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Retablo mayor de la catedral de Oviedo para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Retablo mayor de la Catedral de Oviedo
Oviedo - Catedral 37.jpg
Autor León Picardo y Juan de Balmaseda
Creación 1512
Material Madera

El Retablo mayor de la catedral de Oviedo es una impresionante obra de arte hecha de madera. Se encuentra en la catedral de Oviedo, en la ciudad de Oviedo, España. Este retablo es una pieza grande y colorida que cubre gran parte de la pared trasera de la capilla principal de la catedral.

Fue creado en un estilo llamado tardogótico hispano-flamenco. El retablo cuenta con 23 escenas que muestran momentos importantes de la vida de Jesucristo. Estas escenas se dividen en tres grupos: su infancia, su vida pública y su pasión, muerte y resurrección. El propósito de esta obra era enseñar la doctrina cristiana, hacer que la catedral luciera más grandiosa y servir como una guía visual para las personas que no tenían mucha educación religiosa en esa época.

El obispo Valeriano Ordóñez de Villaquirán encargó la escultura al artista Giralte de Bruselas. Él trabajó en el retablo entre 1512 y 1517, con la ayuda de otros artistas como Juan de Balmaseda, Guillermo de Holanda y Esteban de Amberes. Años después, el obispo Diego de Acuña encargó la pintura y el color (policromado) al artista León Picardo, quien trabajó de 1529 a 1531.

Historia del Retablo Mayor

¿Cómo se creó la escultura del retablo?

Hacia el año 1498, se terminaron las bóvedas de la nave central de la catedral. Esto permitió que la iglesia pudiera añadir elementos importantes para la decoración y las ceremonias. Entre ellos, el retablo mayor era la obra más deseada y a la que se le dedicarían más recursos.

La función principal del retablo era enseñar la doctrina cristiana y el Evangelio. Especialmente, quería mostrar la "Gloria del Salvador" de una manera muy impactante. También servía para demostrar la riqueza y el poder de la sede episcopal de Oviedo. Además, tenía un propósito educativo. Al representar escenas de la vida de Jesucristo, hacía que las enseñanzas cristianas fueran más fáciles de entender para las personas. En esa época, la mayoría de la gente no tenía mucha educación, por lo que el retablo era un gran apoyo visual para las predicaciones.

El obispo Valeriano Ordóñez de Villaquirán fue quien decidió asumir el gran costo de construir un retablo tan grande. Él mismo donó 300 ducados de oro, una cantidad muy importante.

El obispo, que vivía en Burgos, contrató a Giralte de Bruselas el 30 de agosto de 1511. Giralte ya había trabajado en la sillería del coro de la catedral de Zamora. El contrato decía que debían usar las figuras y la madera de un antiguo "ciborio" (una especie de baldaquino) que ya existía. Las obras comenzaron en julio de 1512, y Giralte de Bruselas instaló su taller en Oviedo.

Giralte era considerado el "maestro del retablo". Él se encargaba del diseño, la supervisión y la organización del trabajo. También era el "entallador", es decir, el que esculpía las partes decorativas como los "doseletes" (adornos en forma de dosel), "cresterías" (adornos en la parte superior) y "pináculos" (torrecillas puntiagudas), además de las esculturas principales.

En 1515, se unieron al trabajo otros dos escultores de Flandes: Guillermo de Holanda y Esteban de Amberes. A ellos se les atribuyen las figuras de los apóstoles y profetas en los lados del retablo.

En 1516, el obispo Diego de Muros contrató a Juan de Balmaseda para ayudar con las esculturas. Se cree que Balmaseda hizo una parte importante del retablo, aunque trabajó en él por un tiempo relativamente corto.

A finales de 1516, el cabildo catedralicio (el grupo de sacerdotes que dirige la catedral) pidió que se evaluara el trabajo. Esto era una costumbre para fijar el precio. El 8 de mayo de 1517, el cabildo ordenó el pago a los artistas.

¿Cómo se pintó y se le dio color al retablo?

El proceso de pintar y dar color (policromar) un retablo era muy laborioso y costoso. A menudo, el costo de la pintura era mayor que el de la escultura, porque se usaba oro y otros materiales importados. Por eso, muchos retablos tardaban años en completarse o incluso se quedaban sin pintar.

En el caso del retablo de Oviedo, pasaron cinco años después de que se terminara la escultura. El 22 de julio de 1522, el obispo Diego de Muros contrató a Alonso Berruguete para policromar el retablo por 2.200 ducados. Esta cantidad era siete veces el sueldo total de todos los trabajadores de la catedral en 1521, lo que muestra lo caro que era este trabajo. Berruguete se comprometió a empezar pronto y a terminar en un año y medio.

