Juan Gerardi para niños
Juan José Gerardi Conedera (Ciudad de Guatemala, 27 de diciembre de 1922-ibídem, 26 de abril de 1998) fue un obispo guatemalteco de la Iglesia católica. Fue un gran defensor de los derechos humanos en su país.
Por su trabajo en la promoción de los derechos de las personas, recibió el Premio de la Verapaz. Por el mismo motivo, fue atacado y falleció en 1998.
Datos para niños Juan José Gerardi Conedera |
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Obispo de Santa Cruz del Quiché | ||
22 de abril de 1974 - 26 de abril de 1998 | ||
Predecesor | Victor Hugo Martínez Contreras | |
Sucesor | Julio Edgar Cabrera Ovalle | |
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Obispo titular de Guardialfiera | ||
14 de agosto de 1984 - 26 de abril de 1998 | ||
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Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guatemala | ||
14 de agosto de 1984 - 26 de abril de 1998 | ||
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Obispo de Santa Cruz del Quiché | ||
22 de agosto de 1974 - 14 de agosto de 1984 | ||
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Obispo de La Verapaz | ||
11 de agosto de 1967 - 22 de agosto de 1974 | ||
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 21 de diciembre de 1946 | |
Ordenación episcopal | 30 de julio de 1967 | |
Información personal | ||
Nombre | Juan José Gerardi Conedera | |
Nacimiento | 27 de diciembre de 1922![]() República de Guatemala ![]() |
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Fallecimiento | 26 de abril de 1998![]() República de Guatemala |
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Contenido
¿Quién fue Juan José Gerardi Conedera?
Juan José Gerardi Conedera nació en la Ciudad de Guatemala el 27 de diciembre de 1922. Fue el segundo de cuatro hermanos. Estudió en el seminario de la ciudad y luego obtuvo una beca para estudiar teología en Nueva Orleans, Estados Unidos.
Su camino como sacerdote y obispo
En 1946, fue ordenado sacerdote. Sirvió en varias áreas rurales de Guatemala, como Jalapa y Palencia. En 1967, fue elegido obispo de la diócesis de Verapaz. Esta región era conocida por la pobreza y la exclusión de los pueblos indígenas.
Como obispo, se enfocó en ayudar a la población indígena maya de etnia q'eqchi. Algo poco común en esa época, celebraba la misa en el idioma de las comunidades.
En los años setenta, a pesar de un conflicto interno en Guatemala, Gerardi defendió el reconocimiento oficial de los idiomas mayas. Gracias a su influencia, se crearon dos emisoras de radio en idiomas mayas. También ayudó a fundar el Centro San Benito de Promoción Humana. Este centro ayudó a muchos campesinos e indígenas a convertirse en líderes de sus comunidades.
En 1974, fue trasladado a la diócesis de El Quiché. Sin embargo, siguió trabajando en Las Verapaces.
Su lucha por los derechos humanos
A principios de los años ochenta, El Quiché sufrió mucha violencia debido al conflicto entre el ejército de Guatemala y grupos armados. Cientos de líderes cristianos y catequistas fueron atacados, la mayoría de ellos de etnias mayas.
Gerardi pidió varias veces a las fuerzas militares que detuvieran sus acciones violentas contra la población civil. Su protesta se hizo más fuerte después de un ataque contra indígenas en Alta Verapaz. También habló sobre un incidente en la embajada de España, donde muchas personas perdieron la vida.
Durante su tiempo como obispo en Quiché, recibió muchas amenazas. Debido a la gravedad de estas amenazas y los ataques a sacerdotes, decidió mudarse a la Ciudad de Guatemala.
En 1980, Monseñor Gerardi fue a la Ciudad del Vaticano. A su regreso, no se le permitió entrar a Guatemala. Tuvo que irse a Costa Rica, desde donde siguió siendo presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala.
Después de un cambio de gobierno en 1982, Gerardi pudo regresar a Guatemala. En 1984, fue nombrado obispo auxiliar de la arquidiócesis de Guatemala.
Comisión Nacional de Reconciliación
En 1988, la Conferencia Episcopal de Guatemala nombró a Monseñor Gerardi para participar en la Comisión Nacional de Reconciliación. Esto llevó a la creación de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG). Esta oficina se encargaría de ayudar a las víctimas de la violencia y de cualquier violación a los Derechos Humanos.
