Hacienda Temozón para niños

La Hacienda Temozón fue una de las haciendas más importantes de Yucatán a principios del siglo XX. Su nombre, "Temozón", viene del maya y significa "lugar del remolino".
Las haciendas en Yucatán eran grandes fincas agrícolas. A diferencia de otras partes de México, donde surgieron poco después de la conquista, en Yucatán aparecieron más tarde. Esto se debió a razones geográficas y económicas, como la mala calidad del suelo y la falta de agua.
Muchas de estas haciendas se establecieron cerca de Mérida. También se ubicaron a lo largo de caminos importantes, como el "camino real" entre Campeche y Mérida. Ejemplos de estas fincas fueron Yaxcopoil, Xtepén, Uayalceh, Temozón, Itzincab y San Antonio Sodzil.
Durante el siglo XIX, especialmente después de la Guerra de Castas, las haciendas dedicadas al cultivo de henequén crecieron mucho. El henequén es una planta de la que se obtiene una fibra resistente. La región centro-norte de Yucatán era ideal para su cultivo.
Con el tiempo, muchas haciendas, incluyendo Temozón, cambiaron su forma de organización. Dejaron de tener trabajadores fijos para el cultivo de henequén. A partir de 1937, se convirtieron en ejidos. Un ejido es una unidad colectiva de tierra, donde la propiedad es comunitaria. Esto ocurrió gracias a las leyes de reforma agraria impulsadas por el presidente Lázaro Cárdenas del Río.
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¿Dónde se encuentra la Hacienda Temozón?
El edificio principal de la hacienda está en el municipio de Abalá. Se localiza a 4 kilómetros al noreste del pueblo de Abalá. Está cerca de otras haciendas como San Pedro Ochil, Nuestra Señora de la Soledad Pebá y Uayalceh. También es vecina de Yaxcopoil, Hacienda Xtepén y Poxilá, en el municipio cercano de Umán. Dentro de la Hacienda Temozón había lugares llamados Chenkeken y San Luis, además de varios cenotes en la parte sur de su territorio.
¿Cuál es la historia de la Hacienda Temozón?
Los primeros años de la hacienda
El primer registro de la hacienda es de 1655. En ese entonces, su dueño era don Diego de Mendoza. Al principio, era una estancia dedicada a la ganadería. A mediados del siglo XVII, se empezó a cultivar maíz. Después, en menor cantidad, se cultivó tabaco, caña de azúcar, palo de tinte y henequén. En 1782, se sabe que vivían allí unas cincuenta personas. Aunque fue una estancia ganadera desde el siglo XVII, Temozón se desarrolló como hacienda más tarde.
La hacienda en la segunda mitad del siglo XIX
La Guerra de Castas (1848) cambió la vida y la economía de Temozón. Se sabe que Dominga Lara vendió la hacienda a José Rendón Peniche. Él fue reconocido por construir el primer ferrocarril de Yucatán. En 1873, José Rendón Peniche vendió la hacienda a Carlos Peón Machado. Carlos Peón Machado fue gobernador del estado de 1894 a 1897. Durante los 48 años que fue suya, convirtió la hacienda en una parte muy importante de su gran negocio.
Don Carlos Peón Machado se enfocó en la producción de fibra de henequén, también conocida como soskil. La población de la hacienda creció con la llegada de campesinos mayas y trabajadores de otras regiones. A principios del siglo XX, la hacienda tenía 640 habitantes. Esto era mucho para la época. Contaba con 6,642 hectáreas y la maquinaria industrial más avanzada de la región. Además de los edificios, en su territorio había cenotes, grutas y mucha flora y fauna.
La hacienda en el siglo XX
El 25 de abril de 1908, un gran incendio destruyó los campos de henequén de la hacienda. Fue uno de los desastres más graves de este tipo en el estado durante el Porfiriato. La hacienda nunca se recuperó completamente de este evento.
A pesar de esto, siguió produciendo hasta 1921. En ese año, por una ley, el 50% de sus tierras fueron devueltas a sus dueños originales. Más tarde, la industria del plástico reemplazó muchos productos que se hacían con henequén. En 1937, la hacienda fue dividida según la Ley de Reforma Agraria. Sin embargo, en 1956, el presidente Ávila Camacho anuló esa orden. La propiedad fue devuelta a Humberto Peón Suárez, el último dueño de la familia Peón. Él la vendió en 1973 a Adolfo Escobedo Batún, quien la heredó a Miguel Ángel Cervera. En 1987, la máquina que procesaba el henequén en la hacienda dejó de funcionar para siempre.
La hacienda en el siglo XXI
La hacienda Temozón es un gran ejemplo de las antiguas haciendas de henequén. Fue restaurada a partir de 1995 por el arquitecto Luis Bosoms. Hoy en día, es un hotel que ocupa 37 hectáreas. Ofrece a sus visitantes la atmósfera y el estilo de vida de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando la hacienda tuvo su mayor éxito. Todos los edificios fueron restaurados usando las técnicas y materiales de esa época. Se pintaron con pigmentos minerales rojos, amarillos y azules, iguales a los originales.
Algunos edificios aún conservan los pisos, puertas y marcos de las ventanas originales.
¿Cómo es la arquitectura de la Hacienda Temozón?
La arquitectura de Temozón en Yucatán es muy elegante y de grandes proporciones. Sus elementos arquitectónicos son sencillos, lo que resalta su belleza. Es un equilibrio sorprendente entre riqueza y simplicidad.
La mayor parte de los edificios de la hacienda fueron construidos por don Carlos Peón Machado. Su gran tamaño muestra cómo se producía en esa época y la forma de vida de una clase social muy próspera.
La hacienda tiene tres plazas que organizan diferentes áreas. La casa principal está en el centro. Conecta las viviendas de los trabajadores con la plaza mayor. Esta plaza, a su vez, se une con una plaza central más pequeña. Esta plaza central está rodeada por la casa principal, las instalaciones y el templo. La tercera plaza era el área de trabajo, ubicada entre la casa de máquinas y la casa principal.
La casa principal está orientada de norte a sur y se eleva sobre una plataforma grande. Esto era común en las haciendas de la época, pero en Temozón es especialmente impresionante.
El lado oeste de la casa principal tenía las áreas de servicio. Aquí estaban la casa del capataz, la oficina de pagos, la tienda de raya (donde los trabajadores compraban sus productos), los establos, talleres y la escuela. También estaban la cocina, el lavadero y el tendedero. En el lado este, estaba el cuarto del patrón, la habitación principal con vista al huerto. La casa tenía un diseño largo con dos pasillos, uno al frente y otro atrás. Contaba con áreas sociales y privadas, como la recepción, biblioteca, sala de estar, comedor, dormitorios y baños.
La casa de máquinas se fue modificando a medida que la producción crecía. Su gran chimenea indica que se terminó en 1898, aunque su equipo siguió modernizándose.
El templo se encuentra en el extremo noroeste del conjunto. La estación de tren tenía un andén, bodegas y una oficina.