Tratados de arquitectura escritos en España para niños
Los tratados de arquitectura en España son libros y escritos que explican cómo se diseñaban y construían los edificios en España a lo largo de la historia. Aunque no siempre se les ha dado mucha importancia fuera de España, estos textos son muy valiosos. Algunos de ellos incluso influyeron en la arquitectura de toda Europa y América Latina. Aquí veremos algunos de los más importantes, especialmente los que tuvieron un impacto más allá de España.
Contenido
¿Cómo se desarrolló la teoría arquitectónica en el Renacimiento español?
Durante el siglo XVI, los escritos sobre arquitectura en España se inspiraron mucho en los modelos de Italia. Arquitectos famosos como Marco Vitruvio, Leon Battista Alberti, Sebastiano Serlio y Giacomo Barozzi da Vignola fueron muy influyentes. De hecho, en 1552 ya se publicó en español una parte de la obra de Sebastiano Serlio, y en 1582, se tradujeron completamente los trabajos de Vitruvio y Alberti.
El influyente tratado de Diego de Sagredo
El interés por las ideas de Vitruvio se vio por primera vez en un pequeño libro muy popular llamado "Medidas del Romano", escrito por el sacerdote Diego de Sagredo. Este libro se publicó muchas veces y se tradujo a varios idiomas, llegando a toda Europa.
Sabemos que Diego de Sagredo estuvo en Italia hasta 1522, visitando ciudades como Florencia y Roma. Cuando regresó a España, se unió al círculo del arzobispo de Toledo, Alonso de Fonseca y Ulloa, a quien dedicó su obra.
El libro de Sagredo está escrito como un diálogo, una conversación entre dos personajes: Tampeso (que representa a Sagredo) y el pintor León Picardo. Sagredo se centró en las proporciones y los tipos de columnas y elementos arquitectónicos, conocidos como órdenes. Él veía la arquitectura como una ciencia, conectada con los secretos de la naturaleza, y quería usarla para el bien de todos. Esto muestra la clara influencia de las ideas de Alberti.
Las ideas de Francisco de Holanda
Francisco de Holanda (1517-1584) fue un arquitecto portugués con raíces holandesas. Él quería usar los modelos de la Antigüedad y del Renacimiento italiano para las artes y la arquitectura de su país. Francisco de Holanda es conocido por unas supuestas conversaciones que tuvo con el famoso artista Miguel Ángel.
Estuvo en Italia de 1538 a 1540 y regresó a Portugal con una gran colección de dibujos propios que nunca publicó. Estos dibujos incluían modelos de la Antigüedad y del Renacimiento para esculturas, pinturas y edificios, incluso para construcciones militares. Es curioso que sus ilustraciones de arquitectura mostraran proporciones inusualmente bajas y anchas. También escribió un tratado con ideas arquitectónicas para Lisboa en 1571, pero tampoco se publicó mientras él vivía.
La visión de Cristóbal de Villalón
Cristóbal de Villalón fue un clérigo español que viajó mucho. Conoció de primera mano lugares como Italia, Francia, Flandes, Constantinopla y el Monte Athos. Escribió un libro importante porque buscaba tener su propia opinión sobre la arquitectura.
En 1539, publicó su "Ingeniosa comparación entre lo antiguo y lo presente". Este texto también estaba en forma de diálogo, siguiendo el estilo de Sagredo. Con bastante orgullo, comparó la arquitectura española de su tiempo con la arquitectura italiana antigua y del Renacimiento. Es importante saber que Villalón no elogiaba la arquitectura de estilo italiano, sino el estilo plateresco de la catedral de León. Fue él quien usó por primera vez el término "obras de plata" de forma positiva para describir este tipo de arquitectura.
El tratado de Rodrigo Gil de Hontañón
El tratado de Rodrigo Gil de Hontañón (1500/10-1577) es una mezcla única. Combina las tradiciones de los talleres góticos de Europa Central con las ideas del Renacimiento italiano. A este autor se le considera el principal representante de un estilo plateresco más moderado.
Sin embargo, su tratado solo se conoce gracias a una versión que hizo en 1681 el arquitecto Simón García. Por eso, es difícil saber qué partes son de la tradición medieval, cuáles de Rodrigo Gil en el siglo XVI y cuáles de Simón García en el siglo XVII. La importancia de este tratado se ha comparado con la del Libro de taller de Víllard de Honnecourt.
