robot de la enciclopedia para niños

Maximiliano Arboleya para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Maximiliano Arboleya Martínez
Información personal
Nacimiento 9 de octubre de 1870
Pola de Laviana
Fallecimiento 19 de enero de 1951
Meres, Siero
Nacionalidad Española
Religión Iglesia católica
Información profesional
Ocupación Sacerdote, activista católico
Miembro de Grupo de la Democracia Cristiana

Maximiliano Arboleya Martínez (nacido en Pola de Laviana el 9 de octubre de 1870 y fallecido en Meres, Siero el 19 de enero de 1951) fue un sacerdote y pensador español. Se destacó por su trabajo en el ámbito del catolicismo social en España. Sus ideas innovadoras, que defendían que los sindicatos de trabajadores católicos debían ser independientes y no estar controlados por los dueños de las empresas, le causaron problemas. Algunos grupos católicos más tradicionales lo criticaron mucho, llegando a decir que sus ideas eran demasiado avanzadas.

¿Quién fue Maximiliano Arboleya Martínez?

Sus primeros años y estudios

Maximiliano Arboleya Martínez nació en Pola de Laviana. Su padre, Marcelino Arboleya, era oficial del Registro de la Propiedad. Su madre, Amalia Martínez Vigil, era hermana de Ramón Martínez Vigil, quien llegó a ser obispo de Oviedo.

Cuando Maximiliano tenía ocho años, su padre falleció. Su madre se casó de nuevo con Francisco Fernández Fueyo. Maximiliano estudió en su pueblo natal hasta los catorce años.

En 1884, ingresó en el seminario de Oviedo. Más tarde, recibió una beca para estudiar en Roma, en el Pontificio Colegio Español. Allí, obtuvo su título en Teología y un doctorado. En Roma, conoció las ideas de importantes pensadores del catolicismo social. Esto despertó en él un gran interés por ayudar a la sociedad, algo que mantuvo durante toda su vida.

Regreso a España y primeros trabajos

Después de terminar sus estudios en Italia, Maximiliano regresó a Oviedo. Allí, trabajó como profesor en el seminario. En 1898, consiguió un puesto como canónigo en la catedral de Oviedo.

Alrededor del año 1900, fundó la Liga de Defensa Eclesiástica. También fue nombrado secretario de la comisión que organizaba viajes de peregrinación a Lourdes.

En 1901, Maximiliano fue nombrado director del periódico El Carbayón. Logró que este diario se convirtiera en el más leído de Asturias, especialmente entre la gente común.

Su compromiso con los trabajadores

Primeros intentos de organización obrera

Maximiliano Arboleya se interesó mucho por las condiciones de los trabajadores. En 1901, tuvo contacto con la empresa Hullera Española, en el concejo de Aller. El dueño de esta empresa, el marqués de Comillas, intentaba evitar que los trabajadores se unieran a organizaciones obreras. Para ello, ofrecía ayudas, premios y obras de caridad, además de promover la religión.

La empresa invitó a Arboleya a dar charlas a los trabajadores. Sin embargo, solo pudo dar la primera. En esa charla, defendió que los sindicatos de trabajadores debían ser "puros", es decir, formados solo por obreros y sin la influencia de los dueños de las empresas. La empresa decidió que no continuara, porque sus ideas eran consideradas demasiado independientes.

En 1903, Maximiliano intentó impulsar en Asturias la creación de sindicatos obreros católicos a través del Círculo Obrero de Oviedo. Pero su proyecto no avanzó debido a la oposición de algunos católicos más tradicionales, que preferían otros métodos para organizar a los trabajadores.

Nuevos proyectos y desafíos

En 1912, Hullera Española lo llamó de nuevo para que organizara una asociación de trabajadores cristianos. Pero los estatutos que Maximiliano redactó fueron rechazados. Él quería crear un verdadero sindicato, no una organización controlada por la empresa o basada en la idea de que el patrón debía ser como un padre para el obrero. La empresa terminó encargando los estatutos a otro sacerdote.

En 1913, Maximiliano fundó en Oviedo la "Casa del Pueblo Católica". Allí se ubicaron los "Sindicatos Independientes", que buscaban ser autónomos tanto de los empresarios como de otras organizaciones obreras. Estos sindicatos fueron criticados por ambos lados. Al no recibir suficiente apoyo de la Iglesia, Maximiliano tuvo que dejar el proyecto.

En 1916, los trabajadores de la Asociación católica de Hullera Española le pidieron ayuda. La organización estaba perdiendo fuerza frente a otros sindicatos. Bajo su guía, la Asociación se recuperó. Sin embargo, la presión de los dueños de las empresas hizo que Maximiliano tuviera que abandonar su labor una vez más.

El Grupo de la Democracia Cristiana

En 1919, Maximiliano Arboleya participó en la fundación del Grupo de la Democracia Cristiana en Madrid, junto con Severino Aznar. Aunque contaban con el apoyo de importantes figuras de la Iglesia, sus ideas sociales fueron consideradas muy avanzadas por algunos grupos católicos en España. El grupo no fue prohibido por el Vaticano, pero tuvo que luchar constantemente contra las críticas.

