Font de la Canya para niños
Datos para niños Font de la Canya |
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Turó de la Font de la Canya | ||
Area of Archaeological Protection Bien Cultural de Interés Local |
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![]() Vista aérea parcial del yacimiento protohistórico de la Font de la Canya (Año 2009)
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Ubicación | ||
Región | Cataluña (Barcelona) | |
Municipio | Avinyonet del Penedés | |
Coordenadas | 41°22′15″N 1°46′28″E / 41.370813, 1.774498 | |
Historia | ||
Época | Siglos VII a. C. al III a. C. | |
Cultura | Íbera | |
Ocupantes | Cossetanos | |
Dimensiones del sitio | ||
Área | 1 Ha | |
El yacimiento ibérico de la Font de la Canya, también conocido como Turó de la Font de la Canya, es un lugar arqueológico muy importante. Se encuentra en el municipio de Avinyonet del Penedés, en la provincia de Barcelona, España. Está situado en una colina a 230 metros sobre el nivel del mar, rodeado por dos pequeños arroyos.
Este sitio fue descubierto por casualidad en 1997 por Xavier Esteve, un arqueólogo que vivía cerca. Estaba trabajando en la zona cuando encontró los primeros restos. Los hallazgos en la Font de la Canya han demostrado que el cultivo de la vid (la planta de la uva) en Cataluña comenzó en esta área. Las pruebas de que aquí se cultivaba la vid y se consumía vino desde hace mucho tiempo, hacen de este lugar un punto clave para entender cómo llegó este cultivo a Cataluña.
Contenido
Descubriendo la Font de la Canya: Un Viaje al Pasado
Este lugar fue un asentamiento de los cossetanos, una tribu íbera. Vivieron aquí entre los siglos VII y III antes de Cristo. El lugar fue abandonado poco después de la llegada de los primeros ejércitos romanos durante la II Guerra Púnica.
¿Cuándo Empezó el Cultivo de la Vid en la Font de la Canya?
Durante la primera Edad del Hierro (entre el 625 y el 575 a.C.), se encontraron en la Font de la Canya objetos que indican que ya se consumía vino. Se hallaron vasijas grandes llamadas ánforas, que venían de Fenicia (cerca del estrecho de Gibraltar) y, en menor cantidad, de Cartago. Esto muestra que había comercio con los fenicios.
Ellos buscaban lugares adecuados para plantar vides y enseñar cómo hacer vino. Es probable que primero se trajera el vino para beberlo en la zona del Panadés, y luego, poco a poco, se empezó a cultivar la vid. El vino se volvió muy importante en las celebraciones, dando prestigio a quienes lo tenían. Por eso, se importaba mucho vino fenicio en Cataluña y Valencia en el siglo VII a.C.
Se encontraron también trípodes y morteros fenicios. Estos se usaban para preparar el vino, añadiéndole especias para mejorar su sabor o disimular si se había estropeado en el viaje. También se halló un simpulum, que era un cucharón de bronce para servir el vino. Lo más importante es que se encontraron muchas semillas de vid cultivada (Vitis vinifera). Esto demuestra que ya se producía vino en la Font de la Canya en esa época tan antigua.
La Vid en la Época Íbera: Un Cultivo en Auge
Durante la segunda Edad del Hierro (entre el 550 y el 150 a.C.), el cultivo de la vid creció mucho. Llegó a ser más importante que el cultivo de legumbres y, en algunas zonas, incluso de cereales. En la costa central y en el Panadés, la vid se encontraba en todos los yacimientos estudiados.
En la Font de la Canya, además de herramientas para cereales, se encontraron utensilios específicos para el cultivo y la producción de vino. Por ejemplo, una podadera de hierro con mango de hueso (del siglo IV a.C.) y una base de prensa de piedra (del siglo III a.C.). A diferencia de la primera Edad del Hierro, también aparecieron vajillas para preparar, servir y beber vino.
