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Saturnino Herrán para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Saturnino Herrán
Autorretrato con calavera (c. 1918).png
Autorretrato con calavera
Información personal
Nombre de nacimiento Saturnino Efrén de Jesús Herrán Guinchard​
Nacimiento 9 de julio de 1887
Aguascalientes (Aguascalientes, México)
Fallecimiento 8 de octubre de 1918
Ciudad de México (México)
Nacionalidad Mexicana
Lengua materna Español
Familia
Padres José Herrán y Bolado
Josefa Guinchard Medina
Cónyuge Rosario Arellano
Hijos José Francisco Herrán Arellano
Educación
Educado en Academia de San Carlos
Información profesional
Ocupación Pintor y profesor universitario
Años activo 1904-1918
Obras notables Labor o El Trabajo, Molino de vidrio y Vendedoras de ollas, La leyenda de los volcanes, La cosecha, Vendedor de plátanos, La criolla del mantón, La ofrenda y El jarabe, Tehuana, Mujer con calabaza, El cofrade de San Miguel, Nuestros dioses
Firma
Firma de Saturnino Herrán.svg

Saturnino Efrén de Jesús Herrán Guinchard (nacido en Aguascalientes el 9 de julio de 1887 y fallecido en la Ciudad de México el 8 de octubre de 1918), conocido como Saturnino Herrán, fue un pintor mexicano muy importante a principios del siglo XX. Su arte forma parte del modernismo y se le considera uno de los primeros en el muralismo en México.

Sus pinturas son famosas por mostrar historias antiguas de México y escenas de la vida diaria de la gente común y los pueblos indígenas. Aunque solo vivió 31 años, creó algunas de las obras de arte más reconocidas de México, como La leyenda de los volcanes, Tehuana, La criolla del mantón y Nuestros dioses. Desde 1988, su trabajo es considerado un Monumento Artístico en México.

La Vida de Saturnino Herrán

Archivo:Placa de la casa donde nació Saturnino Herrán, Aguascalientes, México
Placa de la casa donde nació Saturnino Herrán, Aguascalientes, México

Sus Primeros Años y Familia

Saturnino Herrán nació en Aguascalientes el 9 de julio de 1887. Sus padres fueron José Herrán y Bolado y Josefa Guinchard Medina. Su padre era una persona muy talentosa: fue tesorero del estado de Aguascalientes y también profesor. Además, le gustaba inventar cosas y escribir.

La madre de Saturnino, Josefa Guinchard Medina, tenía raíces francesas y suizas. Venía de una familia de hacendados (dueños de grandes fincas) en Aguascalientes. En 1902, la familia Herrán se mudó a la Ciudad de México.

Saturnino estudió primero en el Colegio de San Francisco Javier. En 1901, entró a la preparatoria en el Instituto de Ciencias de Aguascalientes. Allí conoció a amigos que serían importantes en su vida, como Ramón López Velarde.

El 18 de enero de 1903, cuando Saturnino tenía solo quince años, su padre falleció. Esto fue un momento muy difícil para él y su madre.

Su Formación Artística

En 1904, Herrán ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, antes conocida como Academia de San Carlos. En ese tiempo, la escuela había cambiado sus programas de estudio. Saturnino tuvo como maestros a importantes pintores como Antonio Fabrés y Germán Gedovius.

Primeras Obras y Aprendizaje (1904-1908)

Saturnino era un pintor muy talentoso desde joven. Por eso, cuando llegó a la academia en la Ciudad de México, no tuvo que empezar desde los cursos básicos de dibujo. Pasó directamente a las clases avanzadas.

De esta época, se conservan dibujos que muestran su habilidad. Aunque su maestro Antonio Fabrés prefería temas antiguos y exóticos, Herrán empezó a interesarse por pintar escenas de la vida diaria.

Obras como Un desocupado y Un albañil, de 1904, muestran su interés en las costumbres de la ciudad. En 1907, pintó Viejo, una obra que ya mostraba su estilo moderno. Con Germán Gedovius, aprendió a manejar la pintura y a representar figuras de trabajadores humildes, que serían muy importantes en su obra.

Consolidación de su Estilo (1908-1911)

Archivo:1908. Labor. Saturnino Herrán
La labor. 1908.