Gerardi inició el proyecto Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI). Él dirigió este proyecto con mucho compromiso. Su objetivo era documentar la historia reciente de Guatemala a través de testimonios. Creía que conocer la verdad sobre los crímenes cometidos era esencial para la paz en el país.
Organizó encuentros entre los grupos en conflicto, el Gobierno y la sociedad civil. Gerardi se encargó personalmente de recopilar investigaciones y entrevistas. Esto sirvió para crear informes sobre la violencia durante el conflicto, después de que terminara la guerra civil y se firmaran los Acuerdos de Paz en 1996.
El 24 de abril de 1998, se presentó el informe del proyecto REMHI, titulado Guatemala: nunca más, en cuatro tomos. Gerardi dijo:
Pero entre las expectativas y nuestro compromiso también se encuentra la devolución de la memoria. El trabajo de búsqueda de la verdad no termina aquí, tiene que regresar a donde nació y apoyar mediante la producción de materiales, ceremonias, monumentos, etcétera, el papel de la memoria como un instrumento de reconstrucción social.Juan Gerardi
Este informe incluía miles de testimonios de víctimas de la violencia estatal. Atribuía la mayoría de los crímenes al ejército de Guatemala. Las investigaciones documentaron más de 54,000 actos de violencia contra los Derechos Humanos durante el conflicto (1960-1996). La mayoría de estos actos, como ataques violentos, desapariciones forzadas y otros crímenes, se atribuyeron al ejército.
El informe presentó miles de testimonios recogidos en todo el país. Estos relatos cubrían cuarenta años de violencia: 150,000 guatemaltecos fallecidos, 50,000 desaparecidos, 1,000,000 de exiliados y refugiados, 200,000 huérfanos y 40,000 viudas. Nueve de cada diez víctimas eran civiles desarmados, en su mayoría indígenas. En el 90% de los crímenes, la responsabilidad fue del ejército o de grupos relacionados con él.
El trabajo de Gerardi y su equipo fue muy importante para la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH). Esta entidad, apoyada por la ONU, se creó gracias a los Acuerdos de Paz de 1996. La comisión de Naciones Unidas llegó a conclusiones similares, responsabilizando al ejército de más del 90% de los crímenes durante las cuatro décadas de conflicto.
En febrero de 1999, cuando la comisión internacional presentó su propio informe, Memoria del silencio, su coordinador, Christian Tomuschat, dijo:
Sin lugar a dudas se trata de un esfuerzo profundo y complejo, que la sociedad guatemalteca adeuda a los miles de hombres y mujeres valientes que, reclamando el pleno respeto a los derechos humanos y al Estado democrático de Derecho, asentaron los cimientos de esta nueva nación. Ocupa un primer plano en nuestra memoria, entre todos ellos, monseñor Juan Gerardi Conedera.Christian Tomuschat
El fallecimiento de Monseñor Gerardi
Dos días después de la publicación del informe Guatemala: nunca más, la noche del 26 de abril de 1998, el obispo Juan José Gerardi fue atacado gravemente en la cabeza. Esto ocurrió en el garaje de la casa parroquial de San Sebastián, en la Ciudad de Guatemala. Los atacantes usaron un objeto pesado para golpearlo. Su rostro quedó muy afectado, y solo se le pudo identificar por el anillo episcopal que llevaba en la mano.
Su cuerpo fue encontrado en el garaje por el sacerdote Mario Orantes, quien compartía la parroquia con el obispo. Orantes tardó horas en avisar a la policía, diciendo que no había oído nada extraño esa noche. Las investigaciones médicas mostraron que el obispo intentó defenderse.
Las investigaciones del caso
Las declaraciones del sacerdote Mario Orantes fueron confusas y cambiantes. La escena del crimen mostró inconsistencias. Por ejemplo, el fiscal fue visto analizando el objeto usado en el crimen sin guantes. Se comprobó que un grupo de inteligencia militar intentó cambiar la escena del crimen para desviar la atención.
Se intentaron difundir varias ideas falsas para confundir la investigación. Se habló de un ataque de un perro o de ladrones. Los grupos conservadores del país siempre negaron que las fuerzas del Estado tuvieran algo que ver con el crimen. Esto a pesar de que el obispo había presentado su informe Guatemala: nunca más horas antes de su fallecimiento.
