Álvar Gómez de Ciudad Real para niños
Datos para niños Álvar Gómez de Ciudad Real |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1488 Guadalajara (España) |
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Fallecimiento | 1538 Guadalajara (España) |
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Información profesional | ||
Ocupación | Poeta | |
Cargos ocupados | Alcaide del Alcázar de Segovia | |
Movimiento | Renacimiento | |
Álvar Gómez de Ciudad Real, el Joven (nacido en Guadalajara en 1488 y fallecido allí el 14 de julio de 1538) fue un importante poeta español del Renacimiento. Se le conocía por escribir principalmente en latín. Además, fue el tercer señor de Pioz.
Contenido
¿Quién fue Álvar Gómez de Ciudad Real?
Álvar Gómez de Ciudad Real fue un destacado escritor y una figura importante en la España del Renacimiento. Su trabajo como poeta en latín lo hizo muy reconocido en su época.
Su vida y carrera
Álvar Gómez era hijo de Pedro Gómez y Catalina Arias. Su abuelo, también llamado Álvar Gómez de Ciudad Real, fue un secretario importante para los reyes Juan II y Enrique IV. Álvar Gómez heredó el título de señor de Pioz de su padre.
Fue un caballero al servicio de los Reyes Católicos y del Duque del Infantado. Participó en varias batallas en Italia, como las guerras de Nápoles (1504) y Florencia (1512). También estuvo en la batalla de Pavía (1525), donde resultó herido. Además de su carrera militar, fue un pensador con ideas avanzadas para su tiempo. Acompañó al emperador Carlos V en un viaje a los Países Bajos entre 1520 y 1522. También asistió a la coronación del Emperador en Bolonia (1530). En 1514, se casó con Brianda de Mendoza, hija del Duque del Infantado.
Un escritor reconocido
Álvar Gómez fue un escritor excelente. Sus contemporáneos, como Lucio Marineo Sículo, lo elogiaron mucho. Decían que su talento y conocimiento eran tan grandes como los de los poetas antiguos.
A pesar de su éxito en las armas y las letras, no fue un buen administrador de sus bienes. Esto hizo que sus descendientes solo conservaran las propiedades de Pioz y Atanzón. Estas propiedades dejaron de pertenecer a su familia alrededor de 1619, ya que no tuvo sucesores.
Sus obras literarias
Álvar Gómez destacó como poeta en latín. El famoso Antonio de Nebrija lo llamó "Virgilio cristiano", comparándolo con grandes poetas de la antigüedad. Sus obras se enmarcan en la épica religiosa, siguiendo la tradición de otros poetas que escribieron sobre temas de las Sagradas Escrituras.
Poemas religiosos
Una de sus obras más importantes es Talichristia. En ella, narró el misterio de la Redención en veinticinco libros y más de dieciséis mil versos. Se publicó en Alcalá de Henares en 1522 y fue dedicada al Papa Adriano VI.
Otra obra destacada es su Musa Paulina, que es una versión en verso de las cartas de San Pablo. Esta obra fue dedicada al Papa Clemente VII y se publicó en Alcalá en 1529. También escribió en verso latino los De Solomonis proverbiis (Basilea, 1538) y los Septem Psalmi Penitentiales.
Obras sobre caballería y otros temas
Álvar Gómez también escribió una epopeya no religiosa sobre la Orden del Toisón de Oro, titulada De militia principis Burgundi, quam Velleris Aurei vocant. Esta obra, dedicada a Carlos V, fue escrita alrededor de 1519 y publicada después de su muerte en Toledo (1540). El famoso pensador Erasmo la elogió en un poema que escribió como prólogo. El objetivo de esta obra era glorificar a la Orden del Toisón de Oro y a su nuevo líder, Carlos I.
El poema fue publicado por el hijo de Álvar Gómez y tuvo una segunda edición un año después. Estas ediciones incluían notas explicativas de un amigo del poeta, Alejo Venegas de Busto, que aportaban muchos datos históricos y literarios. Un bachiller llamado Juan Bravo tradujo el poema al español en 1546. Álvar Gómez de Ciudad Real también tradujo al verso el Triunfo de Amor de Francesco Petrarca.
Escritos en castellano
Aunque es más conocido por sus obras en latín, Álvar Gómez también escribió poesía en castellano. Su hijo publicó la Theológica descripción de los misterios sagrados, partida en doze cantares, dedicada al Cardenal Tavera, impresa en Toledo en 1541. Más tarde, en una colección de poemas de Esteban de Villalobos (1604), aparecieron sus Sátiras morales. Algunas de sus obras, como De prostigatione bestiarum adversus haeresiarchas, De conceptione Virginis y De las tres Marías, se consideran perdidas.