Privilegio de la Unión (1287) para niños
Los dos Privilegios de la Unión fueron documentos importantes que el rey Alfonso III de Aragón concedió a la Unión Aragonesa en el año 1287. Estos documentos establecían una serie de derechos y libertades que un grupo de nobles y personas influyentes, que se hacían llamar representantes del Reino de Aragón, exigían al rey.
Contenido
¿Qué fueron los Privilegios de la Unión?
Los Privilegios de la Unión fueron dos acuerdos muy importantes. Con ellos, la Unión Aragonesa buscaba limitar el poder del rey y asegurar que sus miembros tuvieran ciertos derechos.
¿Por qué se crearon estos privilegios?
En 1286, los miembros de la Unión Aragonesa volvieron a pedir derechos, como ya lo habían hecho con el rey Pedro III de Aragón. Esta vez, se los pidieron a su hijo, Alfonso III. En ese momento, el rey Alfonso III enfrentaba problemas con Francia y el Papa, quienes habían declarado una guerra en su contra y ofrecido sus tierras a otro príncipe.
Los unionistas intentaron negociar una paz por su cuenta. El rey Alfonso III, al enterarse, ordenó castigar a algunas personas importantes, lo que causó una división. Hubo conflictos armados, especialmente en Zaragoza.
Los unionistas aprovecharon la debilidad del rey para exigir los dos nuevos Privilegios de la Unión en 1287.
¿Qué derechos otorgaban los Privilegios?
Estos privilegios establecían que el rey no podía castigar ni arrestar a ningún miembro de la Unión sin que antes hubiera una decisión del Justicia de Aragón (una figura importante que defendía las leyes) y el consejo de las Cortes (una asamblea donde se reunían representantes del reino).
También pedían que las Cortes se reunieran cada año. Para asegurarse de que el rey cumpliría, exigieron que les entregara varias fortalezas. El segundo privilegio incluso permitía a los súbditos (las personas del reino) quitar al rey de su puesto si no cumplía lo acordado.
Esto fue una imposición al rey, quien había tomado el título de monarca antes de jurar los Fueros de Aragón (las leyes del reino), algo que los unionistas usaron en su contra.
Impacto y confirmación de los Privilegios
El Privilegio General de 1283 ya había permitido que las Cortes aragonesas empezaran a desarrollarse y que diferentes grupos de la sociedad participaran en la política. Sin embargo, los privilegios de 1287 hicieron más difíciles las relaciones entre el rey y los representantes del reino.
A pesar de su importancia, estos acuerdos no siempre se llevaron a la práctica. Aun así, el rey Alfonso III aceptó estos privilegios para conseguir el apoyo de los nobles aragoneses de la Unión. Necesitaba su ayuda para luchar contra una invasión en la zona del Ampurdán en 1288.
El apoyo al rey continuó después de la muerte de Alfonso III. Los unionistas ayudaron a defender la frontera con Castilla y también apoyaron al rey Jaime II el Justo. A este último, le devolvieron los castillos que habían recibido como garantía por los privilegios de 1287.
La anulación de los Privilegios
Los Privilegios de la Unión fueron confirmados de nuevo en las Cortes de Zaragoza en 1347. Esto ocurrió en un momento de mucha tensión entre el rey Pedro IV y los que apoyaban a la Unión.
La Unión volvió a tomar las armas, pero fue finalmente derrotada en la Batalla de Épila en 1348. Después de esta derrota, el rey Pedro IV convocó unas nuevas Cortes de Aragón. En estas Cortes, los dos Privilegios de la Unión fueron anulados.
El rey ordenó que se buscaran y destruyeran todas las copias existentes de estos privilegios. Solo se salvaron algunas copias que estaban guardadas en el archivo del arzobispo de Zaragoza y en el Monasterio de Poblet.
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