El vino también tuvo un papel importante en ceremonias religiosas. Se descubrieron restos de un gran banquete ceremonial en honor a la diosa griega Deméter (conocida como Tanit por los cartagineses). Allí se encontró un vaso con forma de busto de esta diosa, con una inscripción que decía "kalathos" (bienvenidos en griego). Su frente estaba adornada con cereales y uvas, todo esto del siglo III a.C.
Explorando el Yacimiento: Descubrimientos Arqueológicos

Las primeras excavaciones comenzaron en 1998. Se encontraron muchos silos (agujeros en la tierra para guardar grano), pero no se pudieron excavar hasta el año siguiente. A partir del año 2000, las excavaciones pasaron a ser responsabilidad del Departamento de Arqueología de la Generalidad de Cataluña. Un equipo de la Universidad de Barcelona, dirigido por David Asensio, Jordi Morer y Xavier Cela, se hizo cargo. Más tarde se unieron Dani López Reyes y Rafel Jornet.
En los años siguientes, se hicieron descubrimientos importantes. A pesar de la falta de recursos, con mucho esfuerzo de los voluntarios, se encontraron las semillas de Vitis vinifera carbonizadas más antiguas de Cataluña, que datan del siglo VII a.C. En 2004, se hallaron indicios de lo que sería un lugar donde vivían personas.

En 2006, durante la excavación de varios silos, se encontraron restos de huesos, posiblemente de una joven de unos 14 años. Estos restos, del siglo VII a.C., estaban dentro de un silo que había sido reutilizado. Junto al cuerpo, había objetos ceremoniales, como varias cerámicas y, algo muy peculiar, el cráneo de un caballo con su mandíbula. Se ha estudiado que el cuerpo no fue cubierto con tierra inmediatamente, sino después de que comenzara a descomponerse.
En 2007, el ayuntamiento de la zona aumentó su apoyo, lo que permitió un gran avance en los trabajos. Se descubrieron cientos de nuevos silos, se delimitó el tamaño original del asentamiento y se excavó la zona de viviendas. Incluso se encontraron más restos humanos enterrados en silos reutilizados.
Es importante mencionar que en 1998 ya se había encontrado una base de prensa para vino, que data del siglo III a.C. Esto, junto con la gran cantidad de ánforas fenicias, etruscas, griegas, cartaginesas y romanas halladas, además de herramientas para el vino y semillas carbonizadas de todas las épocas íberas, demuestra que este asentamiento era un centro muy importante para producir y distribuir vino. También era un centro de intercambio de otras mercancías, especialmente cereales, como lo indican los cientos de silos encontrados.
En 2009, se hizo uno de los descubrimientos más extraños: en un silo que se había usado como fosa en el siglo VII a.C., se encontraron muchas semillas de Vitis vinifera mineralizadas (no quemadas). Estas semillas conservaron su aspecto original de forma asombrosa.
En 2013, se descubrió un segundo lugar de vivienda, más antiguo que el primero, que data de los siglos VII al V a.C. También se localizaron nuevos silos. Hasta ahora, se han excavado unos 400 silos, pero se calcula que el yacimiento podría tener entre 800 y 1000 en total.
En la excavación de 2014, se descubrió la bodega más antigua del Panadés. Eran los restos de un edificio semienterrado, usado para elaborar y, sobre todo, guardar vino. Data del siglo III a.C., medía 14 metros de largo por 7 metros de ancho, y su base estaba a unos dos metros bajo el nivel del suelo. Entre los restos, se encontraron más de 15.000 fragmentos de ánforas de vino, jarras para servir y otros utensilios relacionados.
En la campaña de 2016, se hizo otro hallazgo importante: dentro de un silo reutilizado, se encontró el esqueleto de un niño de la época preibérica, de más de 2700 años de antigüedad. Los restos estaban en posición horizontal y cubiertos por ladrillos de adobe (hechos de barro y paja). Es interesante que este sea el segundo enterramiento encontrado en silos reutilizados del yacimiento, lo que ha generado un debate sobre los rituales de enterramiento de esa época.