Yacimiento arqueológico Cova Foradada (Calafell) para niños
Datos para niños Yacimiento arqueológico Cova Foradada (Calafell) |
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Localización geográfica | ||
Coordenadas | 41°12′18″N 1°34′52″E / 41.204972222222, 1.5810555555556 | |
Localización administrativa | ||
País | España | |
División | Cataluña | |
Subdivisión | Bajo Panadés | |
Localidad | Calafell | |
Datación | ||
Periodo | Epipaleolítico | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Cataluña
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El yacimiento arqueológico de Cova Foradada es un lugar muy importante para entender cómo vivían las personas en la Prehistoria. Se encuentra en Calafell, en la comarca del Bajo Panadés (Cataluña, España). Está en lo alto de un cerro, a 110 metros sobre el nivel del mar.
Es una cueva pequeña con dos salas conectadas por una rampa. Su nombre, Foradada, significa "agujereada" y se debe a la forma circular de su entrada superior.
Este lugar fue descubierto por casualidad en 1997 por unos excursionistas que encontraron huesos humanos. Desde 1998, se han realizado muchas excavaciones arqueológicas. Los arqueólogos Artur Cebrià y Juan Ignacio Morales han dirigido gran parte de estos trabajos.
La cueva ha sido usada por humanos durante mucho tiempo. Se han encontrado restos desde el Paleolítico superior hasta el final del Neolítico y el principio de la Edad de Bronce. También hay algunas pistas de que se usó en la primera Edad del Hierro.
Los estudios en Cova Foradada han revelado que la cueva fue ocupada de forma ocasional en diferentes periodos. Entre ellos, destacan el Chatelperroniense, el Auriñaciense temprano y el Gravetiense.
Contenido
¿Cómo se formó Cova Foradada?
Cova Foradada es un túnel natural, conocido como túnel kárstico. Se formó en rocas de calcarenita y dolomita a lo largo de millones de años.
La cueva tiene una entrada redonda que lleva a una sala de unos 14 metros cuadrados. Desde allí, una rampa de travertino (un tipo de roca) sube a otra entrada más pequeña.
Los arqueólogos han excavado hasta 2,5 metros de profundidad. Han encontrado diferentes capas de tierra y rocas, llamadas unidades litoestratigráficas. Estas capas muestran cómo la cueva fue cambiando y cómo la usaron los humanos.
Las capas más superficiales corresponden al Holoceno, un periodo más reciente. Las capas más profundas son del Pleistoceno, un periodo mucho más antiguo.
Capas del Holoceno
Las capas del Holoceno (Unidades I y II) están más cerca de la superficie. Han sido más afectadas por la actividad de animales y humanos.
- Unidad I: Contiene restos de rocas, arena y mucho carbón y cenizas. Esto indica que hubo fuegos. Se calcula que esta capa es de hace unos 7.000 años.
- Unidad II: Es una capa de arcilla con rocas que cayeron del techo de la cueva. Fue muy alterada por el paso de personas y por actividades relacionadas con enterramientos.
Capas del Pleistoceno
Las capas del Pleistoceno (Unidades III, IV y V) son las más antiguas.
- Unidad III: Es la capa más compleja, pero con pocos restos arqueológicos. Contiene arena amarillenta y se encuentra cerca de las paredes de la cueva. Aquí se han encontrado dos niveles importantes:
* El nivel IIIn, asociado al Gravetiense temprano. * El nivel IIIc, que corresponde al Auriñaciense inferior. Este nivel tiene muchos carbones y piedras rojizas, lo que sugiere la presencia de fuegos.
- Unidad IV: Es una capa de rocas y arena rojiza-amarillenta. Aquí se encontró un conjunto de herramientas del Chatelperroniense.
- Unidad V: Es la capa más profunda y antigua de la excavación. Contiene rocas y arena rojiza-amarillenta. No se han encontrado restos arqueológicos de humanos en esta capa.
¿Qué nos dicen los restos humanos?
En Cova Foradada se encontraron dos grupos de restos humanos en la Unidad I. Uno es un conjunto de huesos de varias personas que fueron enterradas juntas. El otro es un grupo de huesos quemados.
El conjunto de huesos de enterramiento colectivo tiene más de 1300 restos. Son del final del Neolítico y el principio del Calcolítico. Se identificaron al menos 18 personas, de diferentes edades, desde bebés hasta adultos mayores.
Junto a los huesos, se encontraron objetos que formaban parte de un ajuar funerario. Estos incluyen puntas de flecha, piezas de collares de esteatita (una piedra blanda), y un hacha pulida.
¿Cómo se conservaron los huesos?
Los huesos se conservaron bastante bien. Los arqueólogos estudiaron cómo se afectaron los huesos a lo largo del tiempo. Vieron que algunos animales carnívoros, como lobos o zorros, pudieron haber comido algunas partes de los cuerpos.
También se observaron marcas causadas por raíces de plantas, por estar expuestos al aire y por el movimiento de la tierra. Se encontró un hueso de la mano con una superficie pulida, pero no se sabe para qué se usó.
¿Qué enfermedades tenían?
Un estudio de los huesos reveló algunas enfermedades y lesiones que tenían las personas que vivieron allí:
- Problemas dentales: Se encontraron caries y signos de estrés durante el crecimiento, como infecciones o falta de alimento. Algunos dientes mostraban desgaste por usarlos como herramientas.
