Fábrica de Tabacos (Madrid) para niños
Datos para niños Fábrica de Tabacos |
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Tipo | Fábrica de tabaco | |
Parte de | Plan Nacional de Patrimonio Industrial | |
Calle | calle de Embajadores (53), glorieta de Embajadores y calle de Miguel Servet | |
Localización | Madrid (España) | |
Coordenadas | 40°24′22″N 3°42′11″O / 40.40618611, -3.70300278 | |
Construcción | 1781 | |
Ocupante | Tabacalera | |
Arquitecto | Manuel de la Ballina | |
Ingeniero | Mauro Serret | |
La Fábrica de Tabacos es un edificio histórico en la ciudad de Madrid, España. Su fachada principal se encuentra en la calle de Embajadores número 53. Otra de sus fachadas da a la glorieta de Embajadores, cerca del antiguo distrito de la Inclusa. Durante más de un siglo, este lugar fue un importante centro de trabajo para muchas mujeres de Madrid. Después de un tiempo sin uso, a principios del siglo XXI, el edificio se transformó en un centro cultural muy activo, conocido como Tabacalera.
Contenido
Historia del edificio: ¿Cuándo se construyó?
Este edificio fue una de las grandes obras públicas que se realizaron durante el reinado de Carlos III. Su construcción finalizó en 1790, dos años después de la muerte de Carlos III y ya bajo el reinado de su hijo, Carlos IV. Es un excelente ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XVIII. El arquitecto Manuel de la Ballina diseñó la obra, pensando en cómo organizar el espacio para que la producción fuera eficiente.
¿Por qué se construyó la Fábrica de Tabacos?
El proyecto de esta fábrica surgió por la necesidad de tener un lugar específico para almacenar y producir ciertos artículos que el Estado español controlaba. Estos productos incluían aguardiente, licores, barajas de juego y papel sellado. Sin embargo, la fabricación de algunos de estos productos no duró mucho. Por ejemplo, la producción de aguardiente fue concedida a la condesa de Chinchón, que dio nombre a un famoso anís. La fabricación de barajas de juego se le otorgó a Heraclio Fournier.

El 25 de septiembre de 1781, la Real Hacienda compró los terrenos de la Comunidad de Clérigos Regulares de San Cayetano para iniciar la construcción. Al principio, el edificio se llamó Real Fábrica de Aguardientes.
En 1808, durante la presencia del ejército de Napoleón en España, esta fábrica, que ya estaba cerrada, fue utilizada como cuartel en Madrid. En ese momento, España tenía otras tres fábricas similares en Sevilla, Cádiz y Alicante, pero no eran suficientes para abastecer a todo el país.
José Bonaparte impulsó la reactivación industrial del lugar, que reabrió el 1 de abril de 1809. En ese momento, dio empleo a 800 mujeres. Esta cifra creció mucho, llegando a 3000 trabajadoras en 1853 y a 6300 en 1890, cuando la población de Madrid era de unas 300.000 personas.
El trabajo en la fábrica fue provisional hasta principios de 1816, cuando se detuvo para evaluar si debía continuar. Después de varios años de informes positivos, en junio de 1825, se autorizó el restablecimiento definitivo del trabajo. Así comenzó una nueva etapa productiva. A pesar de las dificultades iniciales y la necesidad de adaptar el espacio a las nuevas formas de fabricación, la fábrica se convirtió en uno de los centros de producción más importantes de la península ibérica. Fue también uno de los lugares con mayor concentración de trabajadoras en la ciudad, empleando a más de cuatro mil mujeres a finales del siglo XIX.
En la historia del edificio, es importante destacar cómo se adaptaron algunos espacios para las necesidades de las trabajadoras. Por ejemplo, en 1840 se aprobó la creación de una escuela-asilo para los hijos de las empleadas, una iniciativa de Ramón de la Sagra. También hubo lugares específicos para la lactancia, como la "sala de leche" establecida en la década de 1920, y una habitación con cunas y camas para los hijos de las trabajadoras, improvisada durante la guerra civil española.
A partir de 1887, cuando la explotación de la fábrica pasó a una compañía privada, se realizaron reformas para mejorar las condiciones de higiene y solucionar los problemas de hacinamiento. Estos cambios modificaron la antigua estructura del edificio. Al mismo tiempo, la llegada de máquinas transformó la forma de trabajar y la vida de las empleadas.
En noviembre de 1890, el edificio sufrió un incendio, lo que dejó a unas 6000 mujeres de Madrid sin trabajo.
Importancia social: El papel de las mujeres trabajadoras
La Fábrica de Tabacos de Madrid, con más de 170 años de actividad, fue un lugar muy importante en la vida de las mujeres que allí trabajaron. Este espacio guarda una memoria colectiva muy significativa. Además de ser muchas, las trabajadoras tuvieron un gran protagonismo en la vida de Madrid. Eran mujeres que empezaban a trabajar desde niñas, aprendiendo el oficio de sus madres y abuelas. Desarrollaron una conciencia social temprana y una sorprendente capacidad para organizarse y luchar por sus derechos. Un ejemplo de esto fue el famoso motín de 1830, que "hizo temblar a las autoridades".
Además de su activismo en sindicatos a partir de los años 1920, y su participación en huelgas para defender sus condiciones de trabajo, las trabajadoras de la fábrica también mostraron su solidaridad en manifestaciones públicas y protestas populares. Apoyaron causas políticas, a estudiantes y a otras clases trabajadoras en momentos difíciles, como el trágico accidente del Canal de Isabel II en abril de 1905.
De esta fábrica, así como de otras similares, surgieron importantes líderes obreras, como Eulalia Prieto o Encarnación Sierra. Ellas se comprometieron en la lucha por los derechos de las mujeres durante la Guerra Civil Española.
Fuera de la fábrica, en su época de mayor actividad, el ambiente de las trabajadoras se sentía en los barrios cercanos como Lavapiés, Huerta del Bayo y Cabestreros. Muchas vivían en corralas (edificios con patios interiores) y compartían espacios comunes como la Fuentecilla, el lavadero o el mercado. La cercanía de sus casas facilitaba que pudieran combinar sus tareas diarias. La entrada y salida de tantas mujeres en la calle de Embajadores y sus alrededores mostraba la gran influencia que la fábrica tuvo durante años en el ritmo de vida del barrio.
Descripción del edificio: ¿Cómo es la Fábrica de Tabacos?
El edificio tiene forma rectangular y está aislado, con cuatro plantas. La fachada principal cuenta con balcones, ventanas y tres grandes entradas. La entrada central es la más importante, decorada con dos pilastras (columnas cuadradas) de estilo dórico. Sobre ellas hay un balcón principal con un escudo de armas. Junto al edificio hay un gran patio, rodeado por un muro, que da a la glorieta.
La Fábrica de Tabacos en el siglo XXI: Un centro cultural
Hoy en día, los espacios de la planta baja y los sótanos de Tabacalera se han dividido en dos áreas principales. Una es "Tabacalera, Espacio Promoción del Arte", gestionada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte desde 2003. Aquí se realizan exposiciones temporales y actividades relacionadas con la fotografía, el arte contemporáneo y las artes visuales. La otra área es el "Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés", un espacio cedido por el ministerio donde se lleva a cabo una programación cultural muy variada, incluyendo recitales de poesía, cursos de fotografía y conciertos.