Sin embargo, Alonso Berruguete no llegó a realizar el trabajo. Esto se debió a una crisis económica en la diócesis de Oviedo después de un incendio en la ciudad en 1521, y también a que el artista estaba más interesado en trabajar para la corte. El 25 de octubre de 1529, se terminó el contrato con Berruguete después de un largo problema legal.

En marzo de 1529, el obispo Diego de Acuña contrató al artista francés León Picardo. Picardo ya era famoso por haber policromado el retablo de la Capilla del Condestable en la catedral de Burgos. En este caso, el trabajo se contrató por 2.500 ducados, con un plazo de dos años. Las condiciones del contrato eran muy estrictas para evitar los problemas que tuvieron con Berruguete.

En junio de 1531, el policromado del retablo estaba casi terminado. El cabildo llamó a dos expertos para que evaluaran la obra. La valoración final fue de 2.470 ducados. El 21 de agosto de 1531, se le pagó a León Picardo, dando por finalizado el trabajo de policromado y, por lo tanto, el retablo completo.

¿Qué cambios ha tenido el retablo a lo largo del tiempo?

El retablo que vemos hoy fue restaurado en el siglo XIX. El obispo Benito Sanz y Forés encargó esta restauración en abril de 1878. Se repararon adornos y esculturas por tallistas de Oviedo. El dorado y la pintura estuvieron a cargo del taller de Antonio Gasch de Valencia, que trabajó desde julio de 1878 hasta octubre de 1879.

Durante esta restauración del siglo XIX, se eliminó la pintura original del siglo XVI y se volvió a pintar todo el retablo. Aunque se intentaron seguir los colores originales, en algunos casos se usaron otros que parecían más adecuados en ese momento. Las figuras, que antes estaban simplemente encajadas, se fijaron con ganchos y cables de acero, lo que causó algunos daños.

Los mayores daños que sufrió el retablo ocurrieron debido a los bombardeos que afectaron a la catedral. Las ventanas que estaban encima del retablo se rompieron, causando goteras. En un lado, el agua caía directamente sobre las figuras, borrando la pintura y haciendo imposible identificar a cuatro profetas. Además, muchos adornos se cayeron del retablo. En la década de 1950, se repararon todos estos daños.

Finalmente, en 1989, se realizó la última y más completa restauración del retablo. Quedó listo para la visita del papa Juan Pablo II a la catedral de Oviedo en agosto de ese año.

Características del Retablo

¿Cómo es el retablo en tamaño y materiales?

El retablo mide 14 metros de altura. Pero como está sobre un "pedestal" (una base), se eleva 1,85 metros más sobre el suelo del "presbiterio" (la parte delantera del altar). Así, la altura total que se ve del retablo es de 15,85 metros. El pedestal fue construido después por el maestro de obras Pedro de Tijera.

Hoy en día, este pedestal está escondido por la sillería del coro (los asientos de los sacerdotes) que se construyó en 1902. El obispo Ramón Martínez Vigil decidió mover el coro de la nave central, y la antigua sillería gótica era demasiado alta y taparía la parte baja del retablo.

El retablo tiene un ancho de 10,35 metros en la parte frontal, que es el mismo ancho que la capilla principal. Sin embargo, como el retablo se adapta a la forma poligonal del "ábside" (la parte semicircular o poligonal al final de la iglesia), su ancho total si se extendiera sería de 16 metros. Está anclado a las paredes de la capilla, dejando un pequeño espacio detrás.

El retablo también esconde las ventanas de vitrales que estaban debajo del "triforio" (una galería superior) de la capilla. Estas ventanas inferiores también están ocultas por fuera por la "girola" (un pasillo que rodea el altar) construida en el siglo XVII.

Las maderas usadas para construir el retablo son de dos tipos. Todas las esculturas están hechas de madera de nogal. Esta madera era muy común en España e Italia y es muy estable y resistente. La estructura principal, las vigas y los "encasamentos" (los huecos donde van las escenas) están hechos de madera de castaño. Esta madera es muy resistente, elástica y grande, lo que la hacía ideal para la estructura.

¿Qué escenas y figuras se muestran en el retablo?

Archivo:Esquema retablo catedral Oviedo
Esquema iconográfico del retablo mayor de la catedral de Oviedo.

La historia que cuenta el retablo se organiza en tres grandes grupos de escenas de la vida de Jesús.

