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Escribano para niños

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Antiguamente, un escribano era una persona con un oficio público muy importante. Su trabajo consistía en dar fe, es decir, certificar que los documentos y acuerdos que se hacían ante él eran verdaderos y válidos. También ayudaba a escribir cartas y testamentos, incluso para reyes.

Historia de los Escribanos

Archivo:Codex Manesse Reinmar von Zweter
Un escriba en el Codex Manesse.

Desde hace mucho tiempo, las sociedades necesitaron personas que registraran y guardaran la información importante. Imagina que haces un acuerdo con alguien: ¿cómo te aseguras de que se cumpla o de que todos recuerden lo que se acordó? Para eso existían los escribanos.

En los pueblos antiguos, como los hebreos o en Atenas, ya había personas que escribían documentos. Sin embargo, al principio, estos documentos no eran "oficiales" solo por haber sido escritos por ellos. Necesitaban el sello de las personas involucradas o de testigos para ser válidos.

En la antigua Roma, a los que sabían escribir se les llamaba de muchas maneras, dependiendo de su tarea:

  • Scribæ: Era el nombre general para cualquiera que supiera escribir.
  • Notarii: Escribían notas rápidas o borradores.
  • Tabularii o tabelliones: Escribían en tablillas.
  • Argentarii: Se encargaban de documentos relacionados con dinero, como préstamos.
  • Actuarii: Redactaban documentos públicos y decisiones de los jueces.

Los notarios hacían las notas iniciales, y los tabeliones eran los únicos que podían convertir esas notas en documentos oficiales. La profesión de escribano era muy respetada porque la gente confiaba en ellos para que todo fuera justo y verdadero.

Los Escribanos en España

Archivo:Scribes Codex Vigilanus
Escribas en el Codex Vigilanus, año 976 d. C.

En España, hace mucho tiempo, los acuerdos se hacían ante un sacerdote o un monje, con la presencia de varios testigos. El sacerdote escribía el documento, y todos los testigos lo firmaban o ponían su sello.

Esto cambió con el rey Alfonso el Sabio. Él decidió crear los escribanos públicos. Así, en cada pueblo importante, habría un número fijo de escribanos autorizados para validar documentos con la ayuda de dos o tres testigos. También se les asignó un pago por su trabajo.

Con el tiempo, los escribanos en España tuvieron diferentes nombres, algunos parecidos a los de Roma:

  • Tabeliones y Cursores: Por la rapidez con la que debían hacer su trabajo.
  • Cartularios: Porque "carta" significaba cualquier tipo de documento.
  • Actuarii: Los que redactaban actas públicas y decisiones de los jueces.
  • Secretarios: Por el secreto que debían guardar en su oficio.
  • Notarios: Este nombre sigue usándose hoy, por las "notas" o borradores que tomaban para luego escribir los documentos finales.

A partir del XVI, con la creciente complejidad de los procesos legales, surgieron manuales y guías para ayudar a los escribanos en su trabajo. Estos libros eran escritos por escribanos con mucha experiencia.

Más tarde, en 1870, se crearon los Escribanos de actuaciones, encargados de registrar y autorizar las decisiones de los jueces. En 1911, pasaron a llamarse Secretarios Judiciales, y desde 2015, se les conoce como Letrados de la Administración de Justicia.

¿Qué tipos de escribanos públicos existían?

Había diferentes tipos de escribanos, cada uno con funciones específicas:

  • Escribanos reales: Podían trabajar en todo el reino.
  • Escribanos numerarios: Solo podían trabajar en un pueblo o distrito específico, y su número era limitado.
  • Escribano de ayuntamiento o de concejo: Asistía a las reuniones del ayuntamiento para registrar sus acuerdos.
  • Escribano de cámara: Trabajaba en las salas de los tribunales importantes, ayudando a organizar los casos y a redactar las decisiones.
  • Escribano de guerra: Trabajaba en los juzgados militares.
  • Escribano de marina: Se encargaba de los asuntos relacionados con la marina.
  • Escribano de molde: Era otra forma de llamar a un impresor.

Los Escribanos Hoy en Día

En algunos países, el título de Escribano todavía se usa y tiene un papel muy importante.

Escribanos en Argentina

En Argentina, el cargo de Escribano Público es muy similar al de Notario en otros países. Para ser escribano, primero debes estudiar para ser abogado. Después, tienes que pasar un examen muy competitivo. Si lo apruebas, puedes registrarte como escribano. Dependiendo de tu puntaje, puedes ser un escribano "adscripto" (que trabaja con otro escribano) o "titular" (a cargo de tu propia oficina).

Es importante saber que no puedes ser escribano y abogado al mismo tiempo. Si quieres ser escribano, debes dejar de ejercer como abogado. En cada provincia y en la ciudad de Buenos Aires, hay colegios de escribanos que regulan su trabajo.

Los escribanos en Argentina celebran su día el 2 de octubre.

Escribanos en Paraguay

En Paraguay también se usa el título de Escribano. Un notario o escribano público es un profesional del derecho que tiene la autoridad para dar fe pública. Trabaja en un "registro" asignado a una zona geográfica específica. Esto significa que, después de graduarte de la universidad, debes ser habilitado a través de un registro oficial que es creado y numerado por la ley. Solo entonces puedes ejercer como escribano público.

Para obtener un registro notarial, los interesados deben inscribirse en un concurso público organizado por la Corte Suprema de Justicia. La asociación que reúne a estos profesionales es el Colegio de Escribanos del Paraguay.

Escribanos en Uruguay

En Uruguay, el título de Escribano Público se obtiene en varias universidades, como la Facultad de Derecho de la Universidad de la República o la Universidad Católica.

Antes de poder trabajar, los recién graduados deben hacer un juramento ante la Suprema Corte de Justicia.

Los escribanos en Uruguay forman parte de la Asociación de Escribanos del Uruguay.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Scribe Facts for Kids

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