Además, Rodrigo Gil aplicó a la arquitectura la idea de que las proporciones de los edificios debían basarse en el cuerpo humano, una idea que venía de Vitruvio. Aunque no lo menciona, es probable que se inspirara en Francesco di Giorgio Martini, cuya importancia como fuente ya se había notado en el caso de Sagredo. En la lista de autores que usó Rodrigo Gil, aparece Cataneo, quien se sabe que empleó la teoría de las proporciones basadas en el cuerpo humano de Francesco di Giorgio.
La obra de Juan de Arfe y Villafañe
El tratado español más completo sobre escultura y arquitectura impreso durante el siglo XVI fue escrito por el orfebre de origen alemán Juan de Arfe y Villafañe (1535-1603). Se publicó entre 1585 y 1587 y tiene cuatro libros. Estos libros tratan sobre geometría, las proporciones del cuerpo humano y de los animales, la teoría de los órdenes arquitectónicos, las proporciones para construir iglesias y para la orfebrería (trabajo con metales preciosos).
Arfe defendía la idea renacentista de que todas las proporciones debían derivarse del cuerpo humano. Su principal fuente para esto fueron los "Cuatro Libros de las Proporciones Humanas" (1528) de Durero. En el tercer libro, incluso aplicó su sistema de proporciones a los animales.
También presentó un recorrido histórico que conectaba la Antigüedad griega y romana, pasando por el Renacimiento italiano, con grandes escultores españoles como Alonso González Berruguete y Felipe Vigarny.
A Arfe le interesaban sobre todo las indicaciones prácticas. En el cuarto libro, presentó una teoría de los órdenes arquitectónicos basada en Sebastiano Serlio, pero añadiendo elementos del estilo plateresco. Como un sexto orden, introdujo un orden llamado "ático". Después de hablar de los órdenes, describió sus trabajos de orfebrería y explicó con mucho detalle cómo construía sus custodias (piezas de orfebrería para guardar objetos religiosos).
Terminó el tratado mostrando y analizando la custodia de la catedral de Sevilla, su obra más impresionante. Esta custodia tiene cuatro estructuras superpuestas que disminuyen en altura y anchura a medida que suben, formando una pirámide. Con su obra, Arfe logró conectar el estilo plateresco con la teoría arquitectónica del Renacimiento.
El pensamiento de Juan de Herrera
Juan de Herrera (aproximadamente 1530-1597) fue un arquitecto que representó un estilo austero y estricto, siguiendo las enseñanzas de Jacopo Vignola. Su nombre se asocia principalmente con la construcción de El Escorial, que fue iniciada por su maestro, y con la catedral de Valladolid.
En 1582, Herrera tuvo un papel clave en la fundación de una academia de matemáticas en Madrid. También estudió a fondo temas misteriosos, como lo demuestra el inventario de su biblioteca.
Escribió un "Discurso de la Figura Cúbica", donde hacía referencia constante al "Ars generalis" de Ramon Llull (1235-1316), un pensador catalán. Herrera, como todo el círculo cercano a Felipe II, era seguidor de Llull. En su tratado, Herrera explicaba que todas las medidas y proporciones de la naturaleza podían derivarse de la forma de un cubo.
La relación de estos principios con el diseño de El Escorial fue estudiada y documentada por René Taylor. Por ejemplo, el fresco de Luca Cambiaso en el coro de la iglesia de El Escorial muestra la Gloria, y Dios Padre y Cristo apoyan sus pies sobre un cubo. Los frescos de Pellegrino Tebaldi en la biblioteca también representan ideas de los seguidores de Llull sobre geometría.
En su época, Felipe II era admirado como un "nuevo Salomón" y El Escorial como el "nuevo Templo de Salomón". Por eso, no es de extrañar que algunos intentos de reconstruir el Templo de Salomón vinieran del círculo más cercano a Felipe II y fueran apoyados por él. Al parecer, Juan de Herrera también participó en estas discusiones y tenía en su biblioteca una copia de un tratado sobre el Templo de Salomón. Sin embargo, en su obra más importante sobre El Escorial (1589), no mencionó la relación entre este edificio y los intentos de reconstrucción del Templo de Salomón.