Nefrología para niños
La nefrología es una especialidad médica que forma parte de la medicina interna. Se dedica a estudiar cómo funcionan los riñones y su estructura, tanto cuando están sanos como cuando tienen alguna enfermedad. También se encarga de prevenir y tratar los problemas renales. La palabra "nefrología" viene del griego nephrós, que significa riñón, y del sufijo -logía, que significa estudio.
Datos para niños Nefrología(especialidad médica) |
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Contenido
¿Qué es la Nefrología?
La nefrología es la rama de la medicina que se enfoca en el estudio completo del sistema urinario. Esto incluye la forma (anatomía), el funcionamiento (fisiología) y las enfermedades (patología) de los riñones y las vías urinarias. Los nefrólogos también trabajan en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la recuperación de los pacientes con problemas renales. Es importante saber que la nefrología no es una especialidad quirúrgica, a diferencia de la urología.
¿Quién es un Nefrólogo?
El médico especialista en nefrología se llama nefrólogo. Este profesional se dedica a cuidar la salud de tus riñones. No debes confundir la nefrología con la urología, que es la especialidad quirúrgica que trata el aparato urinario y el aparato genital masculino.
¿Qué problemas de salud trata la Nefrología?
La nefrología se encarga de diagnosticar y tratar las enfermedades de los riñones. Esto incluye el uso de medicamentos y terapias especiales como la terapia de reemplazo renal, que ayuda a los riñones cuando no funcionan bien. Los nefrólogos también supervisan a los pacientes que han recibido un trasplante renal. Además, son expertos en el manejo de los trastorno de electrolitos (sustancias importantes en el cuerpo) y la hipertensión (presión arterial alta). La mayoría de las enfermedades renales son crónicas, lo que significa que duran mucho tiempo.
Condiciones comunes que atiende un Nefrólogo
Los pacientes suelen ser enviados a un nefrólogo por diversas razones, como las siguientes:
- Insuficiencia renal: Es cuando los riñones dejan de funcionar correctamente.
- Insuficiencia renal aguda: Una pérdida repentina de la función renal.
- Insuficiencia renal crónica: Cuando la función renal disminuye poco a poco durante más de tres meses, a menudo detectada por un aumento en la creatinina en la sangre.
- Hematuria: Presencia de sangre en la orina.
- Proteinuria: Pérdida de proteína, especialmente albúmina, en la orina.
- Piedras en el riñón: Pequeñas formaciones sólidas que se pueden formar en los riñones.
- Cáncer en el riñón: Aunque el urólogo suele tratarlo, el nefrólogo puede estar involucrado.
- Infecciones del tracto urinario crónicas o que regresan con frecuencia.
- Hipertensión que no mejora con varios medicamentos o que tiene una causa renal.
- Alteraciones de electrolitos o desequilibrio ácido-base.
- Personas que necesitan terapias para reemplazar la función renal, como el trasplante renal, la hemodiálisis o la diálisis peritoneal.
- Glomerulonefritis: Una enfermedad que afecta directamente al glomérulo, una parte clave de la Nefrona que filtra la sangre y evita que sustancias importantes se pierdan por la orina.
- Síndrome nefrítico: Se caracteriza por la pérdida de proteínas en la orina (en menor cantidad), sangre en la orina y presión arterial alta.
- Síndrome nefrótico: Se caracteriza por una mayor pérdida de proteínas en la orina, hinchazón (edema), niveles bajos de albúmina en la sangre y problemas con las grasas.
Terapias de reemplazo renal
Los nefrólogos también atienden a pacientes que necesitan terapias para reemplazar la función de sus riñones:
- Diálisis peritoneal: Se encarga del inicio, la colocación de un catéter especial, el seguimiento del paciente y el manejo de complicaciones como la peritonitis.
- Hemodiálisis: Incluye el inicio, el manejo de los accesos para la sangre, el seguimiento del paciente y el tratamiento de las complicaciones.
- Trasplante renal: El nefrólogo participa en la selección del paciente que recibirá el riñón, el seguimiento antes y después de la cirugía, y el manejo de los medicamentos para evitar el rechazo y las infecciones.
¿Cómo se diagnostican los problemas renales?
Para saber qué le pasa a un paciente, el médico nefrólogo primero hace preguntas sobre su historia de salud y realiza un examen físico.
Pruebas de laboratorio y especializadas
Las pruebas de laboratorio más comunes para los riñones incluyen:
- Análisis de sangre: Miden la urea, la creatinina y los electrolitos. También se hace una biometria hemática para ver los componentes de la sangre.
- Análisis de orina: Es una prueba muy importante que a menudo da pistas clave sobre el diagnóstico.
A veces, se piden pruebas más específicas para relacionar la enfermedad renal con otras enfermedades del cuerpo, como la hepatitis B o hepatitis C, el lupus, o enfermedades como la amiloidosis o el mieloma múltiple. Antes se usaba mucho la recolección de orina de 24 horas, pero ahora se prefiere una muestra de orina simple para medir la relación entre proteína y creatinina.
Otros estudios que realizan los Nefrólogos
Los nefrólogos también pueden solicitar:
- Biopsia renal: Se toma una pequeña muestra de tejido del riñón para un diagnóstico más preciso.
- Exploración de ultrasonido: Para ver el sistema urinario y, a veces, los vasos sanguíneos de los riñones.
- Tomografía axial computarizada (TAC): Se usa si se sospechan masas o para ayudar a diagnosticar nefrolitiasis (piedras en el riñón).
- Gammagrafía: Una prueba de medicina nuclear que mide la función renal o la función de cada riñón por separado.
- Angiografía de resonancia magnética nuclear: Si se cree que los vasos sanguíneos están afectados.
¿Cómo se tratan las enfermedades renales?
Muchas enfermedades del riñón se tratan con medicamentos, como diuréticos (para eliminar líquidos), corticoides, inmunosupresores (para bajar las defensas), y antihipertensivos (para la presión). A menudo, también se necesita eritropoyetina y vitamina D, ya que los riñones enfermos producen menos de estas hormonas.
Terapias avanzadas para el riñón
Cuando los riñones fallan gravemente, se necesita una terapia renal sustitutiva. La mejor opción es el trasplante renal. Esta cirugía la realiza un urólogo o un cirujano general, pero el nefrólogo es quien elige al paciente, lo sigue de cerca y trata las complicaciones, como el rechazo del órgano o las infecciones por los medicamentos.
Si el trasplante no es posible, existen otras técnicas llamadas diálisis renal. Las más conocidas son la hemodiálisis (donde la sangre se filtra con una máquina) y la diálisis peritoneal (donde la filtración ocurre dentro del cuerpo).
Colaboración con otras especialidades
En casos de enfermedad renal crónica, es muy importante controlar y prevenir la deshidratación y la acidosis (un desequilibrio en la acidez del cuerpo). Si los pacientes no beben suficiente agua, pueden deshidratarse rápidamente, lo que empeora la función renal.
La acidosis metabólica en pacientes con problemas renales crónicos ocurre porque los riñones no pueden eliminar suficientes sustancias ácidas ni reabsorber el bicarbonato (una sustancia que ayuda a equilibrar la acidez). Comer muchas proteínas puede contribuir a la acidosis, lo que a su vez puede causar falta de apetito, náuseas, vómitos, cansancio, debilidad muscular y pérdida de peso.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Nephrology Facts for Kids