El fallecimiento de Gerardi causó muchos problemas al gobierno del presidente Álvaro Arzú Irigoyen. A principios de mayo de 1998, la ODHAG (Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala) encontró un vehículo que había sido visto cerca de la parroquia la noche del crimen. Este vehículo estaba registrado a nombre de una base militar. Así, se vincularon los nombres del coronel retirado Byron Lima Estrada y su hijo, el capitán Byron Lima Oliva, con el caso. Curiosamente, los registros de este vehículo desaparecieron de los archivos estatales después de que se divulgara su relación con los militares.
La comisión que el gobierno organizó para investigar el crimen negó cualquier relación de los militares con el caso. El gobierno insistió en que fue un crimen común, no político. Esta comisión fue disuelta en julio de 1998.
El 22 de julio de 1998, el padre Mario Orantes fue detenido por su posible participación en el fallecimiento.
Después del fallecimiento de Monseñor Gerardi, miembros de la ODHAG recibieron amenazas. Un agente de inteligencia militar, Jorge Aguilar, testificó que vio a Byron Lima y otras personas en las instalaciones militares poco después del fallecimiento. También vio un vehículo similar al descrito por un testigo. Aguilar reveló que a todos los presentes en el edificio militar se les advirtió que guardaran silencio sobre lo ocurrido esa noche.
La sentencia
Después de muchas pruebas y testimonios, el 8 de junio de 2001, la justicia declaró que Juan Gerardi había sido víctima de un crimen. Se responsabilizó al coronel retirado Byron Lima Estrada, al capitán Byron Lima Oliva y a José Obdulio Villanueva. El sacerdote Mario Leonel Orantes Nájera fue declarado cómplice.
Los fiscales y jueces que llevaron el caso enfrentaron serias amenazas. Algunos tuvieron que exiliarse. Los testigos también fueron presionados y sufrieron ataques.
Fue clave el testimonio de Rubén Chanax Sontay, un exagente militar. Él afirmó haber sido informante del ejército y que su misión era vigilar a Gerardi desde dos años antes de su fallecimiento. Según Chanax, la escena del crimen fue alterada por dos militares para confundir a los investigadores.
Chanax declaró ante el tribunal bajo protección de testigos. Relató que la noche del crimen vio a Byron Lima salir de la casa parroquial. Luego, un vehículo recogió a Obdulio Villanueva.
Me ordenaron que entrara al parqueo de la casa parroquial. Allí estaba monseñor Gerardi tirado en el suelo. Me ordenaron que arrastrara el cadáver y lo cambiara de posición. Luego, Villanueva me dijo que llevara papel periódico para limpiar el piso.Rubén Chanax
Un caso que sigue abierto
El 12 de febrero de 2003, José Obdulio Villanueva fue atacado y falleció en una prisión. Esto pudo haber sido para evitar que declarara más sobre el caso.
La sentencia inicial fue bien recibida a nivel nacional e internacional. Fue la primera vez que se condenaba a militares en un tribunal civil en la historia del país.
El caso sigue abierto en la fiscalía guatemalteca. El 20 de julio de 2016, Byron Lima Oliva falleció en la prisión de Pavón. Su muerte se atribuyó a un conflicto interno entre los presos.
El 19 de octubre de 2017, la viuda del Capitán Byron Lima, Alejandra Reyes Ochoa, declaró que Byron Lima le había confesado que el exalcalde Álvaro Arzú lo envió para alterar la escena del crimen de Monseñor Juan José Gerardi en 1998.
"Gerardi, la película"
Gerardi, la película es una película guatemalteca de 2010. Fue producida por la Oficina de los Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. La película muestra los momentos difíciles del conflicto en Guatemala, especialmente en el departamento de Quiché. En ese tiempo, las aldeas eran atacadas y la iglesia católica era presionada. Monseñor Gerardi era obispo en Quiché, una de las zonas más afectadas por la violencia. Sus sermones se convirtieron en denuncias públicas, y fue obligado a exiliarse, aunque contaba con el apoyo del arzobispo de Guatemala, Próspero Penados del Barrio.
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