El primer grupo es el Ciclo de la Infancia, que incluye las escenas 1 a 7. Las primeras cuatro están en la "predela" (la parte baja del retablo). Las escenas son: La Anunciación (I), La Visitación (II), Nacimiento de Cristo (III), La Adoración de los Reyes (IV), La Presentación del Niño en el Templo (V), La Huida a Egipto (VI) y Jesús ante los doctores (VII).

El Ciclo de la Vida pública es el más corto, con las escenas 8 a 11: El Bautismo de Cristo (VIII), Las Tentaciones de Cristo (IX), Las Bodas de Caná (X) y La Resurrección de Lázaro (XI).

El último y más importante grupo es el Ciclo de la Pasión, Muerte y Resurrección, que va de la escena 12 a la 23. Incluye las tres escenas centrales. Son: La Entrada en Jerusalén (XII), La Oración en el huerto (XIII), La Flagelación (XIV), La Coronación de Espinas (XV), Camino del Calvario (XVI), El Calvario. La Crucifixión (XVII), La Resurrección de Cristo (XVIII), La Duda de Santo Tomás (XIX), La Ascensión del Señor (XX), Pentecostés (XXI) y Cristo en Majestad (XXIII).

Una escena especial es la Asunción de la Virgen (XXII), que no es un evento de los Evangelios, pero era muy importante en España en esa época. Esta escena ocupa el centro del retablo. Aquí, el cabildo catedralicio pidió que se incluyera la imagen del obispo Ordóñez de Villaquirán, quien impulsó la creación del retablo.

En la "predela" (la base del retablo), las escenas están rodeadas por figuras de santos. De izquierda a derecha, son: San Sebastián (A), San Ambrosio (B), San Gregorio Magno (C), San Pedro (D), San Pablo (E), San Jerónimo (F), San Agustín (G) y San Roque (H).

Además de las esculturas de la predela, hay otras figuras en las partes decorativas del retablo. En las "polseras" (los lados) hay figuras de personajes bíblicos. En el lado izquierdo, de seis figuras, solo se conocen dos: Gedeón (a) y Othoniel (e). En el lado derecho, de abajo a arriba, están: Samuel (g), Jair (h), Aod (i), Sansón (j), Jud Tola (Toda) (k) y Jud Amgar (Samgar) (l).

Entre las columnas y en las esquinas inferiores del segundo nivel, hay figuras de los Apóstoles. De izquierda a derecha, son: Mateo (I), Bartolomé (J), Santiago el Menor o el de Alfeo (K), Juan (L), Andrés (M), Pedro (N), Pablo (O), Santiago el Mayor (P), Felipe (Q), Matías (R), Tomas (S) y Simón (T).

En los espacios entre las columnas del tercer nivel, hay figuras de Profetas. De izquierda a derecha: (U): Zacarías, Elías y Sofonías, (V): Naum, Jonás y Amós, (W): Ezequiel, Isaías y Oseas, (X): Joel, Jeremías y Daniel, (Y): Abdías, Miqueas y Eliseo, (Z): Habacuc, Ageo y Malaquías.

Finalmente, en el "guardapolvo" (el marco superior del retablo), hay figuras que representan a los Reyes de Judá. De izquierda a derecha: Josafat (1), Asa (2), Amasías (3), Salomón (4), Jonatás (5), David (6), Josías (7), Ezequías (8), Joata (9) y Azarías (10).

¿Qué estilo artístico tiene el retablo?

Gracias a las intensas relaciones comerciales entre la Corona de Castilla y Flandes en el siglo XV, muchos artistas del norte de Europa, especialmente de Flandes, llegaron a trabajar en las catedrales e iglesias españolas. Por eso, se siguieron construyendo retablos y esculturas religiosas de estilo gótico durante los siglos XV y XVI, incluso cuando ya había comenzado el Renacimiento. El estilo gótico se convirtió en el preferido por la iglesia.

A diferencia de los retablos del norte de Europa, que solían tener pocas escenas con muchas figuras, en España se hicieron muchos retablos con escenas en huecos llamados "encasamentos". Estos estaban organizados de forma geométrica y cronológica, con muchas figuras y adornos. Las figuras tienen mucha expresividad y dramatismo, más al estilo flamenco que al renacentista italiano. El retablo era como un gran libro visual para ayudar a la gente a entender los Evangelios y a sentir una gran devoción.