En 1908, Herrán terminó Labor, su primera obra con un estilo muy definido. Dos años después, creó dos grandes paneles para la Escuela de Artes y Oficios. En estas obras, resaltó la importancia del trabajo para el progreso del país.

En 1909, pintó Molino de Vidrio, que muestra el contraste entre el progreso y el cansancio del trabajo físico. En sus primeras obras importantes, Herrán mezcló el realismo de los pintores de costumbres con un estilo más moderno. Esto se ve en obras como Vendedoras de ollas (1909) y Flora.

En estas pinturas, Herrán mostraba personajes con personalidades muy claras. No le interesaba pintar figuras abstractas, sino hombres y mujeres reales. Las escenas que creaba eran a menudo un poco vagas, como fuera de lo común.

De esta época es el tríptico La leyenda de los volcanes, que se cree fue creado entre 1910 y 1912. Esta obra cuenta la trágica historia de dos amantes. Es una mezcla de varias ideas del modernismo, con una visión un poco triste del amor. Lo novedoso de esta pintura es que usa una leyenda indígena para expresar sentimientos profundos y personales.

Herrán participó en dos exposiciones en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1910. Sus obras llamaron mucho la atención del público y de los críticos.

La Mexicanización de su Arte (1912-1914)

En esta etapa, Saturnino Herrán consolidó su estilo artístico, adoptando las formas y modelos del modernismo. Su arte se volvió más "mexicano", similar a cómo el poeta Ramón López Velarde pasó de un estilo más internacional a uno que celebraba lo propio de México.

Una de las primeras obras de esta fase es Vendedor de plátanos. Aquí, Herrán vuelve a mostrar a un trabajador cansado por su labor, pero ahora se enfoca en su edad avanzada y lo sitúa en un ambiente urbano. En este periodo, también empezó a estudiar arquitectura, pintando interiores y fachadas de iglesias que usaba como fondo para sus personajes.

A diferencia de otros pintores que dignificaban a los ancianos, Herrán mostraba el paso del tiempo en sus cuerpos. De esta época destacan obras que reflejan cómo la Revolución Mexicana afectó a las personas más vulnerables.

El tema religioso también se hizo importante en su obra a partir de 1913. Pintó La ofrenda o La trajinera, donde se ve a una familia en Xochimilco llevando flores a sus difuntos. Cada personaje representa una etapa de la vida, desde la niñez hasta la vejez, sugiriendo que es un viaje de toda la humanidad.

En El jarabe (1913) y La Tehuana (1914), Herrán pinta a mujeres fuertes y orgullosas. Estas obras, junto con El gallero (1912), muestran la influencia del arte japonés en su trabajo. Con El gallero, Herrán fue muy reconocido en una exposición.

La Tehuana es un retrato de su esposa, Rosario Arellano. En esta pintura, Herrán destaca el traje típico de las mujeres del Istmo de Tehuantepec. Herrán también pintó alegorías indígenas mezcladas con su estilo, como en El beso de la muerte (1913), donde se mezclan ideas de la vida y la muerte.

Herrán quería hacer una exposición individual de su obra, pero los problemas políticos de la época lo impidieron. Además, su vida familiar fue complicada, lo que retrasó sus planes.

Archivo:Saturnino Herrán - The offering - Google Art Project
La ofrenda. 1913

Últimos Años y Obras (1915-1918)

Durante la última etapa de la Revolución Mexicana, Herrán se ganaba la vida haciendo ilustraciones para libros y revistas, y dando clases en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Tenía un taller donde trabajaba, y sus pinturas se volvieron más luminosas, a pesar de los tiempos difíciles. De esta época es la serie de Las Criollas (1915-1917), que celebran la mujer mexicana y la cultura del país.

Archivo:Casa Saturnino Herrán
Edificio de la calle Mesones número 82-84. Aquí se encontraba la casa taller de Saturnino Herrán.

En La criolla del mantón (1915), Herrán muestra a una figura femenina con un mantón de seda que recuerda la época colonial. En La criolla del mango (1915), presenta otros elementos culturales mexicanos, como flores de cempasúchil. El rebozo (1916) tiene un significado nacionalista y muestra elementos como el Sagrario Metropolitano al fondo, simbolizando la mezcla de culturas. En la Criolla de la mantilla (1917), se ve la importancia de las raíces españolas en la cultura mexicana.

