Eleuterio Blasco Ferrer para niños
Datos para niños Eleuterio Blasco Ferrer |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1907 Foz-Calanda (España) |
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Fallecimiento | 1993 Alcañiz (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escultor | |
Eleuterio Blasco Ferrer (nacido en Foz-Calanda en 1907 y fallecido en Alcañiz en 1993) fue un talentoso escultor de la región de Aragón, en España.
Contenido
Biografía de Eleuterio Blasco Ferrer
Eleuterio Blasco Ferrer pasó su infancia y adolescencia en Foz de Calanda, su pueblo natal, hasta los 17 años. Sus padres, Joaquín Blasco y Lucía Ferrer, se dedicaban a vender cántaros por los pueblos. El joven Eleuterio aprovechaba cualquier trozo de barro o latas viejas para crear sus propias figuras.
Los primeros pasos de un artista
Desde muy pequeño, Eleuterio mostró un gran interés por el arte. Años después, los expertos destacaron este impulso creativo temprano. El propio Blasco solía recordar sus orígenes humildes en sus entrevistas. En 1955, el artista describió cómo empezó a recortar, modelar y crear con metal.
Su familia era muy numerosa y humilde, con nueve hijos. Por ello, Eleuterio tuvo dificultades para seguir su sueño de ser artista. Después de varios intentos, logró llegar a Barcelona. Allí trabajó en lo que pudo para estudiar en la Escuela de Bellas Artes. Sin embargo, no se adaptó del todo a las reglas académicas.
Primeras exposiciones y temas sociales
En 1931, Eleuterio Blasco Ferrer inauguró su primera exposición individual en la sala Parés de Barcelona. Presentó paisajes en sus pinturas y dibujos sobre temas sociales. Retrató a personas con trabajos sencillos o en situaciones difíciles. Algunas de sus obras mostraban a un músico ciego, un mendigo o una vendedora.
Blasco Ferrer siempre se mantuvo fiel a sus principios de mostrar las dificultades de las personas. Se consideraba un artista del pueblo. A través de sus dibujos, plasmó el sufrimiento de las personas más necesitadas.
Su segunda exposición fue en 1932 en las Galerías Layetanas. El catálogo fue presentado por su amigo José María Sucre. En esta exposición, Eleuterio volvió a mostrar paisajes de su tierra natal. Entre ellos, se encontraban vistas como "El Pozo del Salto (Molinos)" y "Tarde de estío (Foz de Calanda)".
Le siguieron otras dos exposiciones en 1933 y 1934. Esta última fue la última que realizó en España por un tiempo.
El impacto de los conflictos en su vida
Durante un periodo de conflicto, la casa donde vivía Eleuterio fue dañada. Muchos de sus dibujos se perdieron. Otras obras desaparecieron de su estudio cuando tuvo que marcharse rápidamente.
Eleuterio Blasco participó en el bando republicano. Su misión fue, primero, como dibujante de mapas. Luego, trabajó como promotor de la cultura en una división militar. Esta división combatió en importantes batallas y en la defensa de Cataluña.
Posteriormente, sus miembros pasaron por campos de internamiento en Francia. Eleuterio cruzó la frontera el 10 de febrero y pasó varios meses en el campo de Vernet en Ariège. Siempre fue muy sensible al sufrimiento de la gente. Retrató muchas escenas de personas en el campo, trabajadores y madres con sus hijos. Hacía estos dibujos rápidamente, aprovechando cualquier trozo de papel que encontraba.
El reconocimiento internacional de su obra
Después del conflicto, en 1948, Blasco Ferrer realizó otra exposición individual en la Galería Bosc. Esta exposición le dio fama internacional. Presentó obras importantes como "Cabeza de Cristo", "El Mártir" y "Caballo". También mostró tres de sus bailarinas.
Con estas exposiciones, Blasco se consolidó como un escultor que trabajaba con hierro. Muchos artículos lo compararon con otros grandes escultores como Pablo Gargallo y Julio González.
El legado de Eleuterio Blasco Ferrer en Molinos
Hoy en día, gran parte de la obra de Blasco Ferrer se puede ver en Molinos. Este pueblo era el de su madre, con quien siempre tuvo una buena relación. En Molinos encontró el apoyo que necesitaba cuando, ya mayor, quiso acercarse a su tierra.
La idea de dedicarle un museo en Molinos surgió en los años ochenta. En ese momento, se estaban creando los primeros ecomuseos en España. También coincidió con la creación de otros museos dedicados a artistas.
En 1984, una asociación cultural de Molinos propuso crear un museo local. Pidieron al Ayuntamiento que aprobara la creación del Museo de Molinos. También solicitaron un presupuesto para empezar a conseguir las obras.
Ese mismo año, Eleuterio Blasco fue nombrado hijo adoptivo de Molinos. Fue un reconocimiento a su trabajo artístico y al cariño que sentía por la tierra de sus antepasados. El artista donó al museo tres esculturas y un cuadro. Entre ellas, un busto de bronce de su madre, un "Don Quijote" hecho con herraduras y una de sus bailarinas. También donó un cuadro que representa un paisaje de Molinos, "El Pozo del Salto".
Además, prometió a Molinos un centenar de dibujos, algunos cuadros y esculturas de hierro. En mayo de 1985, desde Francia, Eleuterio envió una carta a sus primos. Les pidió que comunicaran al alcalde de Molinos su deseo de donar más obras.
En la carta, Eleuterio Blasco expresó su cariño por Molinos: "lo hago porque mi madre era de Molinos y ya sabes que estábamos muchas veces en ese pintoresco pueblo, y siento una gran simpatía por todos de Molinos y tengo muchos recuerdos de mi niñez y me siento como si estuviera en Foz - Calanda, donde nací."