoni Soler. Otros recibieron el perdón, algunos fueron desterrados y otros se exiliaron, poniéndose al servicio del rey de Francia (Torres, Rocafort y Rocabruna).
Reflexiones Finales
A diferencia de la sublevación de 1640, esta vez las autoridades locales apoyaron a la monarquía. A lo largo de los tres años de revuelta, se repitieron algunos elementos: el rechazo a los alojamientos militares, las contribuciones militares excesivas y, en ciertos momentos, problemas contra el sistema de los señores. También hubo un conflicto interno entre las zonas agrícolas, arruinadas por la plaga de langostas, y las localidades con manufacturas (como Mataró o Moià), que no sufrieron tanto. Este conflicto probablemente influyó en la postura diferente de cada localidad en la posterior Guerra de Sucesión Española.
La Relación de la Revuelta con el Término Botifler
Durante la revuelta, en Centellas se usó la palabra botiró para referirse a los soldados del rey. Expertos en idiomas como Pere Labèrnia Esteller, Francesc de Borja Moll y Joan Corominas creen que la palabra botiró tiene la misma raíz (botir: "hinchar") que la palabra botifler. Esta última se usó durante la Guerra de Sucesión Española para referirse a los que apoyaban a Felipe V. Un documento de 1707 parece confirmar que la palabra botifler venía de Vich. Así, botiró y botifler, según el historiador Joaquín Albareda, "podrían tener el mismo significado de persona arrogante, presumida u orgullosa".
Véase también
En inglés: Revolt of the Barretinas Facts for Kids