El quetzal es una obra que contrasta con Las Criollas. Muestra una figura masculina con motivos indígenas y mitológicos, como un sátiro. Aquí, Herrán parecía seguir las ideas de Manuel Gamio, quien buscaba mezclar el arte europeo con el arte indígena.

Archivo:El cófrade de San Miguel de Saturnino Herrán, 1917
El cofrade de San Miguel de Saturnino Herrán, 1917

La obra que mejor muestra la mezcla de razas y el "criollismo" en el arte de Herrán es el friso Nuestros dioses. Empezó a idearlo en 1914 para que fuera un mural en el Palacio de Bellas Artes. En esta obra, Herrán combinó la figura de la diosa azteca Coatlicue con la de Cristo crucificado, creando una mezcla original y poderosa. Esta obra representaba la historia de México de una manera muy profunda.

En sus últimos años, Herrán también hizo pinturas de costumbres, como De feria y Comadre, cuando me muera.... En Viejecita y El cofrade de San Miguel (ambas de 1917), volvió a mostrar la figura de la vejez, pero con una expresión de paz. Sus retratos, como Herlinda (1915) y El de San Luis (1918), muestran su habilidad para captar el carácter de las personas, reflejando un gran sentido de la humanidad.

En sus últimos meses, Herrán trabajó en el primer panel de Nuestros dioses y en un retrato de Simón Bolívar. Estaba muy enfermo del estómago y tuvo que someterse a una cirugía.

Su Fallecimiento

Desde 1916, Saturnino Herrán se veía enfermo. En 1918, su estado empeoró y tuvo que ser hospitalizado. Durante su enfermedad, decía que no quería morir porque aún tenía mucho que pintar. Se dice que, al sentir que su brazo derecho se paralizaba, pidió papel y lápices para dibujar una pequeña máscara prehispánica. Fue su último contacto con el arte. Una cirugía mal realizada fue lo que finalmente le quitó la vida.

Herrán creía que el arte, y no la violencia de la Revolución, transformaría a México. En su lecho de muerte, dijo: "Doctor, no me deje morir porque México necesita de mi pintura."

Saturnino Herrán no tuvo una exposición individual en vida. Por eso, sus amigos organizaron una exposición en su honor un mes y medio después de su muerte.

Un año después de su fallecimiento, su amigo Ramón López Velarde le dedicó un poema llamado Oración fúnebre, que es un homenaje a su vida y obra.

¿Qué Influencias Tuvo Saturnino Herrán?

Saturnino Herrán comenzó a estudiar dibujo y pintura con José Inés Tovilla y Severo Amador. Después, tuvo maestros como Julio Ruelas, Antonio Fabrés, Leandro Izaguirre y Germán Gedovius.

La influencia de Julio Ruelas fue importante para que Herrán se atreviera a representar figuras masculinas de una manera más libre y con líneas marcadas. También influyó en su uso de elementos decorativos y en sus ilustraciones para revistas.

La influencia del pintor español Ignacio Zuloaga le ayudó a buscar una forma auténtica de representar al pueblo y las costumbres de México, sin caer en lo superficial.

Herrán también fue amigo del poeta Ramón López Velarde. Se conocieron en la Ciudad de México en 1904, aunque es posible que ya se conocieran desde Aguascalientes. Ambos se influyeron mutuamente en sus trabajos, compartiendo temas nacionalistas.

El Estilo Artístico de Herrán

Archivo:La Criolla del Mantón de Saturnino Herrán en el Museo de Aguascalientes
La criolla del mantón. 1915.

Saturnino Herrán tenía un estilo figurativo que combinaba el realismo (pintar las cosas tal como son) con el simbolismo modernista (usar símbolos para expresar ideas). Sus obras tienen líneas suaves y onduladas que les dan una belleza especial. Los personajes que pintaba tienen una actitud real y digna, pero a la vez parecen parte de un mito, como si fueran metáforas de algo más grande.

Herrán no siempre tuvo los materiales para pintar con óleo, así que a menudo usaba acuarelas y lápices de colores. Con esto, logró un efecto nuevo y sorprendente. A esta técnica, que mezclaba lápices de colores con manchas de acuarela, la llamó "dibujo acuarelado".

