Bernardo Prado y Obejero para niños
Bernardo Prado y Obejero fue una figura importante en la Nueva España (lo que hoy es México) durante los siglos XVII y XVIII. Fue inquisidor y luego decano fiscal del Santo Tribunal de la Inquisición en la Nueva España. Fue una de las voces más fuertes que se opuso a las nuevas ideas de libertad antes de la independencia. También estuvo a cargo del juicio que llevó a la expulsión de la Iglesia de Miguel Hidalgo y Costilla en 1810.
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¿Qué fue la Inquisición y cómo empezó?
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, o Inquisición española, fue una institución que se creó para mantener la unidad de la fe católica. Su origen no fue en España, sino en el siglo XII en Europa, por el Papa Lucio III. Se usó para combatir ideas que la Iglesia consideraba incorrectas en el sur de Francia.
La Inquisición en España
En España, la Inquisición fue establecida por los Reyes Católicos en 1478 en el reino de Castilla. Su objetivo principal era asegurar que todos en el reino siguieran la misma fe. Don Tomás de Torquemada fue nombrado Inquisidor General en 1485. Esta institución ayudó a la Corona a mantener el orden y la unidad en un momento de grandes cambios.
El papel de Bernardo Prado en la crisis de Nueva España en 1808
En 1808, España estaba pasando por un momento difícil. El rey Fernando VII había sido obligado a dejar su trono por los franceses, y José Bonaparte se convirtió en el nuevo rey. Esto causó mucha incertidumbre en la Nueva España, ya que no sabían quién debía gobernar.
Algunos criollos, como Francisco Primo de Verdad y Juan Francisco Azcárate, propusieron crear una Junta de México. Esta Junta sería una institución local que administraría la Nueva España mientras el rey Fernando VII no estuviera.
La postura de Bernardo Prado
Bernardo Prado y Obejero, como inquisidor, no estaba de acuerdo con estas ideas. Él pensaba que las ideas de que el pueblo debía tener el poder eran peligrosas y contrarias a las creencias de la Iglesia.
El 27 de agosto de 1808, Prado y Obejero publicó un aviso. En este aviso, advertía a la gente sobre textos que promovieran la idea de que el pueblo tenía el poder o que animaran a desobedecer al rey. Consideraba que tener o leer esos textos era un acto de rebeldía. Él creía que estas reuniones para formar la Junta de México eran peligrosas y podían llevar a que la Nueva España quisiera ser igual o independiente de España.
El cambio de gobierno del 15 de septiembre de 1808
La situación se volvió más tensa. Delegados de las Juntas de España (como la Junta de Sevilla) llegaron a Nueva España. Querían que el virrey José de Iturrigaray les diera el control del gobierno. Sin embargo, el virrey parecía apoyar la idea de Francisco Primo de Verdad de formar la Junta de México.
La conspiración y el arresto del virrey
Ante los rumores de que el virrey Iturrigaray podría convertirse en rey de Nueva España, algunos opositores decidieron actuar. El doctor Bernardo Prado y Obejero, junto con otros, como el hacendado Gabriel de Yermo, organizaron un plan contra el gobierno. Yermo formó un grupo de 500 hombres llamado "Los Patriotas de Fernando VII". Su objetivo era derrocar al gobierno debido a las ideas de libertad que consideraban una amenaza.
La noche del 15 de septiembre de 1808, Gabriel de Yermo y sus seguidores entraron al palacio del virrey. Arrestaron a José de Iturrigaray y a su familia. Esa misma noche, también fueron arrestados Francisco Primo de Verdad, Juan Francisco Azcárate y fray Melchor de Talamantes. Este evento se conoce como un cambio de gobierno forzado.
Bernardo Prado y Obejero aceptó que el virrey Iturrigaray fuera recluido en la Inquisición por un tiempo. Luego, Iturrigaray y su familia fueron enviados a España. Pedro de Garibay fue nombrado el nuevo virrey de la Nueva España.
El juicio de Miguel Hidalgo y Costilla
En 1810, el Tribunal de la Santa Inquisición inició un largo proceso contra el cura Miguel Hidalgo y Costilla. El 13 de octubre, se publicó un edicto (un anuncio oficial) en su contra. En este documento, se le declaraba culpable de más de 53 acusaciones presentadas por la Iglesia.
El edicto fue firmado por el inquisidor fiscal Bernardo Prado y Obejero y por el inquisidor Isidro Sainz de Alfaro. En él, se decía que Hidalgo era un "hombre rebelde" y que había cometido faltas graves contra la fe católica. Por estas razones, se decidió su expulsión inmediata de la Iglesia.
El fin de la Inquisición y el exilio de Prado
Las Cortes de Cádiz (una asamblea de representantes en España) declararon la abolición del Tribunal de la Santa Inquisición en Nueva España el 22 de febrero de 1813. Las instalaciones de la Inquisición se usaron para otros fines del gobierno. Los inquisidores Bernardo Prado y Obejero e Isidro Sainz de Alfaro fueron enviados de regreso a España. La Inquisición fue restablecida en 1814 cuando Fernando VII regresó al trono, pero luego fue abolida definitivamente.