Poblado íbero de Castell para niños
Datos para niños Yacimiento de la Punta de Castell |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | Gerona | |
Localidad | Palamós | |
Datos generales | ||
Categoría | Zona arqueológica | |
Código | RI-55-0000455 | |
Declaración | 4 de octubre de 1996 | |
Construcción | siglo VI a. C. - | |
Estilo | clásico | |
El Poblado ibérico de Castell es un antiguo asentamiento de los íberos, un pueblo que vivió en la península ibérica hace mucho tiempo. Se encuentra en un lugar especial, al final de la playa de Castell, cerca de Palamós en Gerona, España.
Este sitio arqueológico fue el hogar de los indigetes, una tribu íbera, desde el siglo VI antes de Cristo hasta el siglo I después de Cristo, cuando ya era época romana. Su momento de mayor importancia fue entre los siglos IV y III antes de Cristo.
El poblado está situado en una pequeña elevación de tierra de 35 metros de altura que se adentra en el mar. Su ubicación era perfecta para vigilar la costa y las zonas del interior. Además, era fácil de defender porque solo se podía acceder a él por una pequeña franja de tierra que lo unía al continente.
Contenido
Historia del Poblado de Castell
¿Cuándo se habitó por primera vez el poblado?
La primera vez que se ocupó este lugar fue en el siglo VI antes de Cristo. En ese entonces, una comunidad construyó un poblado con pequeñas cabañas hechas de madera. Los íberos de la tribu de los indigetes vivían en la zona del Ampurdán. Ellos aprovechaban los recursos de la agricultura y la ganadería de los alrededores. Después de un tiempo, el lugar fue abandonado temporalmente y se volvió a ocupar a mediados del siglo V antes de Cristo.
¿Cómo creció y se desarrolló el asentamiento?
La fundación de la ciudad griega de Emporion (Ampurias) alrededor del año 580 antes de Cristo impulsó el comercio en la región. Esto fue muy importante para la economía del poblado de Castell, que también creció en población. El asentamiento se fortificó en el lado más fácil de acceder, la franja de tierra que lo unía a la península. A partir de entonces, el poblado fortificado comenzó a organizarse, concentrándose en la parte más alta de la elevación (desde finales del siglo V hasta finales del siglo II antes de Cristo). Así, Castell pasó de ser un grupo de cabañas a un poblado bien organizado.
En este nuevo poblado fortificado, fue necesario realizar un gran trabajo de ingeniería para ganar espacio en las laderas de la elevación. Se construyeron muros de contención con grandes piedras de granito para sujetar la tierra y crear terrazas en las laderas este y oeste. Las casas y las calles se construían junto a estos muros. Hoy en día, estas terrazas solo se pueden ver bien en la ladera este. En la ladera oeste, hubo desprendimientos de tierra hacia el mar hace mucho tiempo debido a las fracturas naturales de la roca.
En la parte alta del poblado, se conservan dos depósitos de agua (cisternas) excavados en la roca, que estaban a diferentes niveles y conectados. También hay restos de lo que pudo ser un templo. Se cree que este templo podría haber servido como punto de referencia para los barcos que navegaban cerca de la costa en la antigüedad.
Fuera de las murallas, en una zona más baja (a 20 metros de altura), se construyó un área con agujeros subterráneos (silos) para guardar cereales. A este lugar se le llama a menudo "Plaza de los Silos". En la zona de la cala Foradada, se modificó una formación rocosa natural para crear un pequeño puerto por donde se transportaban las mercancías.
¿Qué cambios trajo la llegada de los romanos?
Cuando los romanos llegaron a Ampurias en el año 218 antes de Cristo, el poblado de Castell tuvo un desarrollo diferente al de la mayoría de los poblados íberos de la zona, que fueron abandonados. Castell, gracias a su ubicación estratégica, experimentó una importante renovación en su diseño urbano y la construcción de un nuevo sistema de defensa.
El poblado se expandió hacia el norte y se construyeron dos torres de defensa que protegían una entrada en forma de L. Esta entrada llevaba a una plaza con columnas (porticada) de unos 300 metros cuadrados, donde había tiendas. Esta era la misma Plaza de los Silos que mencionamos antes; los silos fueron cubiertos y algunos edificios que estaban fuera de la muralla fueron derribados. En este espacio, aún se conservan seis grandes bases de columnas de piedra, que probablemente sostenían columnas de madera y un techo.
¿Cuándo fue abandonado el poblado?
Durante la romanización, el poblado siguió existiendo. Hacia el siglo II antes de Cristo, vivió un nuevo periodo de crecimiento. La plaza fue reorganizada para bloquear el acceso a las terrazas de la ladera oeste, que se estaban desprendiendo hacia el mar. Algunas casas íberas fueron reconstruidas y se hicieron casas nuevas, incluso fuera de la muralla, más allá de la franja de tierra. Las últimas mejoras se realizaron durante el tiempo del emperador Augusto (siglos II-I antes de Cristo).
El deterioro de las construcciones del poblado y el establecimiento de la Pax Romana (un periodo de paz en el Imperio Romano) hicieron que Castell dejara de ser importante desde el punto de vista estratégico. Esto llevó a su abandono gradual en el siglo I después de Cristo. Los últimos habitantes se trasladaron a la zona llana, a grandes fincas dedicadas a la agricultura, siguiendo el modelo romano.
Descubrimientos Arqueológicos en Castell
El sitio arqueológico de Castell fue descubierto en 1935 por Lluís Barceló i Bou, quien trabajaba en el Museo Cau de la Costa Brava. Él realizó las primeras excavaciones entre 1935 y 1936, con permiso del dueño de los terrenos, el pintor José M. Sert.
Las siguientes excavaciones se llevaron a cabo entre 1943 y 1949 por los arqueólogos Miquel Oliva y Francesc Riuró, con el apoyo económico del nuevo propietario del lugar, Albert Puig Palau.
El yacimiento estuvo sin excavar hasta 1980, cuando se realizaron trabajos de limpieza de la vegetación y se prepararon las ruinas para su estudio.
En las excavaciones se han encontrado muchos objetos antiguos. Entre las cerámicas, destacan las íberas con pintura blanca, hechas en Ullastret; cerámica griega de Ática que llegó desde Ampurias; cerámica gris de Emporion; cerámica romana campaniense y cerámica sigillata (que venía del sur de Galia). Las ánforas más comunes en Castell son las íberas de boca plana, usadas para guardar cereales. También se han descubierto muchas herramientas para la agricultura y monedas de tres tipos: de Emporion, púnicas (de Cartago) y romanas.

Quizás el hallazgo más importante en Castell es una inscripción en lengua ibérica sobre una lámina de plomo. Su texto es uno de los más largos que se han encontrado hasta ahora en Cataluña.
En 1996, el poblado fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalidad de Cataluña, lo que significa que es un lugar muy importante para la historia y la cultura.
Hoy en día, gran parte de las construcciones del poblado íbero se conservan en buen estado. Esto ha permitido a los arqueólogos entender cómo estaba organizado. Se mantienen casi todas las partes esenciales de este tipo de yacimientos: la muralla, las habitaciones, las calles que formaban la ciudad y las estructuras para almacenar agua (cisternas) y cereales (silos).
La antigüedad de sus defensas, el tipo de cerámica que producían y la antigüedad del gran edificio en la parte más alta, indican que este fue el segundo poblado indigete más importante de Cataluña, después de Ullastret.
Véase también
En inglés: Castell de la Fosca Facts for Kids