Herrán siempre mantuvo el "mexicanismo" en su obra. Siempre pintó tipos de personas, costumbres, historias, criollos, mestizos e indígenas, mostrando los rostros y la sociedad de México. También era un buen caricaturista, gracias a su habilidad para captar la esencia de las personas.

Herrán creía que la diosa azteca Coatlicue y Cristo eran símbolos de la identidad mexicana. Para él, la mezcla de estas dos figuras representaba la unión de las dos raíces de México: la indígena y la española. Sus dibujos para el friso Nuestros dioses son muy emotivos y muestran su gran talento como dibujante y su sabiduría para la composición. Aunque no pudo terminar su gran mural en el Palacio de Bellas Artes, su idea fue un paso muy importante para el arte mexicano.

Reconocimientos y Legado

El 29 de noviembre de 1988, el gobierno de México reconoció a Saturnino Herrán como un artista patrimonial. Toda su obra plástica fue declarada Monumento Artístico. Esto significa que sus obras son muy importantes para la cultura de México y están protegidas por la ley.

Obras Famosas de Saturnino Herrán

Algunas de las obras más conocidas de Saturnino Herrán son: Labor o El Trabajo (1909), Molino de vidrio (1909), Vendedoras de ollas (1909), La leyenda de los volcanes (sin fecha), La cosecha, Vendedor de plátanos, La criolla del mantón, La ofrenda, El jarabe, Tehuana, Mujer con calabaza, El cofrade de San Miguel, la serie Criollas y el tríptico Nuestros dioses. Su arte se inspira principalmente en el México antiguo, las costumbres populares y la gente del pueblo.

Las figuras que pintaba Saturnino Herrán han sido comparadas con las tradiciones del arte español, especialmente con las obras de Velázquez y José de Ribera, y también con el modernismo catalán.

La dama del mantón

Esta obra fue creada en 1914. La inspiración para esta pintura fue su esposa, con quien se casó ese mismo año.

La pintura muestra la técnica precisa del artista, además de un gran simbolismo y belleza.

Nuestros dioses

Archivo:Obras-Nuestros-dioses-antiguos-de-Herrán
Nuestros dioses antiguos. 1917.

El friso Nuestros dioses es una representación de la mezcla de culturas en México. Fue una obra pensada para ser un mural en el Teatro Nacional (hoy Palacio de Bellas Artes). Sin embargo, Herrán no pudo terminarla porque enfermó y falleció antes de completarla.

Archivo:Friso central de 'Nuestros dioses' (Coatlicue), de Saturnino Herrán en el Museo Aguascalientes 05
Tablero central de 'Nuestros dioses' (Coatlicue), de Saturnino Herrán en el Museo Aguascalientes

La obra fue diseñada como un tríptico, con tres paneles. El panel izquierdo y el derecho miden 57.5 cm x 175 cm, y el panel central mide 88.5 x 62.5 cm. Los paneles están relacionados de forma simétrica.

El panel izquierdo representa el pasado indígena. En él se ven doce indígenas fuertes, algunos llevando ofrendas y otros en actitud de respeto.

El panel derecho representa la herencia española. Muestra doce hombres divididos en grupos, incluyendo un conquistador y monjes que llevan una imagen de la Virgen María. En este panel predominan los colores azules y marrones.

El panel central muestra una versión especial de la diosa Coatlicue con un Cristo dentro de su cuerpo. Se puede interpretar que el culto a Coatlicue representaba el ciclo de la vida y el renacer, y dentro de ella nace Cristo. Este punto central es donde se encuentran los dioses, uniendo la tierra y el cielo.

Nuestros dioses muestra cómo se unen elementos religiosos españoles y prehispánicos, creando un espacio donde las culturas conviven. Coatlicue y Cristo representan lo divino, y su fusión simboliza la coexistencia de diferentes mundos.

En la figura de Coatlicue, Herrán muestra dos aspectos importantes de la identidad mexicana que a la vez parecen opuestos. Es una representación de dualidades como mujer/serpiente, ser humano/dios, vida/muerte, madre/hijo, tierra/cielo, etc. El pintor combina lo indígena con la cultura occidental para formar los significados culturales de la nación.

La Tehuana

Las Tehuanas son mujeres del estado de Oaxaca, y son un símbolo de fuerza, belleza y valentía. Sus trajes son coloridos y bordados a mano, mostrando elegancia y habilidad.