El cabildo de la catedral de Oviedo siguió esta tendencia al encargar el retablo mayor a Giralte de Bruselas. El retablo de Oviedo tiene 23 escenas o encasamentos, divididos en cinco "calles" (columnas verticales) y cuatro "pisos" (filas horizontales), además de cuatro escenas en la "predela". La calle central es más grande que las laterales. Todo el conjunto se adapta a la forma poligonal de la capilla principal. Aunque la obra es claramente gótica, tiene elementos renacentistas que la hacen diferente de otros retablos de la época. Por ejemplo, la parte superior del retablo es recta y las escenas están alineadas de forma geométrica. Esto es diferente de otros retablos góticos, como el de la catedral de Toledo, que tienen una forma escalonada.

Otro detalle renacentista es la forma de "leer" las escenas del retablo. En Oviedo, se empieza a leer desde la parte inferior izquierda, subiendo y yendo de izquierda a derecha. En los retablos góticos, lo normal era empezar por la parte superior izquierda y bajar.

¿Quién hizo cada parte del retablo?

Casi todo el retablo fue esculpido por dos artistas: Giralte de Bruselas, el maestro principal, y Juan de Balmaseda, quien se unió al trabajo a partir de 1516.

El estilo de Giralte de Bruselas es formal y tranquilo, sin mostrar grandes emociones. Los rostros son ovalados, con expresiones pacíficas y narices rectas. Las figuras femeninas son redondeadas, al gusto renacentista. Las bocas están talladas de la misma manera en hombres y mujeres: cerradas con los labios ligeramente abiertos. También se le reconoce por cómo esculpe el cabello: largo, liso y un poco ondulado, a veces cubriendo la cabeza o las orejas. A Giralte le preocupaba mucho el entorno de las figuras, ya sea arquitectónico o paisajístico, como se ve en las escenas de la infancia que él hizo. Esto es diferente de Balmaseda, que se centraba más en el dramatismo de las figuras.

Giralte esculpió las figuras sueltas de la "predela" y las escenas del Ciclo de la Infancia: Anunciación, Visitación, Nacimiento de Cristo (excepto San José), Adoración de los Reyes, Presentación del Niño en el Templo (excepto San José y Simeón), la Huida a Egipto y Jesús entre los doctores. También hizo Las Bodas de Caná (excepto Jesús y la Virgen), el ángel del Bautismo de Cristo y la Asunción de la Virgen, incluyendo la figura del obispo Villaquirán.

Por su parte, Juan de Balmaseda seguía la tradición del arte religioso español de origen flamenco. Él se preocupaba más por la devoción que por la exactitud anatómica o histórica de las figuras. Sus obras tienen mucho dramatismo y expresividad, con rostros tensos y bocas entreabiertas, lo que intensifica la emoción. El cabello lo esculpía en mechones separados que caen sobre los hombros, dejando a menudo las orejas descubiertas.

Las escenas que se cree que hizo Balmaseda son: La Duda de Santo Tomás, el Bautismo de Cristo (excepto el ángel), las figuras de Jesús y la Virgen de Las Bodas de Caná, Las Tentaciones de Cristo, La Resurrección de Lázaro, La Coronación de Espinas, las figuras de Cristo y Pilatos en La Flagelación, el Camino del Calvario, La Crucifixión, La Resurrección de Cristo y el Cristo en Majestad. También se cree que su taller tuvo una gran participación en La Ascensión y Pentecostés.

Ambos artistas trabajaron juntos en el retablo a partir de 1516. Por la descripción de sus estilos, se puede ver que colaboraron en varias escenas: Natividad, Presentación del Niño en el Templo, Bautismo de Jesús, Las Bodas de Caná, Las Tentaciones de Cristo, La Oración en el huerto y La Flagelación.

Como se mencionó, el acuerdo entre el obispo Ordóñez de Villaquirán y Giralte de Bruselas incluía usar madera y figuras de un "ciborio" (una estructura antigua) que ya existía. Las figuras que se reutilizaron son las de los Reyes de Judá que están en el "guardapolvo" (el marco superior). Se cree esto porque las características de estas figuras no se parecen a ninguna otra del retablo, pero sí a las de la sillería del coro, que se hizo unos años antes. La forma de la nariz, el cabello, las barbas y la ropa de estas figuras las relacionan más con la sillería del coro que con el resto del retablo. Además, estas figuras son de "bulto redondo" (esculpidas por todos lados), lo que parece un cuidado excesivo para figuras que están tan arriba en el retablo y son difíciles de ver en detalle. Estas figuras se sacaron del ciborio, se cortaron en diagonal y se les añadieron "filacterias" (cintas con inscripciones). En ellas, León Picardo pintó el nombre de su nueva atribución.

Véase también

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Retablo mayor de la catedral de Oviedo para Niños. Enciclopedia Kiddle.