Emma de Barcelona para niños
Datos para niños Emma de Barcelona |
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Información personal | ||
Nacimiento | c. 880 | |
Fallecimiento | 942 San Juan de las Abadesas (España) |
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Familia | ||
Padres | Wifredo el Velloso Guinidilda de Ampurias |
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Información profesional | ||
Ocupación | Monja cristiana | |
Años activa | 897-942 | |
Cargos ocupados | Abadesa (898-942) | |
Orden religiosa | Orden de San Benito | |
Emma de Barcelona nació alrededor del año 880 y falleció en 942 en San Juan de las Abadesas, España. Fue una importante figura religiosa en Cataluña, conocida por impulsar la creación y el desarrollo de monasterios. Era hija de Wifredo el Velloso y de su esposa Guinidilda de Ampurias, quienes fueron condes de Barcelona.
Contenido
¿Quién fue Emma de Barcelona?
Los primeros años de Emma en el monasterio
En el año 885, su padre, Wifredo el Velloso, fundó el monasterio de San Juan de las Abadesas, que en ese entonces se llamaba San Juan de Ter. El objetivo de este monasterio era ayudar a repoblar las zonas centrales de Cataluña. Emma fue designada como la primera abadesa (la líder de un monasterio de monjas) de este lugar. Su cargo fue confirmado en el año 887, cuando se inauguró la iglesia del monasterio.
Mientras Emma era niña, sus decisiones eran guiadas por su padre y por un grupo de canónigos (miembros de una comunidad religiosa) que vivían en el monasterio. También recibió la ayuda de Gotmar, el obispo de Vich.
El liderazgo de Emma como abadesa
Después de la muerte de su padre en el año 897, Emma tomó el control total del monasterio. El primer documento que lo confirma es del año 898. Emma fue una líder muy eficaz y con mucha energía. Cumplió con éxito la misión que tenía el monasterio.
En el año 899, el rey Carlos III el Simple le otorgó un documento que protegía al monasterio de interferencias externas. En 906, también consiguió una carta de protección del arzobispado de Narbona.
¿Cómo impulsó Emma el desarrollo de Cataluña?
La repoblación de las tierras
Emma impulsó la repoblación del valle de San Juan. Pero su trabajo fue más allá, llegando a zonas importantes como el Vallés y el Bergadá. Envió personas del valle de San Juan, que ya estaba muy poblado, y quizás también a gente que venía de las zonas altas de los Pirineos.
Emma fue comprando propiedades, grandes y pequeñas. Así, el monasterio llegó a tener un territorio tan grande como un condado. Su poder era similar al de un conde. Gracias a una concesión de su padre, sus tierras estaban libres de la influencia de los condes vecinos, a quienes Emma supo oponerse con firmeza.
La construcción de iglesias y el apoyo cultural
Su trabajo de repoblación está registrado en más de cien documentos, que van desde el año 902 hasta el 942. Estos documentos muestran su actividad en lugares como Vallfogona, Llers, Seguríes y los valles de Lillet y Ribas. En 913, estableció los derechos del monasterio sobre sus habitantes, incluso frente al conde Miró de Barcelona.
Emma no solo se dedicó a mover personas. También construyó iglesias en los nuevos pueblos. Esto ayudaba a establecer una presencia espiritual y a unir a la gente. Consiguió que un concilio (una reunión de líderes religiosos) confirmara sus derechos sobre las iglesias que estaban en sus dominios. Entre las iglesias que fundó se encuentran las de la Roca del Vallès y l'Ametlla del Vallès.
En el monasterio de San Juan, Emma creó un scriptorium. Este era un lugar donde se copiaban y creaban libros religiosos. Estos libros se usaban en las nuevas iglesias que ella fundaba. Detrás de todas las acciones económicas y políticas de Emma, siempre hubo una persona culta y con mucha fe.
En la ciudad de Barcelona, unos jardines en el distrito del Ensanche llevan su nombre en su honor.