Alcalde de los hijosdalgo de Castilla para niños
El alcalde de los hijosdalgo de Castilla era un importante funcionario de la Corona de Castilla. Su trabajo principal era resolver y juzgar los problemas legales, o "pleitos", de las personas que pertenecían a la nobleza, un grupo social con ciertos privilegios en esa época.
Contenido
¿Qué era un alcalde de los hijosdalgo?
Un alcalde de los hijosdalgo era como un juez especial para los nobles. En la antigua Castilla, los nobles, también llamados "hijosdalgo", tenían el derecho de ser juzgados solo por personas de su misma condición social. No querían que jueces de otros grupos sociales decidieran sobre sus asuntos.
Orígenes de este cargo
Al principio, antes del rey Fernando I de León, los propios condes (que eran nobles importantes) se encargaban de los casos de otros nobles. Los hijosdalgo siempre insistieron en ser juzgados solo por personas de su mismo grupo.
Esto llevó a que el rey Alfonso XI ordenara algo importante en las Cortes (una especie de reunión o parlamento) de Madrid. Mandó que los Adelantados de Castilla (que eran como gobernadores de grandes regiones) solo se hicieran acompañar por alcaldes nobles cuando visitaban sus provincias. Esto era diferente en el Reino de León, donde los nobles no eran tan estrictos con quién los juzgaba.
Al principio, solo el rey, con la ayuda de algunos jueces nobles, decidía los casos de los hijosdalgo. Pero con el tiempo, esta tarea pasó a ser responsabilidad de estos alcaldes especiales. El rey solo se reservaba el derecho de declarar a alguien como traidor.
Historia del cargo
El papel de Alfonso VIII
El privilegio de los hijosdalgo de ser juzgados por los suyos continuó hasta la época del rey Alfonso VIII, conocido como "el de las Navas". En ese tiempo, el rey quiso cobrarles un impuesto de cinco maravedís de oro (una moneda de la época) para financiar la guerra y conquistar la ciudad de Cuenca.
Cuando el rey propuso esto en las Cortes de Burgos, un noble llamado Nuño de Lara se opuso con mucha fuerza. Los hijosdalgo, agradecidos por su defensa, lo nombraron su "Juez mayor". Este importante cargo se mantuvo en la familia de Nuño de Lara hasta el reinado de Juan II. Para mostrar su agradecimiento, los hijosdalgo acordaron darle a Nuño de Lara y a sus sucesores un banquete o "yantar" cada año.
La autoridad de este "Juez mayor" llegó a ser tan grande que era el primero en hablar y votar por los hijosdalgo de Castilla en las Cortes. Por ejemplo, Hernando de Antequera lo hizo en las Cortes de Toledo, y su hijo Don Juan en las de Valladolid, cuando se juró al Príncipe Enrique IV.
Cambios con Felipe II
A pesar del gran honor que tenía la familia de Nuño de Lara, se creó un alcalde de los hijosdalgo para que se encargara de los pleitos de los nobles directamente en la Corte. Este alcalde trabajaba con la ayuda de dos Escribanos, que eran elegidos entre los notarios del rey.
Más tarde, se añadió otro alcalde. En el año 1562, el rey Felipe II hizo un cambio importante. Ordenó que los notarios de las Cancillerías (que eran como tribunales superiores) de Valladolid y Granada dejaran de intervenir en los asuntos de nobleza junto con los alcaldes. En su lugar, creó un nuevo alcalde para que estos asuntos fueran vistos y decididos solo por él, sin la intervención de los notarios de las provincias.
La Sala de Hijosdalgo con Carlos III
Finalmente, para manejar estos casos de forma más eficiente, se formó una "Sala" (una especie de sala de tribunal) en cada uno de los tribunales mencionados. Esta Sala estaba compuesta por cuatro jueces.
Antes, en tiempos de los Reyes Católicos, cuando se nombraban corregidores (funcionarios que gobernaban ciudades y pueblos) que eran personas nobles, los hijosdalgo a veces no iban a la Corte y acudían a ellos para resolver sus problemas.
En el presente, por una Real Cédula (un documento oficial del rey) del rey Carlos III, emitida el 13 de enero de 1771, se ordenó que las Salas de Hijosdalgo de las Cancillerías de Valladolid y Granada también se encargaran de casos criminales. El rey mandó que los jueces de estas Salas trabajaran en los casos criminales los tres días de la semana en que antes no asistían al tribunal. Si terminaban sus asuntos de nobleza y les sobraba tiempo, debían usarlo para los casos criminales. Este nuevo sistema no cambió la forma en que funcionaba la Sala, por eso se les llamó "Salas Segundas del Crimen e Hidalguías".
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