Al igual que en otras de sus obras, Saturnino se inspiró en su esposa Rosario para esta pintura. La obra está llena de simbolismo y muestra las costumbres mexicanas y zapotecas. Refleja la gran diversidad cultural de México.

La ofrenda

Quizás una de sus obras más famosas, La ofrenda, realizada en 1911, muestra a diferentes personajes que representan las edades del ser humano, desde el nacimiento hasta la vejez. El 9 de julio de 2013, para celebrar su cumpleaños, el buscador de internet Google le dedicó un doodle con esta obra.

Lista de Obras Importantes

Basada en el texto de Luis Garrido:

  • El trabajo, 1909, óleo sobre tela.
  • Vendedoras de ollas, 1909, óleo sobre tela.
  • Molino de vidrio, 1909, óleo sobre tela.
  • La leyenda de los volcanes sin fecha, óleo sobre tela.
  • Panneau decorativo sobre el trabajo (lateral izquierdo), 1910, óleo sobre tela.
  • Panneau decorativo sobre el trabajo (lateral derecho), 1910, óleo sobre tela.
  • Los ciegos, 1910, óleo sobre tela.
  • Bugambilias, 1911, óleo sobre tela.
  • La leyenda de los volcanes (tríptico), óleo sobre tela.
  • La raza dormida, 1912, dibujo al carbón sobre papel.
  • India, 1912, dibujo al carbón sobre papel.
  • El hombre del cántaro, 1912, dibujo en color sobre papel.
  • La Catedral de México, 1912, dibujo acuarelado sobre papel.
  • La linternilla, 1913, dibujo sobre papel.
  • El beso de la muerte, 1913, dibujo al carbón sobre papel.
  • Retrato del señor Alberto Cañas González, óleo sobre tela.
  • Los forjadores, 1913, dibujo al carbón sobre papel.
  • El viejo y el Cristo, 1913, dibujo al carbón sobre papel.
  • La cocinera, 1913, dibujo al carbón sobre papel.
  • El jarabe, 1913, óleo sobre tela.
  • La ofrenda, 1913, óleo sobre tela.
  • Chayito, 1913, dibujo al carbón sobre papel.
  • De feria, sin fecha, óleo sobre tela.
  • Vendedor de plátanos, sin fecha, óleo sobre tela.
  • El pordiosero, 1914, óleo sobre tela.
  • El gallero, 1914, óleo sobre tela.
  • Indita, 1914, dibujo al carbón y crayón acuarelado sobre papel.
  • El bebedor, 1914, crayón acuarelado sobre papel.
  • Niños pordioseros, 1914, crayón acuarelado sobre papel.
  • Los ciegos, 1914, crayón acuarelado sobre papel.
  • El último canto, 1914, crayón acuarelado sobre papel.
  • Tehuana, 1914, óleo sobre tela.
  • Herlinda, 1915, crayón acuarelado sobre papel.
  • ¿Cuánto el jarro verde?, 1915, óleo sobre tela.
  • Comadre, cuando me muera..., 1915, óleo sobre tela.
  • El paseo del perdón, 1915, dibujo al carbón sobre papel.
  • Fray Tomé de la Consolación, 1915, dibujo a tinta sobre papel.
  • La muerte del cisne, 1915, crayón acuarelado sobre papel.
  • Jardines de Francia, 1915, crayón acuarelado sobre papel.
  • Retrato del arquitecto Federico Mariscal, 1915, dibujo al carbón sobre papel.
  • Naturaleza muerta, sin fecha, crayón acuarelado sobre papel.
  • El viejo jorongo, 1915, dibujo en color sobre papel.
  • Boceto para el friso decorativo Nuestros dioses (tríptico), 1915.
  • La criolla del mantón, 1915, crayón acuarelado sobre papel.
  • El rebozo, 1916, óleo sobre tela.
  • La criolla del mango, 1916, óleo sobre tela.
  • Alicia, 1916, dibujo acuarelado sobre papel.
  • Tristeza, 1916, dibujo acuarelado sobre papel.
  • Retrato de los niños Mario y Bertha Díaz Babio, 1916, dibujo acuarelado sobre papel.