Deán de la Catedral de Oviedo

En 1923, el obispo Juan Bautista Luis y Pérez, un viejo amigo de Arboleya, lo nombró deán de la catedral de Oviedo. Ambos compartían el deseo de trabajar en el ámbito social. Sin embargo, Maximiliano encontró muchas dificultades y oposiciones en la diócesis, lo que le impidió llevar a cabo sus proyectos.

En una carta que escribió al obispo, Maximiliano describió la difícil situación: muchos trabajadores en las zonas mineras y centros industriales se habían unido a sindicatos y no eran religiosos. Habían logrado mejoras importantes gracias a estos sindicatos, por lo que les estaban agradecidos.

Últimos años y reflexiones

Después de la Proclamación de la Segunda República Española en 1931, Maximiliano volvió a dirigir el diario El Carbayón. Pero pronto fue criticado por la Iglesia y reemplazado por otro director.

Durante los primeros años de la Segunda República Española, fue invitado a dar muchas charlas sobre temas sociales en centros de trabajadores de las zonas mineras. Por ejemplo, en 1933, visitó la cuenca de Turón y fue muy bien recibido por los mineros.

La Revolución de Asturias de octubre de 1934 lo afectó profundamente, aunque no estuvo presente en los hechos.

Maximiliano mantuvo su compromiso con el catolicismo social incluso después de la guerra civil española. En una carta de 1944, a los 73 años, comentó con ironía sobre la política religiosa de la época: "Antes [los obreros] no venían a misa. Ahora, nos los traen formados".

Falleció en Meres el 19 de enero de 1951.

Su activismo social católico

Periodismo y difusión de ideas

Una de las facetas más importantes de Maximiliano Arboleya fue su trabajo como periodista. Siguiendo las enseñanzas sociales de la Iglesia, especialmente la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, fundó varios periódicos como El Zurriago Social o Justicia Social. También colaboró con El Carbayón, donde fue director hasta 1913.

A través de sus artículos y libros, Maximiliano buscaba que los católicos, incluyendo a los sacerdotes, se comprometieran a mejorar las condiciones de vida de la gente común, especialmente de los trabajadores. Estas ideas chocaron con la mentalidad de grupos más conservadores, que intentaron desacreditarlo.

La visión de un sindicalismo independiente

El trabajo social de Maximiliano no siempre fue bien visto por la parte más conservadora de la Iglesia de Oviedo. Al principio, contó con el apoyo de su tío, el obispo Martínez Vigil. Pero después de la muerte de su tío en 1905, la corriente más conservadora tomó más fuerza en la Iglesia de Oviedo hasta 1922. Cuando Juan Bautista Luis y Pérez se convirtió en obispo, nombró a Arboleya director de la Federación Diocesana de Sindicatos Agrarios.

La oposición al activismo social de Arboleya se debía a que él defendía un sindicalismo católico "puro", sin ninguna intervención de los dueños de las empresas. Creía que solo así podría competir de verdad con otros tipos de sindicatos. En una carta, Maximiliano escribió:

Toda nuestra propaganda sindical ha de ser diáfana, seria, imparcial y por completo desinteresada, sin finalidades apologéticas en favor de la propiedad, del orden público, de los patronos o de la misma Iglesia

Sin embargo, la forma más común de sindicalismo cristiano en España en esa época se parecía más a los "círculos obreros". Estos se ocupaban principalmente de la educación y formación de los trabajadores, pero no lograban regular bien las relaciones entre dueños y obreros. Por eso, el sindicalismo católico en España no creció tanto como en otros países de Europa.

Esta tendencia estaba representada por figuras como el marqués de Comillas y los jesuitas. En una conversación en 1916, el marqués de Comillas le dijo a Arboleya que a los trabajadores les convenía que sus asociaciones fueran lo más "patronales" posible, es decir, que los dueños de las empresas intervinieran en ellas.

Archivo:Pozo Santiago
Pozo Santiago en Aller en la actualidad

Un ejemplo de esto fue la asociación de trabajadores católicos en la empresa Hullera Española, propiedad del marqués de Comillas. Allí, el marqués intentó aplicar su forma de entender el sindicalismo cristiano. Maximiliano Arboleya intentó tres veces crear un sindicato católico independiente en esa empresa, pero fracasó por la oposición del marqués. El objetivo del marqués era evitar que el movimiento obrero se extendiera entre sus trabajadores, usando la religión como excusa.

En 1917, se formó un sindicato católico apoyado por los jesuitas y vinculado a los dueños de las empresas, llamado Sindicato Minero Católico. Este sindicato tuvo enfrentamientos con el sindicato minero. En abril de 1920, hubo un choque en Moreda donde murieron varias personas. En 1919, el Sindicato Minero Católico tenía 2.262 afiliados en Asturias, pero cinco años después había perdido miembros. En cambio, el sindicato minero ya tenía 10.000 afiliados al año de su fundación.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Maximiliano Arboleya Facts for Kids

kids search engine
Maximiliano Arboleya para Niños. Enciclopedia Kiddle.