Tiempo del Ruido para niños
Tiempo del Ruido es el nombre que se le dio a un evento misterioso que ocurrió el 9 de marzo de 1687, a las 10 de la noche, en la ciudad de Santafé de Bogotá (que hoy es la capital de Colombia) y sus alrededores.
Fue un ruido muy fuerte y extraño, de origen desconocido, que duró unos 15 minutos. También hubo un olor intenso a azufre que se sintió por varios días. Este suceso causó mucho miedo entre los habitantes de la ciudad.
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¿Qué sucedió durante el Tiempo del Ruido?
Cerca de las 10 de la noche, cuando la mayoría de la gente dormía, se escuchó un ruido tan fuerte que parecía ensordecedor. Duró unos 15 minutos y estuvo acompañado de varias explosiones y un fuerte olor a azufre.
Testimonios del suceso
Un sacerdote llamado Pedro de Mercado contó lo que pasó: El 9 de marzo de 1687, antes de la medianoche, en una noche clara y llena de estrellas, se escuchó en Santafé y en los pueblos cercanos un ruido tan terrible que nadie había oído algo parecido. La gente chocaba entre sí mientras huía, sin poder ayudarse. Algunos pensaban que eran ejércitos peleando, con trompetas y disparos. Otros creían que era el ruido de carretas desbocadas o de troncos gigantes siendo arrastrados por las calles.
El pánico en la ciudad
Inmediatamente, los habitantes de la ciudad colonial sintieron mucho miedo. Salieron de sus casas en pijama y corrieron por las calles. La mayoría buscó refugio en los conventos y templos, donde se quedaron orando y ayunando por varios días. Temían que algo terrible estuviera pasando.
Según Pedro de Mercado, el ruido duró unos quince minutos. Otro sacerdote, Joseph Cassani, dijo que duró cerca de media hora y que hubo tres explosiones. Cassani también mencionó que durante todo el tiempo del ruido, se esparció por el aire un olor a azufre que molestaba mucho.
El presidente de la colonia, Gil de Cabrera y Dávalos, organizó una expedición militar. Fueron a las afueras de la ciudad, donde el fenómeno se sintió con más fuerza. El ruido terminó esa misma noche y nunca más volvió a ocurrir. Sin embargo, el olor a azufre se mantuvo por algunos días más sobre la sabana de Bogotá.
Durante muchos años después, cada 9 de marzo se realizaban ceremonias religiosas en Santafé de Bogotá para recordar el evento. La frase "Tiempo del Ruido" se hizo popular entre la gente del Virreinato de la Nueva Granada. Este hecho fue documentado por el sacerdote jesuita Pedro de Mercado y difundido por otros sacerdotes jesuitas como Juan Ribero y Joseph Cassani.
¿Cuáles son las posibles explicaciones del Tiempo del Ruido?
Existen varias ideas sobre qué pudo haber causado este misterioso evento.
¿Fue una manifestación sobrenatural?
Al principio, tanto las personas comunes como los estudiosos pensaron que el ruido, su duración y el olor a azufre eran una señal de algo sobrenatural o del fin del mundo.
¿Un movimiento de la Tierra?
Siete meses después del Tiempo del Ruido, hubo fuertes terremotos en Lima, Perú, el 20 de octubre de 1687. El padre Cassani propuso que el ruido en Bogotá podría estar relacionado con movimientos de la Tierra.
¿Una erupción volcánica?
Una idea es que pudo haber sido la erupción de un volcán en la cordillera Central de Colombia, como el Nevado del Tolima o el Nevado del Ruiz. Se sabe que hay errores en los registros históricos de erupciones en el país, y algunas podrían no haber sido anotadas. El olor a azufre y el fuerte ruido podrían haber viajado los 140 kilómetros que separan la cordillera de Bogotá, como ha ocurrido con otras erupciones del Nevado del Ruiz en 1595, 1845 y 1985.
¿Un meteoroide?
Otra explicación es que un meteoroide (una pequeña roca del espacio) entró en la atmósfera. Freddy Moreno, un experto en astronomía, explica que estos cuerpos viajan a gran velocidad y generan ondas de choque muy fuertes. A veces, también producen olores intensos, que los testigos describen como "azufrados".
La gente podría no haber visto una luz brillante porque, en estos casos, solo la mitad de las personas la perciben. Una prueba de esta teoría es la similitud con el evento de Cheliábinsk en Rusia, el 15 de febrero de 2013. Allí, un meteoroide explotó a más de veinte kilómetros de altura, causando una onda de sonido que rompió vidrios y dejó a más de mil personas heridas. También provocó un pequeño temblor.
Otros eventos similares han ocurrido en Colombia. Por ejemplo, el 7 de julio de 2007, una fuerte explosión sorprendió al departamento del Valle del Cauca. Días después, se encontraron pequeños meteoritos que habían caído en techos de casas. El 5 de septiembre de 2010, otro meteorito estremeció el departamento de Santander con una explosión.
Fenómenos aún más grandes, como la explosión de Tunguska en Siberia en 1908, se explican por la entrada de un meteoroide que explotó a 5 kilómetros de altura. Esto arrasó una gran área de bosques y causó un pequeño sismo. El olor a azufre es un síntoma común del paso de un meteoroide, según muchos informes.
Incluso, una investigación reciente sobre el pintor Gregorio Vázquez de Arce y Ceballos, que vivió en esa época, encontró dos de sus cuadros donde los ángeles lanzan meteoritos desde el cielo. Esto podría ser una forma de la época de explicar este tipo de fenómenos.
Conclusión sobre el Tiempo del Ruido
El Tiempo del Ruido es un evento histórico cuya explicación aún no es definitiva. Gracias a la ciencia y a estudios detallados, se han propuesto varias ideas sobre lo que pudo haber pasado.
Un informe original del jesuita Pedro de Mercado, publicado en el Boletín de Historia y Antigüedades, confirma los hechos descritos. Este manuscrito, cercano a la fecha del evento, ayuda a entender lo que sucedió.
Aunque algunos expertos inicialmente descartaron la erupción de un volcán por falta de pruebas, tanto el Servicio Geológico Colombiano como el Instituto Smithsoniano reconocen que falta mucho por conocer sobre la historia geológica de los volcanes de la región. Esto deja abierta la posibilidad de una erupción no registrada en esa fecha.
La descripción de los cronistas de la época podría coincidir con el paso de un meteoroide sobre el centro de Colombia. Esto explicaría la onda de sonido que despertó a la gente, las explosiones por la fragmentación del meteoroide y los olores a azufre.
El estudio de la obra del pintor Gregorio Vázquez de Arce y Ceballos sugiere que pudo haber sido el paso y la posible caída de una lluvia de meteoritos sobre Bogotá. Esto sería un fenómeno natural, no misterioso ni supersticioso. Sin embargo, aún queda la duda sobre la duración del ruido, que el cronista Mercado describió como de un cuarto de hora.