- Problemas de columna: Se identificaron vértebras con signos de escoliosis, una curvatura de la columna.
- Infecciones: Algunos huesos mostraban signos de infección ósea.
- Traumatismos: Se encontraron fracturas en cráneos y falanges (huesos de los dedos). Un cráneo de una mujer mayor de 50 años tenía una fractura grande que probablemente fue la causa de su muerte. Esto sugiere que hubo violencia entre las personas.
- Problemas de articulaciones: Algunos huesos tenían signos de artrosis, una enfermedad que afecta las articulaciones.
- Entesopatías: Son formaciones de hueso donde se unen tendones o ligamentos, causadas por el uso excesivo o lesiones.
- Tumores: Se encontraron pequeños tumores en dos huesos de la mano.
- Problemas circulatorios: Un hueso del pie mostraba una pérdida de circulación.
En general, las personas de este grupo no tenían enfermedades muy graves. Llevaban una vida activa, pero tenían mala higiene bucal. La evidencia de lesiones intencionales sugiere que había conflictos.
¿Restos del Neolítico Antiguo?
Un molar humano encontrado en la Unidad I fue datado entre 7240 y 6960 años antes del presente. Esto lo sitúa en el Neolítico Antiguo o Cardial. También se encontraron fragmentos de cerámica de este periodo.
En este periodo, los enterramientos solían ser individuales en cuevas o al aire libre. Sin embargo, algunas cuevas se usaron varias veces para enterrar a diferentes personas, mezclando restos de distintos periodos, como ocurrió en Cova Foradada.
¿Qué nos dicen los restos quemados?
El otro grupo de restos humanos son huesos quemados. Aunque no se han datado con exactitud, se cree que son del Bronce Final. En este periodo, la cremación (quemar los cuerpos) se hizo común en el noreste de la península ibérica.
Se estima que hay al menos 5 individuos (3 adultos y 2 niños) en este conjunto. Los arqueólogos creen que la cremación se hizo dentro de la cueva, ya que encontraron muchos fragmentos pequeños de huesos. Esto es diferente de las piras funerarias, donde los restos se recogían de forma más selectiva.
La cremación no se extendió de golpe. Hubo un tiempo en que convivió con los enterramientos. Los restos de Cova Foradada podrían ser de esta etapa de transición.
Herramientas y animales del Pleistoceno
Herramientas de piedra
En las capas del Pleistoceno de Cova Foradada se encontraron pocas herramientas de piedra. La mayoría estaban hechas de sílex, una roca que se encontraba a una distancia de 5 a 60 kilómetros de la cueva. Esto sugiere que las personas obtenían sus materiales de la zona cercana.
Las herramientas encontradas eran principalmente lascas (trozos de piedra desprendidos) retocadas. Esto indica que las ocupaciones en la cueva eran de corta duración.
Las herramientas de los niveles IIIc y IV son muy importantes. Las del nivel IV son casi todas del Chatelperroniense, una cultura asociada a los neandertales. Cova Foradada es el lugar más al sur de Europa donde se han encontrado herramientas de esta cultura.
Este yacimiento es clave para entender cómo los neandertales desaparecieron y cómo los humanos modernos (Homo sapiens sapiens) se expandieron por la península ibérica. También podría ser uno de los últimos lugares donde ambas especies tuvieron contacto.
Restos de animales
En Cova Foradada se encontraron más de 2000 restos de animales del Pleistoceno. Había una gran variedad de especies.
Los animales pequeños, como aves y conejos, eran los más abundantes. El segundo grupo más numeroso eran los mamíferos carnívoros, como el lince ibérico, el oso pardo, el leopardo y la hiena. También se encontraron restos de ciervos, bisontes y caballos.
La presencia de tortugas indica un clima suave en ese tiempo. También se hallaron huesos de grandes aves rapaces, como el águila real y el águila imperial ibérica.
Los estudios sugieren que la cueva fue un refugio para diferentes animales, especialmente linces. También fue usada como lugar de descanso por aves rapaces. Sin embargo, en la mayoría de los niveles, se encontraron señales de que los humanos también cazaban y consumían animales, sobre todo conejos y grandes mamíferos.
Objetos decorativos
Uno de los descubrimientos más recientes en Cova Foradada es una falange (hueso del dedo) de la pata izquierda de un águila imperial ibérica. Tiene unos 39.000 años de antigüedad.
Este hueso tiene 12 marcas de corte en su superficie. Los análisis mostraron que estas marcas fueron hechas por humanos. Por su ubicación, se cree que no estaban relacionadas con el consumo de carne, sino que el hueso se usó con fines simbólicos o decorativos.
Encontrar objetos personales como este en yacimientos arqueológicos es una prueba del comportamiento simbólico de los humanos antiguos. El uso de garras de rapaces como adornos era común entre los neandertales en Europa. Esta pieza de Cova Foradada es la más antigua de la península ibérica y muestra que este comportamiento ya existía en las poblaciones de la zona.
En el nivel IIIn, también se encontraron muchas conchas marinas perforadas, que se usaban como adornos. Se identificaron 9 tipos diferentes de conchas, la mayoría del Mediterráneo. En el nivel IV, junto al hueso de águila, se encontró otra concha marina, Steromphala varia, que es única en el yacimiento.