  • Las tres edades, 1916, crayón acuarelado sobre papel.
  • Santa Teresa de Ávila, 1916, óleo sobre tela.
  • Retrato de la señora Modesta Escobar de Felgueres Pani, 1916, dibujo acuarelado sobre papel.
  • Retrato de la esposa del pintor, 1916, crayón acuarelado sobre papel.
  • La sangre devota, 1916, dibujo al carbón sobre papel.
  • Silenter, 1916, dibujo a tinta sobre papel.
  • Retrato de Enrique González Martínez, 1916, dibujo al carbón sobre papel.
  • Retrato de don Artemio de Valle-Arizpe, 1916, dibujo acuarelado sobre papel.
  • El pájaro azul, 1916, dibujos a tinta sobre papel.
  • Estudio para el friso Nuestros Dioses, 1916, dibujo al carbón sobre papel.
  • Estudio para el friso Nuestros Dioses, 1917, dibujo al carbón sobre papel.
  • Doña Margarita, sin fecha, óleo sobre tela.
  • El cristo de las granadas, sin fecha, crayón acuarelado sobre papel.
  • El cófrade de San Miguel, 1917, óleo sobre tela.
  • Retrato de la señora Rosario A. de Herrán, sin fecha, óleo sobre tela.
  • El quetzal, 1917, óleo sobre tela.
  • Retrato del licenciado Lauro G. Caloca, 1917, dibujo acuarelado sobre papel.
  • Retrato del ingeniero Arturo Pani, 1917, crayón acuarelado sobre papel.
  • Retrato del escritor Manuel Toussaint, 1917, crayón acuarelado sobre papel.
  • Retrato del pintor Gonzalo Argüelles Bringas, 1917, óleo sobre tela.
  • La criolla de la mantilla, 1917, óleo sobre tela.
  • Viejecita, 1917, óleo sobre tela.
  • Viejecita, 1917, dibujo al carbón sobre papel.
  • Sátiro, 1917, dibujo al carbón sobre papel.
  • Lunario sentimental, 1917, dibujo a tinta sobre papel.
  • La virgen Úrsula, 1917, dibujo a tinta sobre papel.
  • Caballero águila, sin fecha, logotipo.
  • Pegaso, 1917, crayón acuarelado sobre papel.
  • Flechador, 1917, dibujo con crayón acuarelado.
  • Fuego sagrado, 1917, crayón acuarelado sobre papel.
  • Año Nuevo, 1917, crayón acuarelado sobre papel.
  • Con la sed en los labios, 1918, dibujo a tinta sobre papel.
  • Esquilo, 1918, dibujo a tinta sobre papel.
  • En el panteón, sin fecha, dibujo en sepia sobre papel.
  • Como Cristo, sin fecha, dibujo en sepia sobre papel.
  • Sin lágrimas, sin fecha, dibujo en sepia sobre papel.
  • Presagios, sin fecha, dibujo en sepia sobre papel.
  • Mirando al cielo, sin fecha, dibujo en sepia sobre papel.
  • Soñando, sin fecha, dibujo en sepia sobre papel.
  • Retrato de Enrique González Martínez, 1918, dibujo al carbón sobre papel.
  • Caricatura de don Artemio de Valle-Arizpe, 1918, dibujo al carbón sobre papel.
  • Caricatura de Eduardo Macedo y Abreu "Mochicho", 1918, dibujo al carbón sobre papel.
  • Salvador Díaz Mirón, 1918, dibujo al carbón sobre papel.
  • Flechador, 1918, dibujo con crayón acuarelado.
  • Flora, sin fecha, óleo sobre tela.
  • Virginia Fábregas en la caracterización de "La cena de los cardenales", sin fecha, óleo sobre tela.
  • Virginia Fábregas en la caracterización de "La Mujer X", sin fecha, óleo sobre tela.
  • Autorretrato, sin fecha, dibujo en color sobre papel.
  • La Universidad Popular Mexicana, 1918, dibujo al carbón sobre papel.
  • Boceto para un retrato de Bolívar, 1918, óleo sobre tela.
  • El de San Luis, 1918, dibujo acuarelado.
  • Retrato de los niños Consuelo y Alberto Ricardo Pani, 1918, óleo sobre tela.
  • Autorretrato, dibujo al carbón sobre papel.

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